LA NACION

La Justicia anula el cierre de Madrid por afectar “libertades fundamenta­les”

El Tribunal Superior de la región rechazó la medida del Ministerio de Salud; el gobierno podría imponer el estado de emergencia

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MADRID.– El gobierno madrileño recibió ayer el respaldo de la Justicia en su tironeo con el gobierno central por las restriccio­nes impuestas en esa región española, la más golpeada por el rebrote de coronaviru­s, en una disputa jurisdicci­onal entre fuerzas de distinto signo.

Seis días después de su aplicación, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid denegó ratificar la restricció­n de movilidad que afectaba a 4,5 millones de personas de la capital y nueve municipios de la región de Madrid.

Desde el viernes pasado, los residentes en estas zonas solo podían salir de su localidad para ir a trabajar o estudiar, acudir al médico y atender a personas dependient­es.

El tribunal alegó que estas medidas, impuestas por el Ministerio de Salud pese al rechazo del gobierno regional, afectan “los derechos y libertades fundamenta­les” y que la ley utilizada como amparo no permite limitarlos.

El confinamie­nto parcial había llegado tras un intenso conflicto entre el gobierno central, del presidente socialista Pedro Sánchez, y las autoridade­s conservado­ras de Madrid, que se oponían a las restriccio­nes debido sobre todo a sus consecuenc­ias económicas.

La Justicia coincidió así con la apreciació­n de funcionari­os regionales de resistir las medidas en medio de uno de los más preocupant­es brotes de Europa.

El tribunal admitió “la gravedad de la crisis sanitaria sin precedente” que sufre el país y “la necesidad de adoptar medidas inmediatas y eficaces”, incluso “limitativa­s de derechos fundamenta­les de mayor o menor alcance”. Pero esto no puede hacerse mediante “ninguna injerencia estatal no autorizada por sus representa­ntes mediante una disposició­n con rango de ley”, indicó.

La decisión dejó sin efecto la facultad de la policía de multar a quienes salgan de sus municipios sin justificac­ión. Por otra parte, dejó a los madrileños sin saber si pueden viajar a otros lugares para este fin de semana largo, que es feriado nacional.

“Hay una gran confusión porque yo, ahora mismo, no sé si estoy infringien­do o no estoy infringien­do una norma”, dijo Carlos, un jubilado de 70 años. Algunas restriccio­nes no se vieron afectadas por el dictamen, como el límite de seis personas a toda congregaci­ón y límites a la clientela de restaurant­es, bares y negocios, todas normas que figuraban en la disposició­n vigente desde el viernes pasado.

Madrid se encuentra en el centro de una impasse entre las autoridade­s centrales y regionales y que tiene irritada a gran parte de la ciudadanía, que considera que los dirigentes se preocupan más por sus disputas políticas que por detener la enfermedad.

La región registra unos 700 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, frente a los 300 casos por 100.000 del resto del país, que ya es uno de los más castigados de Europa.

Desde Argelia, donde había acudido en viaje oficial, Sánchez abogó por “continuar con estas medidas” y no descartó recurrir al estado de alarma que ya aplicó durante el severo confinamie­nto de marzo a junio. “Consideram­os preocupant­e la evolución de la pandemia en Madrid y, en consecuenc­ia, tenemos que poner todos los instrument­os encima de la mesa para doblegar la curva”, dijo el presidente.

Sánchez, en permanente contacto con el ministro de Salud, Salvador Illa, señaló que antes debe analizar la decisión judicial y, sobre todo, escuchar al gobierno regional, que conduce la conservado­ra Isabel Díaz Ayuso, quien hizo la presentaci­ón a la Justicia para impugnar las medidas.

Díaz Ayuso, figura destacada del Partido Popular, reivindicó el fallo judicial como un respaldo a sus posiciones. Pero al mismo tiempo recomendó limitar sus movimiento­s frente al fin de semana largo.

“Pedimos a los madrileños nuevamente no salir de Madrid y seguir todas las recomendac­iones sanitarias”, dijo en una comparecen­cia en la que también pidió al gobierno central negociar “unas medidas sensatas, justas y ponderadas”.

Desde el 21 de septiembre, el gobierno de Díaz Ayuso había instaurado medidas para limitar los movimiento­s en algunos barrios de Madrid y de los municipios cercanos donde la incidencia del virus era particular­mente alta.

Díaz Ayuso destacó que estas medidas, implantada­s principalm­ente en barrios obreros del sur de la capital, estaban empezando a dar resultados y considerab­a innecesari­o un cierre generaliza­do de la ciudad.

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Paul white/ap Los bares estaban abiertos ayer en Madrid

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