Tras las críticas, el Presidente volvió a defender “el diálogo”
Fernández destacó ayer que debía enfrentar una situación crítica por motivo de la pandemia
En medio de las críticas surgidas desde el propio kirchnerismo por su convocatoria a un grupo de empresarios, el presidente Alberto Fernández ratificó su vocación de diálogo y remarcó que le toca gobernar en un “tiempo único” por la pandemia del coronavirus.
“Sigamos trabajando más juntos que nunca y fortaleciendo el diálogo, porque estas cosas son las importantes, son las cosas que nos unen y que hablan de nuestro futuro”, dijo ayer el jefe del Estado.
Tras mostrarse con empresarios en el acto por el 9 de Julio, el Presidente enfrentó un tuit de Cristina Kirchner que reproducía un artículo del diario oficialista Página 12 con cuestionamientos a la convocatoria oficial y el ataque de Hebe de Bonafini, que lo acusó de sentarse a la mesa con quienes “explotan” a los trabajadores y “saquean el país”.
En su reaparición, Alberto Fernández aludió a la herencia económica que había recibido y a los efectos del coronavirus.
“No tengo ningún predecesor mío que haya recibido un país en default y en pandemia”, afirmó Fernández, durante la presentación en la quinta de Olivos del Programa Nacional de Inversión en Infraestructura Universitaria 2019-2023.
Luego volvió a defender el “diálogo” como mecanismo de acción política. “Los artífices de nuestro destino somos nosotros”, añadió.
Con diferentes tonos, el Presidente había enfrentado mensajes críticos de sectores del cristinismo. Pero esta vez los cuestionamientos obligaron a que incluso ministros, como Agustín Rossi, salieran a defenderlo públicamente.
Fernández dijo que el destino lo sometió a “gobernar en un tiempo único” y que no hay dirigentes a los que pueda consultar que hayan estado en la cima del poder en medio de una peste. “Ningún predecesor recibió un país en default y con pandemia. Por lo tanto, el presidente y todos sus colaboradores trabajamos para ver cómo seguimos adelante tratando de que la pandemia no nos frene y nos cause el menor dolor posible”, resaltó.
En sus últimas apariciones, el Presidente había intentado retomar el diálogo con los diferentes sectores económicos y políticos.
Primero se mostró con empresarios, sindicalistas y gobernadores el 9 de julio, y luego mantuvo una videoconferencia con referentes parlamentarios de la oposición.
Ambos encuentros le generaron críticas desde sectores del kirchnerismo.
Bonafini le manifestó al Presidente su “dolor” por las características del acto del jueves pasado, en el que Fernández convocó a los miembros del G-6 y a Héctor Daer, uno de los jefes de la CGT. “Hay mucha gente que piensa como yo y no se anima a decirlo”, insistió ayer Bonafini.
La objeción de Bonafini se produjo dos días después de que Cristina Kirchner recomendara en Twitter una nota de opinión del periodista Alfredo Zaiat, de Página 12, en la que se advertía que esos empresarios respondían a la “conducción política” del Grupo Clarín y de Techint.
“Nos sentimos agraviadas y heridas en lo más profundo de nuestro corazón al ver que usted sentó en su mesa a todos los que explotan a nuestros trabajadores y trabajadoras, y a los que saquearon al país. Y lo más grave de todo: a los que secuestraron a muchos de nuestros hijos e hijas”, dijo Bonafini. Fernández le respondió a través de una carta: dijo que atendía sus “reparos”, pero aclaró: “En la mesa de este presidente se sienta gente de empresas grandes, medianas y pequeñas, trabajadores y trabajadoras, movimientos sociales, estudiantes, jóvenes, nuestros científicos, todos y todas, porque esa es mi responsabilidad”.