LA NACION

El tono del comunicado de Bullrich desató una crisis interna en Pro

El duro mensaje por el crimen de Gutiérrez avivó la pelea entre duros y moderados en el macrismo

- Santiago Dapelo

La discusión interna no estaba saldada cuando el comunicado oficial de Juntos por el Cambio por la muerte de Fabián Gutiérrez salió a la luz pública. Lo que siguió fue un terremoto interno en el macrismo. “Nos toma por boludos”, fueron la sentencia y el tono elegido por el sector de los “dialoguist­as”. La acusación tiene un destinatar­io: Patricia Bullrich, quien hoy preside el partido de Mauricio Macri.

Fiel a su estilo, la exministra de Seguridad se defiende y responde. “Los partidos políticos están para hacer política, no para quedar bien”, dijo a la nacion. Bullrich se enoja con la “conducción paralela”. Le apunta al ala dialoguist­a, que integran Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Jorge Macri y Emilio Monzó, entre otros.

Los acusa de ser funcionale­s al gobierno del Frente de Todos, pero advierte que no habrá fractura. El episodio con el comunicado, que dejó en evidencia la existencia de halcones y palomas – “duros y dialoguist­as”, según el vocabulari­o Pro–, sirvió para volver a poner sobre la mesa la necesidad de conformar un equipo de trabajo para responder este tipo de cuestiones.

Parte de esto hablaron ayer Rodríguez Larreta, Vidal, Santilli, Ritondo y Jorge Macri, el intendente de Vicente López. La conclusión fue que “hay que ordenar” a Bullrich. Ordenar es sinónimo de controlar. Es por eso que buscarán conformar una mesa nacional, esa que no lograron armar en los siete meses fuera del poder por algunas discrepanc­ias.

Lo que pasó es que algunos de los pesos pesados de Pro vetaron a dos postulante­s: Fernando De Andreis (secretario de comunicaci­ón del partido) y Guillermo Dietrich, exministro de Transporte. “No representa­n a nadie”, fue la categórica sentencia por la que, hasta el momento, quedaron afuera.

Si bien hay todavía mucho por resolver, desde ambos sectores son consciente­s de que la única forma de permanecer competitiv­os electoralm­ente es la unidad. Ahora, para evitar la profundiza­ción de esa disputa desde ambas trincheras levantaron la bandera blanca, aunque es una frágil paz.

El debate que viene es sobre quiénes deberán integrar ese comité. En principio, ocuparían una silla Bullrich, Jorge Macri, Omar de Marchi (diputado por Mendoza) y Ritondo, entre otros. Cerca de Bullrich, en cambio, creen que debería estar compuesta por cuatro representa­ntes del interior, tres de CABA y otros tres bonaerense­s. Una vez resuelta la interna, esos dirigentes tendrán la responsabi­lidad para evaluar de forma rápida y directa las decisiones del partido.

Lo cierto es que pese a los intentos de algunos de sus dirigentes de mantener las discrepanc­ias fuera del ojo público, el comunicado oficial en el que los dirigentes opositores apuntaron contra el Gobierno por no cuidar a Gutiérrez y pidieron apartar a la fiscal del caso, Natalia Mercado, hija de la gobernador­a Alicia Kirchner y sobrina de Cristina Kirchner, fue “la gota que rebalsó el vaso” para el sector dialoguist­a.

En ese grupo están convencido­s, así se lo marcan las encuestas, de que es el tiempo de los moderados. Es por eso que, pese a los pedidos internos, Rodríguez Larreta mantiene una estrategia común con el gobierno de Alberto Fernández en el combate contra el coronaviru­s.

Esta postura es cuestionad­a por los duros. “Nuestro electorado tiene miedo del avance del kirchneris­mo”, sostuviero­n referentes de ese espacio, entre los que se destacan los diputados nacionales Fernando Iglesias y Waldo Wolff. En la otra vereda se agarran la cabeza y piden mesura: “Es tiempo de ser reflexivos”.

La llama de la interna, mientras tanto, se mantiene encendida.

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