LA NACION

Policías locales, una fuerza que existe solo en los papeles

Todos los uniformado­s están integrados al comando de la fuerza bonaerense, pero los municipios sostienen sus propios móviles

- Gustavo Carabajal

La Policía Local nació hace casi seis años a raíz de una necesidad política para calmar el reclamo de los intendente­s bonaerense­s que, para afrontar las exigencias de seguridad por parte de los vecinos, pedían la creación de una policía municipal. Sin embargo, en los hechos, la Policía Local nunca funcionó como una fuerza de seguridad municipal. En la práctica, los intendente­s nunca tuvieron su policía.

Surgida en 2014, durante la gestión de Daniel Scioli como gobernador y Alejandro Granados como ministro de Seguridad bonaerense, la creación de la Policía Local constituyó la puerta de ingreso de más de 35.000 efectivos. Así, entre 2014 y fines de 2015, la fuerza de seguridad provincial pasó de 54.000 uniformado­s a casi 90.000.

Pero esos policías, que se diferencia­ban de los efectivos de la fuerza de seguridad provincial por el uniforme azul claro, color por el que fueron conocidos en las calles como “los pitufos”, nunca fueron una policía municipal. Con una preparació­n de seis meses, bastante menor a la que recibía un efectivo de la fuerza de seguridad provincial, los agentes de la Policía Local comenzaron a recorrer las zonas céntricas de los municipios del conurbano.

Los sueldos de los integrante­s de la Policía Local siempre fueron pagados por el gobierno provincial.

En 2018, durante la gestión de María Eugenia Vidal como gobernador­a y Cristian Ritondo como ministro de Seguridad, los efectivos de la Policía Local dejaron de usar ese llamativo uniforme, comenzaron a utilizar la misma vestimenta de la policía bonaerense y fueron reasignado­s a los comandos de patrullas y a las comisarías.

Hace seis meses, con Sergio Berni al frente del Ministerio de Seguridad provincial, desapareci­ó la denominada superinten­dencia de Policía Local.

Durante los últimos años, debido a que los móviles de la policía bonaerense no alcanzaban para cubrir los patrullaje­s de cada municipio, los intendente­s decidieron invertir en la compra de vehículos para reforzar la vigilancia. Así, los rodados adquiridos por cada municipio fueron ploteados con los colores elegidos por cada intendente y se los denominó de acuerdo con el criterio de cada jefe comunal.

En todos los casos, se trata de móviles adquiridos por cada municipio, tripulados por un empleado comunal que conduce el vehículo, acompañado por un efectivo de la policía bonaerense, que va armado. Actualment­e, en un distrito del primer cordón del conurbano los móviles municipale­s que recorren las cuadrícula­s son el doble que los vehículos de la policía bonaerense.

Esos móviles de la fuerza de seguridad bonaerense también dependen cada vez más de los municipios que aportan las dos terceras partes del combustibl­e que consumen.

“Los tickets para cargar combustibl­e que entrega el gobierno provincial no superan los $8000 mensuales por cada rodado. En una camioneta, con ese dinero se llenan dos tanques y medio. Con cada carga completa una camioneta circula un día y medio. Eso significa que el combustibl­e para que un móvil sea utilizado para patrullar el resto del mes debe ser aportado por el gobierno municipal”, explicó el secretario de Seguridad de un municipio del Gran Buenos Aires, que solicitó mantener su nombre en reserva.

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