Nueva Zelanda celebra haber aplastado la segunda ola del virus
Anunció la recuperación del último paciente y levantó la cuarentena en Auckland; “es un gran hito”, dijo el ministro de Salud
WELLINGTON.– Muchos países atravesaron el primer brote de la pandemia, no sin duros sufrimientos. Pero solo Nueva Zelanda derrotó al coronavirus por segunda vez, y de momento parece ser el único que tiene la llave para encarar una lucha de igual a igual con el Covid-19.
El gobierno anunció ayer la recuperación del último paciente contagiado a través de un brote local, por lo que solo quedan casos de afuera. Eso le permitió confirmar el levantamiento de la cuarentena en Auckland, la ciudad más poblada del país y sometida a restricciones de actividades sociales y públicas desde hace dos meses.
“Es un gran hito. Los neozelandeses lograron una vez más, a través de sus acciones, aplastar al virus. Los sistemas que hemos desarrollado y reforzado desde la primera ola de Covid-19 fueron efectivos para seguir al virus, aislarlo y eliminarlo”, dijo el ministro de Salud, Chris Hipkins.
Desde el 11 de agosto, se notificaron 186 casos comunitarios de coronavirus, todos ellos recuperados, mientras que 37 casos siguen activos, todos importados y aislados, según informaron las autoridades. Hipkins atribuyó el éxito de superar este segundo brote a la capacidad de rastreo de los contactos de los casos confirmados. Pero advirtió que no hay que ser “complacientes” e instó a “la vigilancia constante y el trabajo en equipo” para evitar un tercer ciclo.
La primera ministra Jacinda Ardern logró, además, el sueño trunco del presidente estadounidense Donald Trump: vencer al coronavirus antes de las elecciones, que en Nueva Zelanda serán la semana próxima y donde la premier, que parte como favorita, busca revalidar su cargo. Al igual que el ministro de Salud, Ardern pidió seguir alertas y lamentó que se use menos la aplicación oficial de rastreo de Covid-19 y el descenso en el número de tests. “El regreso del virus no es lo único que nos preocupa, también hay un regreso de la indulgencia”, dijo esta semana anticipando el final de la cuarentena.
“No quiero que nadie se crea que el estar en el nivel 1 suponga la ausencia de Covid-19 en Nueva Zelanda”, insistió la dirigente laborista.
Los 1,7 millones de habitantes de Auckland retomaron a medianoche la normalidad tras superar el rebrote que había obligado a la segunda cuarentena. Podrán reunirse y circular libremente sin necesidad de ejercer la distancia física o usar barbijo, aunque deberán seguir con las reglas de higiene y hacerse las pruebas si tienen síntomas.
La primera ola de coronavirus fue contenida a finales de mayo mediante un confinamiento nacional decretado dos meses antes, y el archipiélago registró después un remanso de 102 días consecutivos sin contagios locales.
Pero en agosto se descubrió un nuevo foco en Auckland y se dispuso otro confinamiento para la ciudad. El rebrote fue detectado en cuatro miembros de una misma familia y después se expandió hasta provocar 179 infecciones, a las que se sumaron otros siete contagios locales vinculados a un grupo de personas que había retornado del exterior. En esos días la primera ministra tuvo un contrapunto con Trump, quien pareció regodearse con las noticias llegadas de Auckland sobre el nuevo brote.
Trump dijo que sus detractores, que habían tomado a Nueva Zelanda como ejemplo, se habían equivocado. “Es terrible, no queremos esa situación aquí”, dijo sobre la “enorme alza” de casos en Nueva Zelanda.
“Todos los que siguen la situación verán claramente que nueve casos en un día en Nueva Zelanda no se comparan a las decenas de miles de contagios registrados en Estados Unidos”, respondió Ardern.
El confinamiento nuevamente dio resultado. Hipkins aclaró que espera que el brote de Auckland sea oficialmente “cerrado” en cuatro semanas si no se registra ninguna infección. Los expertos creen que hay un 95% de probabilidades de que el foco esté eliminado.
Nueva Zelanda, cuyo gobierno ha sido alabado por su gestión eficaz y rápida contra el coronavirus, acumula un total de 1499 infecciones, incluidos 25 muertos.
El país declaró el primer confinamiento el 25 de marzo, cuando solo tenían 50 casos confirmados, entró en recesión técnica el mes pasado al caer un 12,2% en el segundo trimestre de 2020 a raíz de las duras restricciones.
Liberados los límites de reunión y desplazamiento, entre las primeras consecuencias la gente de Auckland podrá festejar la recién ganada movilidad asistiendo a su deporte favorito, el rugby, al igual que el resto de Nueva Zelanda.
El segundo partido entre Nueva Zelanda y Australia por la Copa Bledisloe –competición anual entre los All Blacks y los Wallabies– se podrá disputar el 18 de octubre en el Eden Park de Auckland frente a un estadio abarrotado.
“Es una noticia positiva”, afirmó la Federación de Rugby de Nueva Zelanda en un comunicado. El primer partido de prueba tendrá lugar en Wellington el domingo próximo.