Coronavirus
Una tanda de 100 alumnos participaron de un encuentro con equipos gubernamentales y recibieron computadoras; cada escuela los monitoreará; seguirán nuevas convocatorias, mientras la Casa Rosada define autorizaciones
Un grupo de 100 alumnos porteños participaron ayer, en el polideportivo de Parque Patricios, del primer encuentro organizado por la Ciudad para revincular con la escuela a los chicos que perdieron contacto durante la etapa de virtualidad. Recibieron orientación y computadoras, y ahora los docentes harán el seguimiento y nuevas convocatorias. Mientras, la Nación define el regreso a las aulas.
Un paso más. Como parte del programa Decí Presente, que se ocupa de contactar a los estudiantes porteños que perdieron el vínculo con sus escuelas, el Ministerio de Educación de la Ciudad inauguró ayer el primer encuentro de revinculación de alumnos, que se desarrolló en un polideportivo de Parque Patricios y convocó a un estimado de 100 estudiantes de secundaria de la zona.
Durante la jornada de ayer, mientras se espera una definición del gobierno nacional sobre el regreso a las aulas, aquellos alumnos que no estaban cumpliendo con sus tareas por falta de una computadora recibieron una en forma de préstamo. También se les enseñó a utilizarla y se abrieron instancias de diálogo, en las que los organizadores conversaron con los adolescentes y jóvenes acerca de la importancia de sostener el vínculo con la escuela y sobre la posibilidad de retomar sus estudios.
Los mismos estudiantes volverán hoy. Luego, cada escuela se ocupará de mantener el vínculo con los alumnos. “Esta intervención es una de las líneas de acción posteriores a la búsqueda de estudiantes casa por casa que estuvimos haciendo durante las últimas semanas. El objetivo de esta instancia es volver a acercarlos a la actividad pedagógica”, señaló María Lucía Feced, subsecretaria de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa porteña.
En los próximos días, se abrirán dos nuevos centros de revinculación para alumnos desconectados de sus escuelas primarias y secundarias en los parques De la Estación, en Once, e Indoamericano, en Villa Soldati.
Por ahora, la reapertura de las clases en la Capital todavía está en pausa. A pesar de que el Ministerio de Educación porteño presentó en agosto el protocolo corregido para el regreso de alumnos desvinculados de las escuelas, el gobierno nacional todavía no lo ha avalado. Por la falta de respuesta, la Ciudad tuvo que posponer hasta nuevo aviso la vuelta escalonada a las clases, que planeaba poner en práctica a partir de principios de octubre.
En ese sentido, ayer se reunieron equipos sanitarios de la Nación y las provincias para convalidar el semáforo epidemiológico propuesto por el Ministerio de Educación de la Nación como criterio para definir qué distritos podrán volver a la modalidad presencial de manera escalonada y parcial, que hoy será debatido por el Consejo Federal de Educación (ver aparte).
Bajo este contexto de incertidumbre, la Ciudad se limita a convocar a los niños y adolescentes que hayan perdido el vínculo con sus escuelas a los encuentros de revinculación y se muestra positiva en cuanto a sus efectos. El paso previo fue intentar contactar de manera telefónica a los padres de estos chicos. A quienes no pudieron llamar, los visitaron de manera presencial.
Según los docentes de escuelas públicas porteñas que fueron consultados sobre el tema por la nacion, el vínculo virtual de los alumnos con su institución educativa se encuentra debilitado y, en algunos casos, ha empeorado drásticamente después del receso de invierno.
“Al principio, la asistencia era del 80%, más o menos. Pero después de las vacaciones de invierno pasó a ser del 40%”, afirmó Natalia Lescano, maestra de matemática y ciencias naturales de la Escuela Nº 30 Granaderos de San Martín. Según pudo saber a partir de lo que le comunicaron los alumnos que ya no asisten a sus clases, la prolongación del aislamiento social y la crisis económica que conlleva son las principales causas de la desvinculación. “Muchos de los alumnos que dejaron de escuchar las clases por Zoom en estos últimos meses pudieron exteriorizar las razones. Dicen que les cambió el sueño, que tienen miedo a salir, miedo a no lograr entrar a la secundaria, que no tienen hambre. Habitualmente, usamos los horarios de ESI para que ellos hablen de lo que les está pasando. Otros también comentaron que empezaron a tener otras prioridades, como ayudar con la casa, cuidar a los hermanos mientras los papás trabajan y demás. Es terrible y para nosotros es muy frustrante”, contó.
Para Felisa, que enseña inglés en una primaria privada y en otra pública, la cuarentena generó una gran brecha entre ambos sistemas. “En el privado, los chicos de primer grado se vinculan perfectamente conmigo a través de videollamadas. Las madres están muy presentes y todos continúan conectados a los Zoom desde marzo. En el público, las clases comenzaron en agosto y solo 13 de los 28 chicos de primer grado se mantienen conectados”, detalló. De esos 14, solo uno o dos entregan los trabajos semanales que Felisa les envía.
“Para aprender inglés necesitan verme en persona, notar mis gestos y las cosas que les muestro. Al ser tan chicos, mucho se aprende a través de juegos, cartas y otros objetos. Me encantaría que empiecen a ir al colegio. Creo que sería difícil mantener la distancia entre los más chicos, pero no imposible”, concluyó.