El “vuelto” de Kicillof para los intendentes peronistas
Los intendentes de Pro bonaerense escuchaban, algo incómodos, los picantes diálogos entre sus pares peronistas, en la previa del anuncio del presidente Alberto Fernández, el miércoles, con el que iba a decretar la quita de poco más de un punto de coparticipación de la ciudad de Buenos Aires para asistir al gobernador Axel Kicillof.
“¡Qué bueno que ahora tenemos gobernador! ¡Grande, Alberto!”, comentaban entre ellos los intendentes que tienen en Juan Zabaleta (Hurlingham) a su principal contacto con la Casa Rosada, con el conflicto con la policía bonaerense en vías de resolverse.
Algunos de ellos, en reserva, arriesgaban los nombres del intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo, y del propio Zabaleta como eventuales reemplazos de Sergio Berni, el polémico ministro de Seguridad, a quien varios de ellos querían fuera de su puesto. Así se lo habían hecho saber al gobernador cuando lo fueron a ver antes de que estallara el conflicto salarial.
Cuentan testigos de la tertulia previa en Olivos que algunos de esos dardos le llegaron, de manera directa, al propio Kicillof. El gobernador solo sonrió al conocerlos y pocos minutos más tarde fue él quien celebró: el Presidente le aseguró los fondos para destrabar el conflicto. Y Berni continuó en su puesto.
“Los intendentes están recalientes, pero la guerra continúa”, comentó un funcionario municipal al tanto de las desconfianzas mutuas entre Kicillof y los intendentes del PJ, que estarán atentos a la llegada (o mora) de los fondos prometidos a los municipios en concepto del megaplán de seguridad anunciado por el Presidente la semana anterior.
“Kicillof cree en el Estado como centralidad y desconfía de los intendentes, que a su vez están cansados de que los ninguneen”, contestó otro funcionario de Pro de diálogo permanente con sus pares peronistas del conurbano, que se quedaron con las ganas de ver a Berni fuera de juego y vieron cómo Kicillof ganaba espaldas para afrontar los difíciles meses que vienen.