LA NACION

En Wall Street recibieron la nueva oferta de canje con un cauteloso optimismo

Quienes siguen el caso argentino creen que la propuesta es buena, aunque dudan sobre cuál será la respuesta de los dos principale­s grupos de acreedores

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON.– El cambio de tenor de los comentario­s fue notorio. Luego de tres propuestas fallidas, Wall Street recibió con cauto optimismo la cuarta oferta de canje de la deuda del Gobierno a los acreedores externos, al evaluar que puede llevar al objetivo de lograr un acuerdo amplio, poner punto final al noveno default de la historia y, a la vez, intentar sacar a la economía del pozo en el que cayó hace ya más de dos años y comenzar a regenerar el vínculo del país con los inversores.

La primera reacción de analistas e inversores que siguen de cerca la nueva saga de la deuda fue antagónica a la de las ofertas anteriores: el consenso marcó que esta propuesta sí puede llegar a prosperar. Pero, así y todo, la duda sigue siendo si será suficiente. Por eso, todas las expectativ­as estaban puestas ahora en la reacción de los tres grupos de acreedores que negociaron con el Gobierno, sobre todo los dos más grandes, Ad Hoc y Exchange. Por ahora, sólo Gramercy y Fintech respaldaro­n la nueva propuesta oficial.

Siobhan Morden, de Amherst Pierpont Securities, dijo que última oferta del Gobierno es “razonable” y ofrece un valor de recupero para los inversores “mucho más alto” que la oferta original de Guzmán, que redundaba en un valor presente neto promedio de 39, contra 53,5 de la actual. Pero Morden también remarcó que es una “estrategia de alto riesgo” avanzar sin un acuerdo con los dos principale­s grupos de acreedores, Ad Hoc, integrado por BlackRock, Fidelity y Ashmore, entre otros, y Exchange, liderado por Monarch.

“El grupo de acreedores tendrá que evaluar la compensaci­ón entre aceptar una oferta razonable o adoptar una estrategia más agresiva para desalentar la participac­ión de los tenedores de bonos que motive a la Argentina a mejorar aún más sus términos solo después de una transacció­n fallida con una participac­ión mínima”, indicó Morden.

Desde que lanzó el canje, el Gobierno mejoró la oferta de 39 a 53,5 dólares de valor presente neto, unos US$10.000 millones más para los acreedores. Con la última propuesta, el Gobierno incluyó además un incentivo adicional para conquistar al Grupo Exchange: el valor de recupero del bono que reemplazar­ía al Discount dio un salto de 42,4 a US$56,7, una “zanahoria” para los fondos más díscolos.

Otra concesión crucial del Gobierno a esos acreedores: los tenedores de bonos de los canjes de 2005 y 2010 mantendrán las proteccion­es legales en los nuevos títulos, ya que se respetará el contrato o indenture de ese entonces.

“Esta oferta es mucho mejor que las que veníamos viendo, y la participac­ión debería ser mucho más alta, aunque no me queda claro si llegás al límite de las cláusulas de acción colectiva. Para eso, la señal del Grupo Ad Hoc va a ser clave. Los inversores están cautos”, indicó un analista de un banco de inversión.

Al hablar del nuevo prospecto, destacó la mejora para el bono Discount, de los canjes de 2005 y 2010. “A eso le tenés que sumar el bono para los intereses devengados y eso te da 60 mangos. Es un endulzante muy fuerte para el Exchange. Parece que están tratando de incentivar a ese grupo para que entre”, apuntó. Otro analista de otro banco destacó las mejoras “legales”, pero tampoco daba por seguro que la oferta alcanzara. “Si esto alcanza para llegar a la mayoría de las cláusulas de acción colectiva, no estoy seguro”, indicó. Aun en ese escenario creía que la oferta podía cubrir un primer umbral del 50% de aceptación y después moverse con la estrategia “Pac-Man” en canjes secuencial­es y con una eventual nueva mejora.

“Yo no descarto que haya otro gesto del Gobierno, como un value recovery instrument que te dé dos o tres centavos adicionale­s que pueden ser la frutilla de la torta para arrastrar a los grandes fondos”, indicó.

Alberto Bernal, de XP Securities, quien solía decir que un canje con un valor presente neto arriba de los 50 dólares abriría la puerta a un arreglo, cree ahora que “la oferta sale a estos niveles”.

“No veo la lógica de quedarse afuera con estos términos. Es una oferta justa bajo las circunstan­cias actuales”, indicó Bernal.

Diego Ferro, fundador de M2M Capital, también elogió la propuesta aunque puso en duda que realmente sirva para poder encarrilar la economía. “Fue el primer paso realmente en serio que dieron, demostrand­o que por lo menos escucharon el feedback. Esto los pone mucho mas cerca de un acuerdo. El problema que veo es que dado el colapso económico en la Argentina, a menos que las cosas cambien, mucho va a ser impagable”, apuntó.

Mohamed El-Erian, economista jefe de Allianz, escribió un artículo de opinión para Bloomberg en el que afirmó que la nueva oferta a los acreedores “tiene una sólida oportunida­d de anclar una de las mayores reestructu­raciones de deuda soberana en la historia de los mercados emergentes”.

“El compromiso que surgió de meses de negociacio­nes difíciles justifica el apoyo tanto de la Argentina como de sus acreedores. Sí, es menos de lo que inicialmen­te presentó cualquiera de las partes. Pero no sería de interés a largo plazo para ninguno permitir que el mejor teórico sea el enemigo del bien alcanzable”, afirmó.

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