Cosquín rock una prueba de fuego para los recitales online en la nueva normalidad
El festival cumplió las expectativas, aunque se puede perfeccionar
La página principal del Cosquín rock Festival Online se presentó como la reproducción de esos folletos con el mapa de un sitio, que se obtienen al ingresar a un predio en el que se escuchará música hasta la madrugada. Un escenario por aquí, otro por allá; puestos de merchandising y de comida, un sector para la prensa y para otras actividades. pero no hay que caminar. No hay césped que pisar. No hay que otear y ver más allá, para descubrir a lo lejos una estructura que, si tiene fierros, tachos de luces y parlantes, alguien, seguro, subirá a tocar. No hay puertas que se abran. Solo hay que hacer clic en ese folleto de mano que resplandece en la pantalla de la computadora, el televisor o el celular y ver qué pasa. La primera media hora, por lo menos, se va en navegar por los distintos escenarios y en probar los cambios de cámara (que muchas veces no funcionaban bien), hacer comentarios en el muro, pasear por el chat general o generar uno propio. Es por esto que la experiencia, de entrada, tiene algo en común con los recitales presenciales. En general, los que llegan temprano lo primero que hacen es curiosear y descubrir lo que hay en todo el lugar, aunque ya se lo hayan contado cuando compraron la entrada. “Gira tu dispositivo en posición horizontal”, dirá una leyenda que aparece en el celular cada vez que el teléfono quede en la posición clásica. porque esto hay que “vivirlo” en formato apaisado. Como sucede en los grandes predios, llegar de un escenario a otro lleva un buen rato. Hacer zapping todo el tiempo entre un set y el de al lado no es lo más recomendable si no se tienen piernas largas y buen estado físico (es decir: si no se tiene una conexión a internet de muy buena calidad). Hubo, en ese sentido, algunas quejas por el servicio.
Lo ideal fue tomarse un tiempo para observar las grillas del Luna Park, el Teatro Vorterix, La Trastienda y Teatro Roxy y luego ingresar a uno y quedarse un buen rato. Al menos hasta que llegó el momento de la cena y hubo que levantarse para abrirle al delivery, en el caso de los que pidieron comida desde la misma plataforma del festival. Incluso, los que pagaron un dinero más también tuvieron la posibilidad de llegar al Meet&greet, con acceso al backstage de ciertos artistas. Además, cuentan con la experiencia 360° en ese servicio para público VIP.
A grandes rasgos así fue el Cosquín Rock en vivo, pero online que se desarrolló durante el fin de semana y que marcó el regreso de los recitales sin público, la “nueva normalidad” de los festivales en medio de la pandemia. Días antes, desde la producción del festival se habían dado todas las indicaciones tecnológicas para tener el mejor acceso y uso de la plataforma. Y si alguien se pasó por alto algún detalle, siempre encontró a otra persona en el chat general capaz de resolver problemas del tipo “no puedo ver con Chromecast” o “¿Cómo hago para poner la pantalla completa en el teléfono?”. Todo eso entremezclado con comentarios del tipo: “¡Como me gusta lo que hace Malena Villa!” o “¡Qué viene que está sonando!”.
La grilla tuvo, más allá de los escenarios específicos, muchos invitados de países vecinos, especialmente del Uruguay, Paraguay, Chile y Perú que, por razones de cuarentena y restricciones de traslados, no tocaron en los escenarios estipulados. Esto le dio un poco de aire a la estética del festival, ya que hay, en rigor, más de cuatro escenarios. De los formatos pequeños a puestas bien wide screen, como el escenario de la veterana banda chilena Los 3, con gran despliegue de show televisivo. Entre las actuaciones de la tarde del sábado se destacó la de Julieta Rada, quien (muy bien secundada por su hermano Matías, en guitarra, y el resto de su banda) supo explotar esa sutil veta soulera con la que pincela sus canciones pop. Entre las voces femeninas, que fueron muchas en este comienzo, también sobresalió la de Loli Molina, con un show que, por momentos, resultó intimista y casi introspectivo. Eruca Sativa dio un concierto hogareño. La jornada de ayerfueparecida.aunqueelusuario/ espectador ya estaba mejor preparado al formato. Los shows musicales se sucedieron y, más allá de algunos ítems por perfeccionar, la nueva normalidad puede disfrutarse.