A una semana de la vuelta
En desventaja, los equipos argentinos temen por el físico y el juego en la Libertadores
Argentina, Bolivia y Venezuela son los únicos países de América del Sur que no tienen fecha definida para el regreso del fútbol profesional. Brasil volvió en junio; Paraguay retornó en julio; Uruguay, Ecuador, Perú y Chile regresaron progresivamente durante agosto, y Colombia retomará el torneo local a mediados de septiembre. Así, a una semana de la reaparición de los equipos argentinos en la Copa Libertadores, la inquietud está instalada dentro de los planteles: la desventaja con respecto a la mayoría de los rivales estará muy marcada.
Boca es el caso más notorio. En el club son conscientes de la gran desventaja que llevarán a cuestas hasta Asunción, donde se enfrentarán con Libertad –ayer registró un caso de Covid-19 en el plantel–, que tendrá ya 11 partidos disputados. Es que ya no sólo se trata de la sentencia de Miguel Ángel Russo de hace algunas semanas: “Evidentemente, arrancamos más tarde”, en referencia a la diferencia en el tiempo de preparación con respecto al resto de los equipos extranjeros. Sino que también cargan con una semana convulsionada por temas sanitarios. El presidente Jorge Amor Amel, de 71 años, no viajaría a Asunción y la presencia de Russo todavía está en duda.
Tanto el entrenador como el preparador físico Damián Lanata estaban de acuerdo en que sus futbolistas precisarían un tiempo de entre 45 a 60 días de puesta a punto. Del 10 de agosto (fecha de retorno a las prácticas) hasta el partido en Paraguay habrán pasado 38 días: primera dificultad. Sin embargo, la burbuja sanitaria en el hotel de Ezeiza quemó más papeles a partir de los 22 jugadores contagiados. En efecto, el período se acortó. Se suspendieron los entrenamientos de la semana pasada, la mayoría sólo se movió vía Zoom desde sus habitaciones y tuvo únicamente a diez jugadores en actividad sobre el campo.
Puertas adentro saben las complicaciones y se palpa cierta bronca por lo atravesado. Recién ayer hubo 18 futbolistas activos, ya que los estudios cardiológicos le permitieron entrenar a los jugadores que cumplieron diez días de aislamiento (según los médicos, es el plazo óptimo para un deportista con Covid-19). Eso es lo positivo: que, aunque sean un puñado de prácticas, tener por delante una semana completa de preparación –al menos– tiene otro color. “No cuestionamos a la Conmebol por no correr la fecha. Nos tocó esto y ya está. No hay lamentos ni excusas”, le dicen a la nacion desde el cuerpo técnico.
Apareció una pelota en River
Por su parte, en River, a pesar de tener más rodaje de entrenamientos, la preocupación también está presente, especialmente desde lo futbolístico. En la intimidad del plantel reconocen que hay cierta conformidad por lo visto en las últimas prácticas y que los futbolistas no perdieron tanta potencia física como se preveía gracias a los constantes trabajos en cuarentena, pero la falta de competencia durante seis meses será una dura barrera.
A sabiendas de que posiblemente haya un número normal de lesiones musculares que atravesar en estas primeras semanas por el extenso parate (Lucas Pratto ya está descartado por una distensión en el isquiotibial de la pierna derecha), dentro del cuerpo técnico y médico millonario ponen el foco en la recuperación del timing del juego y del contacto con el balón. Aunque son jugadores de elite a los que no les cuesta tanto volver a sentirse cómodos dentro del campo de juego, en River también aseguran que habrá una marcada ventaja con los rivales por la falta de ritmo en partidos oficiales.
Actividades físicas de capacidad aeróbica, ejercicios físico-técnicos en cancha reducida, potencia aeróbica y trabajos de fuerza son algunas de las actividades habituales, aunque ayer hubo práctica de fútbol para empezar a ajustar los detalles de cara al duelo con San Pablo. Apareció la pelota. El rival llega más que preparado: juega por el campeonato Paulista y el Brasileirao desde finales de julio y tendrá encima 13 partidos de rodaje.
En Racing, a ocho días de recibir a Nacional, la principal preocupación del cuerpo técnico no es la falta de ritmo ni las posibles lesiones. El foco está puesto en evitar los contagios, lo que llevó a reprogramar la posibilidad de jugar amistosos ante Defensa y Justicia y Gimnasia (LP), y también se desestimó la idea de concentrarse todos juntos con el “método burbuja” que usaron Boca y River. Iván Pillud y el juvenil Lucas Núñez dieron positivo en las últimas horas.
“Es muy complicado el momento porque es incertidumbre todo. Se planifica cada día, eso se hace difícil. Pero vamos a llegar bien, vamos a competir porque el corazón de este grupo es enorme”, confiaron desde las entrañas del Cilindro. Matías Rojas y Lisandro López ya volvieron a entrarse con el grupo después de dos semanas. Además, tanto Alexis Soto y Nery Domínguez están con molestias musculares.
Nacional, rival en el primer partido de Racing, comenzó a competir hace más de un mes: su primer partido por el torneo uruguayo fue el 9 de agosto en el clásico ante Peñarol, nada menos; ya lleva siete encuentros disputados y llegará con un total de nueve antes de enfrentarse con la Academia.
En Defensa y Justicia la situación de disparidad es similar. El Halcón tendrá que medirse con Delfín, de Ecuador, que retomó el torneo local el 15 de agosto y desembarcará con ocho encuentros disputados al compromiso copero. Mientras tanto, tal vez Tigre será el que se encontrará con el menor contraste: enfrente estará Bolívar, de La Paz, que volvió a los entrenamientos el 1º de agosto, pero no compitió oficialmente ya que el campeonato boliviano recién volvería en noviembre.