Catalejo Simple agotamiento
Más allá de todo el sufrimiento, la crisis económica y las consecuencias para la salud mental que la pandemia soltó sobre la civilización, el aislamiento constituye un colosal experimento social y humano. llevará décadas analizar las consecuencias de lo que nos está ocurriendo, pero hay un par de revelaciones que son inmediatas, obvias.
la primera, la obvia, es que no estamos diseñados para el aislamiento. Incluso los más solitarios o los que mejor se llevan con sus familias, todos necesitamos percibir que formamos parte de algo que nos trasciende. la sociedad, la comunidad, los otros. Con la pericia ciega e impiadosa de la evolución, el coronavirus se aprovecha de esta condición humana para propagarse.
la otra conclusión, menos evidente, es que todos los cuidados que hay que poner en práctica para no contagiarnos requieren de una atención tan enorme que resulta imposible sostenerlos durante mucho tiempo. Soy de la idea de que el aislamiento es de momento nuestra única defensa eficaz, pero voy dándome cuenta de que incluso con esta convicción, no es raro que me encuentre pasando por alto alguna medida de precaución, algún procedimiento de sanitización. no es negligencia. Es simple agotamiento.