La Corte comenzó a analizar el per saltum de Bruglia y Bertuzzi
El alto tribunal no se fijó un plazo para definir el recurso de los camaristas; posibles alternativas
Los jueces de la Corte Suprema conversaron sobre el recurso de per saltum que presentaron los camaristas Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli para evitar ser trasladados de sus cargos, como pretende el oficialismo. Pero se juramentaron no hacer comentarios sobre los pormenores del intercambio virtual, ni anticipar si van a resolver el asunto esta misma semana.
Una decisión de la Corte significaría un termómetro de cómo se parará el tribunal de cara a las tensiones entre el Gobierno y la Justicia, por la posible reforma del funcionamiento del máximo tribunal, que tiene en estudio de una comisión de expertos que asesora al presidente Alberto Fernández.
El problema que debe resolver la Corte se generó porque en 2017 y 2018 los jueces Bruglia y Bertuzzi fueron trasladados de un tribunal oral federal a la Cámara Federal. También el juez Castelli fue enviado de un tribunal oral de San Martín a un tribunal oral federal de Capital.
El Gobierno sostiene que para ocupar sus nuevos lugares debían tener un nuevo acuerdo del Senado y la semana pasada se realizó una audiencia al efecto. Los camaristas no acudieron porque entienden que ya cuentan con el acuerdo y recurrieron a la Justicia para evitar ser trasladados. La oposición denuncia que los sacan en venganza por fallar contra Cristina Kirchner, y en el caso de Castelli, para evitar que la juzgue por los cuadernos de la corrupción.
Por ahora los tres jueces cosecharon reveses en la Justicia para evitar sus traslados y por eso plantearon el per saltum para que la Corte se aboque a sus casos, saltando la instancia de la Cámara de Apelaciones.
Hace 15 días tiene el máximo tribunal el caso en estudio y que no lo haya rechazado es un buen indicio para los jueces y un síntoma de que no pueden reunir, al menos, tres votos concordantes. A falta de certezas, hay escenarios posibles:
a) Que la Corte se pronuncie esta semana y admita el per saltum.a partir de ahí puede dar traslado a las partes para que argumenten y luego resolver. Se trata de una primera medida, que no comprometería mucho a la Corte y que no implica chocar con ninguno de los poderes del Estado. Es una señal importante que significa que se va a hacer cargo del caso y va a dictar un fallo.
Esta señal podría ser leída por el Senado para congelar todo, aunque nada obsta que le Cámara alta siga adelante con el proceso para denegarles un nuevo acuerdo. La otra consecuencia de declarar admisible el caso es que la Cámara de Apelaciones dejaría de intervenir y reenviaría el expediente a la Corte.
b) Si la Corte dice que el caso es admisible, los camaristas podrían presentarse nuevamente ante el tribunal e insistir con que dicte una medida cautelar que impida su remoción. Ello no implicaría chocar contra el Senado, que aún no rechazó sus pliegos, porque no trató el asunto en el recinto. Frenaría una medida del Consejo de la Magistratura.
c) Si la Corte no se pronuncia esta semana y deja el caso sin definición, el Senado puede avanzar y rechazar el nuevo acuerdo contra los tres jueces. Allí se darían dos posibles situaciones: que el Poder Ejecutivo dicte un decreto y los regrese a sus cargos anteriores. Con ese panorama es dudoso que la Corte dicte un fallo, chocando de frente con un decreto presidencial. La segunda alternativa es que el Senado avance, rechace el acuerdo y nadie diga ni haga nada. Los jueces estarían en una situación de incertidumbre: no sabrían si ir a sus actuales tribunales o a los anteriores. En última instancia, la Corte podría ordenar la situación.
d) Otra opción es que la Corte rechace el per saltum, con lo cua los jueces quedarían desprotegidos. Aún si la Corte rechaza el recurso cuestionando su admisibilidad formal, los magistrados pueden esperar un fallo de la Cámara de Apelaciones o –si son rechazados allí– de la propia Corte, en caso de que prospere un recurso extraordinario. Pero los tiempos no serían los mismos; para ese momento el Senado y el Poder Ejecutivo se habrán pronunciado.
La Comisión de Acuerdos del Senado trató los pliegos de Bruglia, Bertuzzi y Castelli la semana pasada, en un plenario muy duro para los camaristas, con la oposición ausente. La mayoría oficialista aprobó un dictamen en el que propugna rechazar el acuerdo con el argumento de que la ausencia de los jueces: “evidencia su contumacia, de cara al trámite complejo antes referido, su desapego al orden institucional y su inidoneidad para desempeñarse en el cargo para el que ha sido propuesto”. Un paso previo al pedido de juicio político, insinuó un opositor.
Para evitar ser malinterpretados, Bruglia y Bertuzzi presentaron un escrito a la Corte y al Senado y explicaron las razones de la ausencia, por la necesidad de no ir contra los planteos jurídicos que ellos mismos habían efectuado. Explicaron que consideraban la audiencia innecesaria por tener ya acuerdos.
Más allá de las cuestiones técnicas, los camaristas tienen un argumento de fondo para pedir que no los trasladen: la propia Corte ya dijo en dos acordadas que, para los movimientos de jueces en el mismo fuero y en la misma materia o similar no hace falta un nuevo acuerdo del Senado. Por eso esperan que el máximo tribunal se pronuncie, aunque sea por no permitir que otros poderes pongan en tela de juicio sus decisiones.