¡Tributo a los zurdos… en el mes del boxeador!
La aureola gloriosa y nostálgica que emana desde el mundillo pugilístico evocará por siempre al célebre momento en el cual el juninense Luis Ángel Firpo, “El toro salvaje de las pampas”, eyectaba del ring por 18 segundos al gran campeón mundial pesado Jack Dempsey, en aquel combate histórico del 14 de septiembre de 1923 y que dio vida al “Día del boxeador en la República Argentina”.
Firpo se convirtió en un gran escudo para millares de atletas que intentaron seguir sus pasos. Hoy, desde aquí pretendemos tributar en esta semana festiva, a un grupo de “pegadores” furibundos de la historia boxística nacional. Todos ellos de guardia invertida. Invariablemente llamados “Zurdos”, gestores de sus propias obras a puro knock-out.
“Zurdo”, postura de guardia antinatural, considerada horrenda en las primeras décadas del siglo XX, pero consagratoria con el correr del tiempo para los noqueadores más feroces de nuestro medio.
Paradójicamente, el arte en esta actividad está representado por los movimientos elegantes coordinados entre el jab de izquierda y la precisión de piernas veloces. Sin embargo, los “zurdos”, modificaron totalmente tales posturas.
Eduardo Lausse, Alfonso Senatore, Juan Martín “Látigo” Coggi, Julio
César Vásquez y Sergio “Maravilla” Martínez constituyen, con distintas excepciones a las reglas del noqueador serial, a un conjunto de boxeadores “no-ortodoxos” dignos de un gran reconocimiento.
Eduardo “Zurdo” Lausse, quien boxeó entre 1947 y 1960, es el receptor principal de esta evocación. “El campeón sin corona”, zurdo natural, “convertido” en diestro en el gimnasio. Siempre peleó así. Uno de los 10 mejores boxeadores de la historia al que ni Ray “Sugar” Robinson ni Carl “Bobo” Olson quisieron darle la pelea titular pese a su rol de primer clasificado mundial cuando existían sólo ocho categorías y un campeón por peso.
Su KO colosal ante el cubano Jesús “Chico” Varona en el legendario Saint Nicholas Arena, en 1954, lo consagró en Nueva York. Sobre él dijo Rocky Marciano: “Lausse es la gran estrella de los medianos”. Y este elogio es inmortal.
Sin “fueros internacionales” pero con un gran consumo de los sábados del Luna Park, apareció a zurdazo limpio Alfonso Senatore, quien según viejos expertos fue el más vigoroso de todos. Combatió entre 1942 y 1952 y su KO sobre el rosarino Amelio Piceda,
en 1945, respalda esta inducción.
Los zurdos naturales y explosivos de tiempos modernos exhibieron cualidades totalmente diferentes: Juan Martín Coggi, Julio César Vásquez y Sergio Martínez.
Coggi, de apariencia física endeble, consiguió como pocos perfeccionar la fórmula de la potencia
“velocidad+fuerza”. Se hizo temible en el ring al cabo de su carrera entre
1982 y 1999. Nadie podrá olvidar su KO en tres asaltos sobre Hugo “Pajarito” Hernández, en 1986, en el mítico Luna Park, administrado por Tito Lectoure. Su cross izquierdo fue casi invisible.
Vásquez, ex campeón mundial mediano junior, con actividad entre 1986 y
2009, era lento y errático. Le costaba encontrar el foco para descargar su “bomba”. Derribó a Pernell Whitaker, mandó al tapiz tantas veces como quiso a Ronald Wright y consiguió el KO del año
1995 para la revista The Ring cuando fulminó a Carl Daniels, en Filadelfia.
Por último, alguien sin pegada letal consiguió uno de los cuatro KO más impactantes de todos los tiempos: “Maravilla” Martínez. Zurdo natural y talentoso, su definición sobre Paul Williams en 2010 con un “tiro” perfecto, le dio una patente que no buscó y quizá no amerite: noqueador. Pero… ¿Quién desbarataría tal concepto tras esa gema lograda en Atlantic City?
Honramos a una legión de argentinos que pegaba a fondo y como nadie lo hizo con la mano “boba”: ¡La izquierda!.