Se aceleró la inflación levemente y advierten por la fuerte emisión
Con tarifas congeladas, sin alza en el dólar y en recesión, la suba de precios fue de 2,2% en junio y sumó 13,6% en el semestre; los economistas creen que la inyección de pesos y la flexibilización de la cuarentena suman presión
Con un dólar oficial moviéndose a cuentagotas, tarifas de servicios públicos congeladas hasta fin de año, paritarias canceladas por la pandemia y en un marco de una profunda recesión, la inflación en junio fue de 2,2% y acumuló en la primera mitad del año un avance de 13,6%.
El Indec informó que el índice de precios al consumidor (IPC) sumó en la marca interanual una suba de 42,8%. El indicador núcleo –que no contempla alzas estacionales ni en precios regulados–aumentóun 2, 3%, un escalón por encima de lo que había mostrado en abril y mayo.
En junio, el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central mostró una inflación minorista proyectada a diciembre de 37,2% interanual, una baja de 1,5 puntos con relación al informe de mayo. Para el mes pasado, se pronosticaba allí un alza de 2%.
El IPC de junio mostró aumentos en el capítulo de Alimentos y bebidas (el más importante del índice) de 1%, la mitad que el que mostró el nivel general. Las mayores subas se registraron en Prendas de vestir y calzado (6,6%) y en Recreación y cultura (4,2%), dos rubros afectados por distorsiones de la cuarentena. Le siguieron Equipamiento y mantenimiento del hogar (4,1%), impulsado por expectativas de devaluación, y unas décimas detrás, Bebidas alcohólicas y tabaco (3,8%), que reflejó el incremento del valor de los cigarrillos en el último mes.
La incógnita a mediano plazo sobre la evolución de la inflación gira en torno de si el Gobierno logrará mantener una desaceleración tras la inyección de liquidez vía emisión monetaria en medio de la pandemia –parte de ella fue absorbida por instrumentos en pesos lanzados por el Ministerio de Economía y el BCRA–, en momentos en que el Poder Ejecutivo afirma que la actividad comenzó a repuntar con relación a abril, el mes de mayor caída interanual de la economía en la historia.
Por caso, el Ministerio de Desarrollo Productivo presentará hoy datos del Centro de Estudios para la Producción (CEP) que muestran que el consumo con el programa Ahora 12 mejoró desde abril en todo el país, pero en mayor medida en las zonas en las que rige el distanciamiento –y no el aislamiento– social. En la primera quincena de junio, según los números oficiales, las ventas con ese programa volvieron a los niveles de la primera quincena de marzo. Si se mira solo el AMBA, esas ventas están 8% por debajo de ese período.
Para el Gobierno, hoy hay un país a dos velocidades. Mientas el consumo de cemento –dirá el CEP– cayó 79,9% en la ciudad de Buenos Aires y 47,9% en el conurbano en junio, en el noroeste y el noreste se registraron alzas interanuales para una actividad que, vale aclarar, viene de niveles muy bajos. Más allá de las diferencias, junio muestra –para las autoridades que trabajan en los semáforos de producción– una desaceleración de la caída de la economía que, sin embargo, mostrará este año una depresión histórica, que según estimó la Cepal superará el 10%, pero que los economistas privados ya sitúan cerca del 15%.
Poco se conoce de qué dice el informe del CEP sobre julio, cuando volvió la cuarentena más restrictiva, pese a que este mes gran parte de la industria de todo el país (vinculada a la exportación, a los sectores esenciales, procesos continuos y parques industriales) se mantuvo abierta, incluso en las zonas de mayor aislamiento (AMBA). No pasó lo mismo con la construcción privada (el 75% del sector) ni con los comercios en esa zona, que debieron cerrar.
Expectativa de devaluación
Cómo va a encajar ese leve repunte con el billón de pesos emitido por el BCRA en los primeros cinco meses del año para asistir al Tesoro es una incógnita. El fin de semana, en una entrevista con la nacion, el ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguró que mira con atención la política monetaria y que cuenta con herramientas para retirar liquidez si surgen peligros de un “fogonazo inflacionario”.
Tras cuatro meses de congelamiento en 23.000 precios de la economía, el Gobierno permitirá a las empresas aumentos de hasta 4,5%. Además, avalará alzas de hasta 6% para los productos dentro del programa Precios Cuidados (ver página 19).
Los analistas miran también la presión que ejerce sobre los precios la brecha entre el dólar oficial y los dólares alternativos en el marco de la negociación de la deuda con los acreedores privados. Todo en momentos en los que crecen la expectativa de devaluación y los controles del Gobierno sobre los compradores minoristas de dólares y el comercio exterior (semanas atrás, el Poder Ejecutivo implementó el supercepo para administrar las reservas sobre la base de importaciones).
“La tasa de inflación en junio resultó 0,7 puntos superior a la de mayo, si bien mayor, aún no capta plenamente el crecimiento en la masa monetaria, que a fines de junio crecía anualmente al 57% contra una inflación del 43% los últimos 12 meses”, afirmó a la nacion Marcelo Capello, economista jefe del Ieral.
“Esto tiene que ver con la contención que generan los precios regulados, al menos por ahora, pero especialmente con el rezago que suele tener la expansión monetaria sobre la tasa de inflación. Si una vez superado en gran medida el problema económico que generó la pandemia el déficit fiscal se mantiene alto en el tiempo, en lugar de resultar transitorio, y ese déficit se sigue monetizando como en estos meses, seguramente el efecto sobre la tasa de inflación será ya mayor”, dijo.
“Este 2,2% a nivel nacional está un poco arriba de lo se esperaba”, afirmó el economista Camilo Tiscornia. “Lo más preocupante es que cuando vas a la inflación núcleo te da más que el 1,5% que veían mostrando los dos meses anteriores, un escalón arriba”, agregó. “La economía mejoró un poco y ya aparece más presión inflacionaria. Este es el temor que todos los economistas tenemos sobre el final de la cuarentena”, cerró.
“Los precios sobre los que tiene cierto control el Gobierno son los que menos están subiendo, un 25,2% en la medición interanual de junio, detallaron en un informe Nadín Argañaraz y Bruno Panighel, economistas del Iaraf.
“A partir de julio de 2019, mes previo a las elecciones PASO, comenzó un atraso relativo de los precios de servicios públicos y varias políticas de congelamiento dictadas desde el Poder Ejecutivo. Estas medidas se profundizaron en 2020 y el resultado es un índice de precios regulados que crece 18 puntos porcentuales por debajo del nivel general de precios”, agregaron los expertos.
“Otra forma de ver el impacto sobre el índice de junio es considerar que la suba de precios en bienes en ese mes resultó del 2,9%, por arriba del promedio, mientras los servicios subieron solo 0,9%, por la incidencia de las regulaciones de tarifas, y porque muchos servicios no han tenido actividad en los últimos meses, dada la decisión de aislamiento social que rigió en meses pasados”, coincidió Capello.
Según el Iaraf, las tasas de inflación mensuales de 2020, más bajas que en 2019, están contribuyendo a una caída de la inflación interanual. Como sus colegas, afirman que la desaceleración del capítulo de Alimentos y bebidas es una buena noticia. “Sin embargo, junio puede haber sido el último mes de baja de la inflación interanual: si la inflación en julio supera el 2,3%, tendremos una variación interanual superior a la de junio”, advierten. •