LA NACION

Los mejores en juego y en excusas: un show de frases y mañas

Nadal y Djokovic buscan ser los más ganadores y a su tenis le suman artificios

- Claudio Cerviño

Rafaelnada­lpuedelleg­araroland Garros falto de competenci­a por la pandemia o una lesión, pero en la cancha central de París, a cinco sets, para dejarlo tirado en la arena se necesita más que un “Matador”: jugó 100 veces en el torneo y sólo dos (Soderling y Djokovic) le ganaron raqueta en mano, y otro (Granollers) por no presentaci­ón. Fue, es y será crack. ¿Necesita abrir el paraguas? En absoluto. ¿Por qué lo hace? Sólo él lo sabe.

Desde que llegó para disputar su Grand Slam predilecto, ese que conquistó 12 veces desde 2005, el mallorquín fue un glosario de quejas. Las nuevas pelotas, la temperatur­a diferente a junio. E interiorme­nte, el cambio de hotel por protocolos sanitarios: altera las cábalas, incluidos los lugares de cena. ¿Cambió algo? Ganó sus cinco partidos hasta aquí, no perdió sets y, en promedio, estuvo dos horas en la cancha. Demoledor como siempre, aunque parezca más terrenal.

Tras vencer al italiano Jannik Sinner anteanoche, volvió a hablar del frío, de que lo perjudica, y que cree que Diego Schwartzma­n tiene una ventaja para el choque por las semifinale­s: “Él parte con una ligera ventaja, porque me ganó la última vez. Las condicione­s son un poco más favorables para su tipo de juego”, sostuvo. Como si necesitara “tirarle la presión” a su rival. ¿Cuáles son las condicione­s respecto de los cuartos de final de Roma, donde venció el argentino? ¿El clima? En París hace frío y aquella noche italiana hubo un 80% de humedad. Cualquiera diría que después de jugar 5 horas con Dominic Thiem, el que quedó más gastado mental y físicament­e fue Schwartzma­n. Menos Nadal.

Pero no es el único que apela al manual de la estrategia verbal. Djokovic volvió a cruzarse con Pablo Carreño Busta, el español frente al cual lo descalific­aron en el US Open por pegarle un pelotazo a una jueza de línea y qué significó su única derrota en el año. Nole se impuso por 4-6, 6-2, 6-3 y 6-4 y pasó a las semifinale­s, donde se cruzará con el griego Stefanos Tsitsipas (6°).

“Tuve problemas en el hombro y en el cuello. Estoy bien. A medida que el partido avanzaba mi cuerpo entró en calor y el dolor se atenuó. Eso me permitió jugar cada vez mejor”, dijo Djokovic, que pidió asistencia varias veces durante el partido. Carreño Busta fue irónico: “Cada vez que está en aprietos hace eso, no me sorprende. Es algo bueno: quiere decir que lo puse en aprietos. Lleva mucho tiempo haciendo eso, no sé si tiene algo o es mental”.

Nadal (34 años) busca su 20° Grand Slam para igualar a Roger Federer (39). Djokovic (33) está al necesiten).. acecho, con 17. Juegan como pocos en la historia y también apelan a la psicológic­a (aunque no lo

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