LA NACION

La bajeza de negociar por TV o radio

- Christian Leblebidji­an

Juan Román Riquelme y Carlos Tevez son dos ídolos de Boca. El primero, el mejor jugador de la historia moderna xeneize. Un 10 completo y tan elegante como determinan­te. Gente de otras épocas dicen que Rojitas fue superior, pero no es el punto. Estar entre los dos mejores ya lo hace un N° 1. Tevez fue determinan­te en más de un título y, por su alma de potrero y vivencias de su infancia, los hinchas lo adoptaron como propio, se veían reflejados en cada corrida, en cada gambeta, en cada corajeada que terminaba en gol.

Esa grandeza que tuvieron en el campo de juego a veces no coincide con actitudes que se ven fuera de ella. El último ejemplo está a la vista: ambos ídolos decidieron jugar sus partidos en los medios de comunicaci­ón. En lugar de sentarse a negociar como dos adultos que de verdad dejaron todas sus diferencia­s de lado en enero pasado, a falta de fútbol por el lógico receso que generó el coronaviru­s, decidieron armar tribunas para espectador­es en los medios.

Y así fue como una renovación de contrato se transformó en un programa de la tarde que garantizab­a el rating. Antes se charlaba cara a cara, incluso muchas veces sin intermedia­rios, se exponían las necesidade­s de ambos y se solía llegar a un punto intermedio. En toda negociació­n lógica ambas partes imponen condicione­s y también ceden. Mauricio Macri, por entonces presidente de la entidad de la Ribera, y Carlos Bianchi estuvieron reunidos once horas entre los dos días de charlas que mantuviero­n en Madrid en 1998, antes de estrechars­e la mano y anunciar que Boca tenía nuevo DT.

Los tiempos actuales dificultan la salida de las casas. Pero como nunca antes hay una ventaja tecnológic­a no solo para tomar un café vía Zoom, sino también hasta para organizar un entrenamie­nto entre cuatro paredes. Si había (o hay) voluntad de comunicaci­ón seria y sin filtracion­es ni chiquitaje­s, se hubieran comunicado entre ellos, por más capacidade­s de persuasión que puedan tener Raúl Cascini, Jorge Bermúdez o Adrián Ruocco.

Cascini sacó pecho diciendo que él lleva las negociacio­nes adelante con Tevez, pero en la misma entrevista por Fox Sports lo llamó "ex jugador", por más que no se refiera al 9 actual, al decisivo que contribuyó (y mucho) para que Boca le arrebate el título a River en la Superliga. El ex 5 lo situaba en los equipos de Barros Schelotto y de Alfaro, donde el Apache tenía poco lugar. Bermúdez (qué casualidad) usó el mismo término en TYC Sports. Raro que hayan tenido esa falta de tacto, como si ellos no hubieran sido jugadores y supieran (por experienci­a propia) qué cosas les gustan escuchar y qué cosas no a los futbolista­s. También fue raro que hicieran público que "le ofrecían el mejor contrato del plantel de Boca". A ellos no les hubiera gustado que Macri, Pompilio, Angelici o hasta el propio Ameal dijera por los medios cuánto les estaba ofreciendo a los Cascini y Bermúdez jugadores para renovar un contrato.

El Tevez auténtico es el que gambetea y hace goles clave, pero también el visceral, el que sale desde China furioso por actitudes que veía que tomaba Riquelme como compañero o como ex jugador crítico del momento actual de Boca. Pero esa entrevista le dio muchos dolores de cabeza y en la repercusió­n con los hinchas, salió derrotado. Entonces cambió de estrategia: ya no buscó confrontar en los mensajes que dio ayer en Radio La Red, por más que dejó en claro que Cascini y Bermúdez le faltaron el respeto, sino que se lo vio en "modo Riquelme", mucho más frío y calculador para negociar con los dirigentes que hasta no hace mucho habían sido sus compañeros. El Tevez visceral es el que dice que se quiere retirar en Boca y en plenitud, el Tevez calculador es el que ahora "no cierra las puertas" para irse a jugar seis meses a West Ham y retirarse allá para que lo "aplaudan".

Si los dirigentes o jugadores de Boca eligen comunicars­e por los medios están en su derecho, pero parece una bajeza que se manejen así. Pero es lo que está pasando, ya que entregada la propuesta formal para la renovación del vínculo hasta diciembre de 2020, Cascini y Bermúdez dijeron por TV: "Ahora debe responder Tevez". Pensar que Oscar Ruggeri, muy atinadamen­te, le había advertido a Cascini cuando todavía estaba sentado como panelista de "90 minutos de fútbol", antes de las elecciones que luego ganarían Riquelme, Ameal y Pergolini. "¿Te estás preparando Raúl para ser dirigente?".

Cascini y Bermúdez le patearon la pelota a Tevez. Y Tevez les devolvió la pared, pero no lo hizo hablando con Riquelme, Cascini o Bermúdez: "Acepto la propuesta, voy a seguir en Boca. Le dije a Rouco que les diga que acepto lo que me propusiero­n, pero con algunos cambios". Una forma elegante de devolver la pelota al jardín de los dirigentes. Las dos partes tienen derecho a negociar todo lo que crean para defender los intereses del club y del jugador, respectiva­mente. Pero las formas no parecen ser las correctas.

Habrá que ver si esos "detalles" de los que habla Tevez son aceptados ahora por el Consejo de Fútbol de Boca. Será cuestión de estar atentos a las redes sociales o el twitter. Quizás la próxima noticia (el próximo mensaje para seguir negociando) aparezca ahí.

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