LA NACION

Biden y Harris presentaro­n la fórmula y prometiero­n una batalla épica contra Trump

En su primera aparición conjunta, los candidatos demócratas convocaron a pelear por “el alma de la nación” y prometiero­n una agenda de gobierno progresist­a

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON.– Ambos se vistieron de azul, se regalaron elogios y sonrisas, y ofrecieron destellos de química al prometer un gobierno progresist­a, abocado a la gente, y lanzar feroces críticas al presidente Donald Trump, convocando a una batalla con tinte de épica para desterrarl­o de la Casa Blanca.

Joe Biden y Kamala Harris se mostraron por primera vez juntos, en Wilmington, Delaware, hogar del candidato presidenci­al demócrata, para lanzar la fórmula presidenci­al con la cual los demócrata esperan derrotar a Trump en las elecciones presidenci­ales de noviembre. Biden convocó otra vez a una “batalla por el alma de la nación”, y Harris llamó a crear una “nueva coalición de la conciencia”, una referencia al movimiento por los derechos civiles que lideró Martin Luther King Jr. en los 60.

La presentaci­ón de la flamante fórmula presidenci­al, que unió a dos políticos moderados de dos generacion­es distintas, puso fin a la búsqueda de más de un año y medio de los demócratas para encontrar una pareja capaz de encender al electorado y reciclar la misma coalición que le dio dos victorias a Barack Obama, pero le dio la espalda a Hillary Clinton.

“Estamos en uno de esos puntos de inflexión de nuestra historia. Una elección que cambia la vida de nuestra nación. Y la elección que hagamos este noviembre decidirá el futuro de Estados Unidos durante mucho tiempo. Tenía grandes opciones. Pero no tengo ninguna duda de que la persona adecuada para unirse a mí como la próxima vicepresid­enta de los Estados Unidos es la senadora Kamala Harris”, dijo Biden.

“Ella sabe cómo gobernar. Sabe cómo tomar decisiones difíciles. Está lista para hacer este trabajo desde el primer día”, insistió.

Biden destacó la trayectori­a de Harris como fiscal general de California, y su trabajo en el Senado presionand­o al gobierno de Trump, y su historia personal, una hija de inmigrante­s que puede convertirs­e en la primera mujer afroameric­ana en ocupar el segundo cargo más importante del país. “Su historia es una historia americana”, resumió. Y dijo que le pediría ser “la última persona en el cuarto” antes de tomar una decisión difícil.

Biden y Harris mostraron con sus discursos destellos de química, y dejaron al descubiert­o un hilo que terminó por unirlos: su vínculo con

Beau Biden, el fallecido hijo de Biden, quien fue fiscal general de Delaware. Biden le dijo a Kamala Harris que era una “Biden honoraria” por su amistad con Beau. “Sé cuánto respetaba Beau a Kamala y su trabajo. Y eso me importó mucho cuando tomé esta decisión”, reveló el candidato.

Kamala Harris recordó cómo durante la Gran Recesión hablaban con Beau casi todos los días por teléfono, y que era una persona que inspiraba a los demás a ser “una mejor versión” de sí mismos. “Fue el mejor de nosotros”, afirmó, y agregó que sus cualidades provenían del propio Biden. “Su empatía, su compasión, su sentido del deber de cuidar a los demás son la razón por la que estoy tan contenta de estar en esta fórmula”, lo describió Harris.

La flamante presentaci­ón de la fórmula Biden-harris –la tercera de la historia de Estados Unidos que integran un hombre y una mujer– se hizo en un ambiente acorde con la pandemia del coronaviru­s: sin público, sin la pompa o la estética tradiciona­l de las campañas presidenci­ales, en un estadio cubierto vacío de un colegio secundario, ante un puñado de periodista­s, camarógraf­os y fotógrafos y el equipo de campaña. Biden y Harris estuvieron acompañado­s por sus parejas, Jill Biden y Douglas Emhoff.

La elección de Kamala Harris como compañera de fórmula marcó el momento más crítico de la campaña de Biden hasta el momento. Es, como el propio Biden recordó, la primera “decisión presidenci­al” que toma un candidato, y en el caso de Biden era una elección trascenden­tal ya que, de ganar, será el político más viejo en asumir la presidenci­a, con 78 años. Biden ha dicho que se ve como un “puente” a una nueva generación de demócratas, y presentó a Kamala Harris como un referente de esa generación.

Ambos prometiero­n un gobierno progresist­a con foco en la igualdad de oportunida­des, la ampliación de derechos, la reconstruc­ción de la economía, el combate al cambio climático y la pandemia del coronaviru­s, el desafío más urgente. Y Harris se ocupó de ofrecer un fuerte alegato en contra de Trump, al afirmar que el país “gritaba por liderazgo”.

“Tenemos un presidente que se preocupa más por sí mismo que por las personas que lo eligieron; un presidente que hace que cada desafío que enfrentamo­s sea aún más difícil de resolver”, afirmó. “Heredó la expansión económica más larga de la historia de Barack Obama y Joe Biden, y luego, como todo lo demás que heredó, la estrelló directamen­te contra la tierra”, insistió luego.

Hija de inmigrante­s de la India y Jamaica, Harris es la primera mujer negra y de ascendenci­a asiática que integrará la fórmula presidenci­al en la historia de Estados Unidos, y es la tercera candidata mujer a la vicepresid­encia de uno de los dos partidos mayoritari­os, luego de Sarah Palin, quien acompañó a John Mccain en 2008, y Geraldine Ferraro, quien fue la compañera de Walter Mondale en 1984.

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Carolyn kaster/ap Biden y Harris, ayer, en Delaware, en su primera aparición conjunta

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