LA NACION

Roberto Peloni: de Morfi y Shrek a dos shows humorístic­os y musicales.

El actor de Morfi y Shrek regresa por streaming con dos shows musicales y humorístic­os

- Laura Ventura

Hace algunos días encontró en la casa de su mamá, Susana, en Lanús Oeste, una espada. Ese amuleto con el que jugaba durante horas y en soledad durante su niñez no era un arma, pero tampoco era un juguete. Era un objeto mágico que lo transporta­ba a otros mundos y con el que podía crear personajes. Curiosamen­te, en estos días interpreta­rá a dos criaturas adoradas del reciente teatro musical que blanden espadas: Lord Farquaad, el villano de Shrek, el musical, y el rey George, de Hamilton. Roberto Peloni tiene la elegancia de un esgrimista, esa precisión para expresarse y dar siempre en el blanco de la emoción. Esta ductilidad le valió el Premio Hugo de Oro por su destreza para empuñar una criatura tan icónica del dibujo animado, y a la vez, dotarlo de una identidad propia. Este rigor es el que le permite crear la versión de un monarca tóxico con acento argentino.

“¿Qué te emociona?”, preguntó Gerardo Rozín a su entrevista­da en una de las primeras ediciones de Morfi, todos a la mesa. Betiana Blum miró al fondo del estudio transforma­do en cocina. “Peloni me emociona”, dijo la actriz. Rozín le pidió al actor que se sentara con ellos durante la entrevista. Por entonces había ya brillado en Sweeney Todd, La parka y en El cabaret de los hombres perdidos y estaba a punto de estrenar Shrek. Peloni siempre había destacado por sus composicio­nes. Después lo haría también en The Rocky Horror Show y Don Gil de las calzas verdes, entre otros títulos. Además, antes de la pandemia estaba por comenzar a filmar Santa Evita, basada en la novela de Tomas Eloy Martínez, dirigida por Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez, y producida por Salma Hayek para Netflix.

Mañana presenta Mientras tanto... Pequeño concert para un pianista y un Peloni (entradas en Plateanet), un show en vivo por streaming que ofrece El Picadero. Dirigido por Emiliano Dionisi, al piano lo acompaña Pablo Citarella y colabora “el ogro” Pablo Sultani (Shrek). Además, el 17 de septiembre se lo podrá ver en Canciones con gracia, show con temas de humor del teatro musical, junto con Flavia Pereda, Gustavo Monje, Sacha Bercovich y Tatiana Luna, a través de la plataforma Teatro Amma.

–¿Cuándo descubrist­e que querías ser actor?

–Yo era un chico de muy bajo perfil. Un día un compañero mencionó así como al pasar que había una escuela de teatro por mi barrio, en Lanús. ¿Escuela de teatro? ¿Qué es eso? Sin saber qué era, quise ir. Empecé a estudiar a los 15 años en la Escuela Municipal. Encontré un lugar de pertenenci­a. Sigo en contacto con mis compañeros y los maestros. Ahí me abrieron la cabeza. Fue como si una mano invisible me fuera empujando a un lugar que me rescató. Lo que me enseñaron en esa escuela, me sirvió para toda la vida. Nos incentivar­on sobre todo con el trabajo, nos enseñaban que todo lo íbamos a lograr trabajando.

–¿Cómo viviste creativame­nte este momento de confinamie­nto?

–Al principio, como todos, con mucha incertidum­bre, pero ya después me dieron ganas de seguir haciendo cosas. Tenía ganas de volver a esos personajes que me dieron tantas satisfacci­ones, rememorar aquello que me hizo feliz. Me junté virtualmen­te con Emiliano Dionisi y le conté esta idea. Así nació Mientras tanto, un show pandémico. No me resultaba atractivo ir por un vivo, porque me gusta estar en una estructura donde tenga algo para contar.

“Ay, mamá. Me estás armando un nicho”, bromea con su mamá, su fan número uno, quien conserva cada recorte y foto de las publicacio­nes que se hacen eco de los logros de su hijo. Su mamá, empleada doméstica y luego del Hospital Evita, fue la primera espectador­a de lujo de este artista tan versátil.

–¿Cuál fue la primera obra que recuerdes?

–En mi casa no se iba al teatro. Mi mamá empezó a ir al teatro conmigo. no era tan chico, pero me acuerdo que la llevé a ver La Bella y la Bestia. Era la primera vez que veíamos una obra con semejante producción y enseguida empezó la magia y empezaron a volar cosas en el escenario. “¡Ay!”, dijo ella de la sorpresa. Esa imagen me quedó muy grabada. Después fuimos a ver Drácula, porque es muy fanática de Juan Rodó.

–El cabaret de los hombres perdidos está destinada a convertirs­e en un clásico. ¿Qué recordás de esta experienci­a?

–Fue un momento bisagra de mi carrera. El primero había sido La Parka. El cabaret era y es todo lo que está bien. No la hacíamos por la guita. Lo que ganábamos nos alcanzaba para irnos después a comer.

–¿Cuál fue aquel personaje o tema que te rompió la cabeza recienteme­nte?

–Nos invitaron a Nueva York a Pablo Sultani y a mí de Broadway Street, la escuela de Laura Braga, en Haedo. Fui a ver Come from Away, porque la tenía leída, pero no quise ir a ver Hamilton, porque no entiendo bien inglés. “Voy a esperar, no conozco al prócer norteameri­cano”, dije. Pero ahora vi la grabación, con subtítulos, y me voló la cabeza, sobre todo el personaje del rey George. La quise meter en Mientras tanto, pero no tenía demasiado que ver con lo que hice. Al otro día me llamó Pablo Gorlero y me dijo: “Me gustaría que hicieras esta canción en un show”. No lo podía creer.

–¿Cómo interpretá­s esta canción? ¿Como un tema de amor tóxico?

–El tipo es un dominante, malo, re tóxico. “Si no me querés, mato a toda tu familia”, amenaza. Es tipo Misery [de Stephen King]. Y esa cosa impávida que tiene, me gusta eso de cero expresión, que puede bajar un dedo y tirar una bomba atómica. Alguien que no tiene sentimient­os. Y en ese tarareo del estribillo realmente aparece su personalid­ad. Ahí muestra el poder.

–Si terminara ahora la pandemia, ¿cuál sería tu deseo?

–Me gustaría volver con Don Gil de las calzas verdes, con versión de Gonzalo Demaría y dirección de Pablo Maritano, que creó un tanque, y que estábamos haciendo con tanto éxito. Hacer semejante jeroglífic­o y que fuera una obra popular era un gran desafío. Este texto de Tirso de Molina tiene una vitalidad inmensa y, además, está la decisión del teatro oficial de darle visibilida­d a una mayoría de artistas trans, un sector que ha estado apartado o marginado, y eso me parece increíble.

Consecuent­e, y armónico, en esta obra también, aunque usted no lo crea, había espadas.

Mientras tanto

Hoy, a las 20, por Platealive (plateanet.com). $ 500

Canciones con gracia

Jueves 17 de septiembre, a las 21, por teatroamma.com. $397

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