LA NACION

Fernández quedó en el medio del conflicto y envió un mensaje directo a los uniformado­s

Mandó delegados para negociar y después emitió un mensaje junto con Kicillof y los intendente­s

- Jaime Rosemberg

el objetivo de frenar “una ola” de conflictos salariales y mayor malestar en las calles, el gobierno de Alberto Fernández dejó en claro su apoyo político a la gestión de Axel Kicillof, sacudida por las fuertes protestas salariales de la policía bonaerense que continuaro­n en distintos puntos del conurbano y que llegaron hasta la misma puerta de la quinta de Olivos, epicentro de reuniones para tratar de resolver el conflicto.

El Presidente recibió en su despacho a Kicillof y un grupo de intendente­s del conurbano bonaerense, incluidos representa­ntes del macrismo, como Jorge Macri (Vicente López), Néstor Grindetti (Lanús) y Diego Valenzuela (Tres de Febrero). También llegaron a la quinta presidenci­al el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el jefe del bloque del Frente de Todos en esa cámara, Máximo Kirchner. Los opositores ignoraban que habían sido convocados para anunciar una quita de recursos a la ciudad de Buenos Aires, que gobierna Juntos por el Cambio.

“Agradezco todas las muestras de preocupaci­ón y afecto que he recibido. Los problemas debemos afrontarlo­s y resolverlo­s en paz y con sensatez. A quienes quieren venir a acompañarm­e los abrazo y les pido que no olviden que estamos en pandemia. No potenciemo­s el riesgo”, escribió el Presidente en su cuenta de Twitter minutos antes de ese cónclave.

Dos veces durante el día envió a funcionari­os a la puerta de la residencia para invitar a los uniformado­s a conversar sobre sus peticiones, mientras estos se concentrab­an en uno de los accesos a la quinta. En ambos casos la oferta fue rechazada, a pesar de que en el segundo intento fueron el secretario general de la Presidenci­a, Julio Vitobello, y el vocero presidenci­al, Juan Pablo Biondi, los encargados de transmitir el mensaje. “No quieren conversar, quieren que los vea la tele”, se quejó un alto funcionari­o luego de aquella gestión. Una partida adicional de fondos desde la Nación hacia la provincia aparecía como la vía para atender las demandas que los uniformado­s hicieron públicas durante el extenso día. Saldría finalmente de los recursos de la ciudad.

“Lo que pasa en la provincia repercute acá. Más allá de quién tiene la culpa, hay que dar soluciones rápido”, resumió un funcionari­o en la Casa Rosada. El propio Presidente aprovechó su paso por una fábrica de Quilmes para respaldar al gobernador y pedir diálogo a los efectivos policiales que reclaman incremento­s salariales en las calles. “El tema no se resuelve escondido en un patrullero tocando sirenas, sino de frente”, afirmó Ferpor nández, y agregó: “No nos vamos a hacer los distraídos, y vamos a trabajar junto con el gobernador para resolver el tema, como lo venimos haciendo”, dijo, con tono enfervoriz­ado. El primer mandatario afirmó que los problemas de la provincia comenzaron “cuando cedió puntos en la coparticip­ación y aumentó su población”, y sostuvo que “a veces se reclaman cosas que son difíciles de responder”.

Colaboraci­ón “urgente” para la provincia para mitigar los reclamos antes de que se expandan “a otras fuerzas” fue el objetivo del Gobierno, afirmaron en otro despacho oficial, más allá de las miradas sobre lo que consideran un “clima destituyen­te” que atribuyen, en parte, a la prédica de un sector de la oposición.

“Plata le dimos, y mucha, a la provincia”, aclararon desde un despacho importante de Balcarce 50, y recordaron los $37.000 millones acordados desde la Casa Rosada para el nuevo plan de seguridad, a repartir entre la gobernació­n y los municipios, y anunciados por el Presidente la semana pasada.

Desde allí también acusaban al gobernador y a su ministro de Seguridad, Sergio Berni, de “subestimar” el reclamo. Berni, de hecho, fue respaldado por Carlos Bianco, el jefe de Gabinete bonaerense, aunque crecen los rumores sobre pedidos de varios intendente­s peronistas, que reclaman al gobernador un “paso al costado” de su ministro de Seguridad.

“Hubo falta de sentido común, Kicillof compró la tesis de Berni, la situación de los policías de a pie empeoró mucho y no la vieron venir. Arreglaron con la cúpula y la tropa se rebeló”, reflexiona­ban desde Balcarce 50, desde donde también apuntaban a la oposición.

“Hay un problema salarial grande, eso es innegable. Pero con (Mauricio) Macri y (María Eugenia) Vidal se perdió el 60 por ciento del salario real”, se atajó un funcionari­o, que también afirmaba que la presencia de dirigentes opositores como José Luis Espert en el reclamo muestra que “hay una intención de utilizar el conflicto y sacar rédito político” en su beneficio. La tesis de los “sectores desestabil­izadores” era asumida por movimiento­s sociales como Barrios de Pie, que rodearon al mediodía la gobernació­n bonaerense en apoyo de Kicillof. El Presidente, en tanto, también atacó “las miserias de algunos, que afloran e intentan aprovechar en momentos como estos”. El recuerdo de las protestas salariales de la Gendarmerí­a y la Prefectura a fines de 2012, que se terminaron extendiend­o por todo el país, aparecía como un antecedent­e incómodo en las charlas entre funcionari­os en las últimas horas. “El problema es de Kicillof, pero también de [Sergio] Berni”, se sumó un intendente del conurbano ante la nacion mientras a la misma hora un efectivo policial amenazaba con tirarse desde una antena en La Matanza y más efectivos policiales llegaban a Olivos.

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