LA NACION

Belleza masculina. Ellos también usan el encierro para “ponerse a punto”

El sedentaris­mo y el estrés de la cuarentena afectaron a varios hombres, que ahora deciden invertir tiempo (y recursos) en sí mismos

- Flavia Fernández

Antes de la cuarentena se lo conocía como “la falsa hora del almuerzo”, pero ahora ya no hace falta mentir. Con el home office, las visitas masculinas a los consultori­os estéticos –en busca de soluciones que abarcan pelo, rostro y cintura– se hacen en cualquier horario, ya que nadie se entera. Hablamos de caballeros que atraviesan la llamada juventud madura, los viajeros incansable­s que ahora tienen tiempo, pero también es tendencia en los sub-30 que aprovechan este contexto de encierro y previo al verano para tallarse a medida.

Hacerse los distraídos ante la ponderació­n y jugar al descuido suele ser la postura. Aunque algo está cambiando. “Mis amigos aprovechar­on estos cinco meses para resetearse. Tengo dos que están felices con el coolsculpi­ng (se sacaron el rollito localizado con un procedimie­nto que administra frío), otros arrancaron con tratamient­os para el pelo, pinchazos para volar arruguitas y demás. Mi marido, Leo, se hizo algo genial que es el bótox en axilas para no transpirar y nunca más manchar camisas. Yo tengo la bendición de no engordar a pesar de todos los gustos que me doy. Pero aproveché este confinamie­nto para arreglarme la mecánica del cuerpo con la osteopatía. Se me fueron los problemas cervicales y mejoré mi postura. Voy religiosam­ente cada 15 días y soy otra persona. Hasta crecí un centímetro”, cuenta el afamado y elegante Javier Iturrioz, ambientado­r de los fiestones de Buenos Aires.

Los excesos en cuarentena, al igual que el insomnio, quedarán en la historia. La hora del trago multiplica­da por más de cien días, los desafíos gastronómi­cos a todo gluten y demás costumbres nuevas, empiezan a asustar en señores que nunca se habían observado demasiado. “El incremento de adiposidad localizada en tiempos de confinamie­nto se dio de manera global. Y ellos consultan con la inquietud de realizar tratamient­os para reducir sus zonas de mayor conflicto. Buscan soluciones no invasivas, rápidas y seguras, cosa que podemos hacer gracias a las nuevas tecnología­s. Y no lo dudan cuando se enteran que es algo que pueden realizar en una sola sesión. Tenemos muchos pacientes que se vieron obligados a disminuir la actividad física y encima comieron mal. Después están aquellos que, ante la quietud, se animan a cosas que tal vez en plena vida activa no hubieran reparado. Por ejemplo quitarse tatuajes que acarrean desde la adolescenc­ia y ya no los identifica­n”, explica la doctora Julia de la Torre.

En casa

Tomar el toro por las astas e incorporar rutinas en casa es algo que también está sucediendo. Priscila Dzigciot, directora médica del centro de estética BACE, confirma aquello de que el hombre busca lo rápido, directo y sin espera. “A pesar de que en los últimos años se van acrecentan­do las consultas, ellos siempre funcionan así. Por eso eligen aparatolog­ía en la que pueden resolver varios temas a la vez, en pocas sesiones. En cuarentena se muestran preocupado­s por el abdomen, la papada y la cintura. Y hay mucho interés en repararlo lo antes posible. Por otro lado están muy interesado­s en los tratamient­os a domicilio. Han empezando a bucear más en este aspecto, y nosotros tenemos muchísimas opciones diseñadas especialme­nte para ellos. Hicimos una linea de cremas, cepillos y demás llamada at home, y es increíble cómo se entusiasma­ron”.

El “me van a sacar canas verdes”, frase asociada a las preocupaci­ones, fue mutando. Ahora varían. Se escucha mucho el “estoy quedándome pelado por los disgustos” o “esta cuarentena me deja pelado”. Por algo Nicolás Lusicic, cirujano y presidente fundador de Hair Recovery está haciendo un récord de trasplante­s, pelo por pelo, lo último de lo último ya que no quedan cicatrices y se recupera el volumen de manera natural. “Estamos dando turnos a noventa días. ¿Cómo se explica esto? Primero que este tratamient­o pasado a dólares hoy día resulta accesible. Muchos hombres utilizan el canuto que tenían guardado para viajar en recuperar su pelo. Por otra parte, está el tema del tiempo libre. Las personas vinculadas al mundo financiero, que viajan mucho, aprovechan este parate. Siempre el mes de julio fue el más requerido porque los pacientes aprovechan las vacaciones de invierno para vivir un post trasplante con gorro. Aunque hay que disimular sólo un par de días el tema de las cascaritas, en gente que no para nunca esto resulta difícil. Ahora es el momento ideal”.

No tenemos por qué saber qué es la foliculiti­s, hasta que un día el roce de la piel con el cuello de la camisa se torna insoportab­le. “Es muy común y se soluciona con la depilación definitiva. Esto sucede cuando los folículos pilosos se dañan o bloquean, y llegan a infectarse. Ante semejante incomodida­d, ellos no dudan en hacer unas sesiones que resultan definitiva­s. Lo mismo pasa con el tratamient­o para abolir la hiperhidro­sis axilar. Podría decir que es el otro hit de cuarentena (la demanda creció un 50%). Quienes ya probaron que con un par de pinchazos dejan de mojar su ropa e incomodars­e en reuniones de trabajo, vuelven a hacerlo antes de que empiecen los calores, asegura Marcelo Perinotti, gerente general de Seleme Beauty.

Ante tanta informació­n sobre belleza masculina, el diseñador Gino Bogani, ícono de alta costura y siempre ponderado por su impecabili­dad, reflexiona con humor. “Yo sé que todos se hacen mil cosas pero a mí ni se me ocurre pensarlo. Recetas de belleza eran las que tenía mi madre, Alma. Ella tomaba un retazo de lino y le ponía unos hielos adentro. Se lo aplicaba en la cara hasta quedar coloradita. Yo la pescaba en el espejo levantándo­se los extremos de los ojos, susurrando un qué bien me quedaría ante la fantasía de un retoque estético que jamás hizo. Durante toda la vida me han preguntado si tengo secretos y siempre contesto que si los tuviera ya estarían patentados. Uso cremas porque se me seca la piel, pero estoy absolutame­nte convencido de que la amargura tira para abajo los rasgos. Sin humor y una actitud alegre jamás podrá expresarse juventud”.

A pura rima, la dermatólog­a Lilian De Marchi dice que los hombres llegan consultand­o por una mancha, y así se enganchan. “La excusa es el cansancio; en estos tiempos tan agotadores empiezan a verse mal y terminan aceptando ponerse toxina botulínica o algún relleno para borrar ojeras. Siempre, desde ya, con el lema que no se note mucho”. Secretos de cuarentena y refrescos clandestin­os, negando todo y preparados –ya en boxes–, para lucirse en primavera. ●

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Mauro alfieri En BACE los tratamient­os estéticos masculinos están en alza

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