Dejarán entrar en el país a turistas uruguayos
Se les exigirá hisopado negativo y solo podrán visitar la Capital; otra vía para el ingreso de dólares
Cuando falta poco más de dos meses para el inicio del verano, el Gobierno realiza diferentes ensayos turísticos para intentar calibrar la situación y, pese a la amenaza del Covid-19, lograr una temporada que impulse la recuperación del sector y hasta contribuya al ingreso de dólares en el país.
Así como se están llevando a cabo acciones de prueba en Bariloche y la costa bonaerense –y se prevén otras en los principales puntos turísticos del país–, el Gobierno anticipó que tiene en estudio una prueba piloto para recibir turistas desde Uruguay, que podría concretarse en noviembre.
El ministro de Turismo, Matías Lammens, confirmó en una conferencia de prensa de la que participó la nacion que hay uruguayos interesados en viajar en tour de compras a Buenos Aires, donde el tipo de cambio los favorece.
Los visitantes estarían autorizados a ingresar solo por Buquebus y se les exigiría un hisopado negativo, con la posibilidad de que el estudio se realice en el propio barco. Desde principios de julio, la empresa naviera uruguaya cuenta con un laboratorio de testeo de coronavirus en una de sus unidades, que se utiliza para controlar a quienes tienen autorización para viajar en las frecuencias especiales vigentes.
En la iniciativa trabajan la Nación y el Ente de Turismo porteño, ya que el plan es que los uruguayos que ingresen puedan desplazarse solo por la ciudad de Buenos Aires y no circular por el resto del país.
La iniciativa, sin embargo, no es recíproca y no implicaría que los argentinos puedan cruzar el río para vacacionar en Uruguay. “Tiene sentido: nosotros tenemos circulación comunitaria del virus y ellos, no”, apuntó Lammens. Así, los uruguayos podrían ser los primeros extranjeros habilitados a ingresar al país, dado que actualmente las fronteras están solo abiertas para argentinos o residentes argentinos.
Según señaló Lammens, no hay todavía sobre la mesa medidas similares para el ingreso de extranjeros de otros países.
De cara a la temporada, el Gobierno también pondrá en marcha campañas para intentar desarrollar “nuevos destinos” y desconcentrar el flujo de turistas de las grandes estrellas nacionales, como Iguazú, Bariloche o Ushuaia. “Queremos promocionar el turismo de naturaleza, que es el que tiene mejor perspectiva”, dijo Lammens, y mencionó como ejemplo el turismo rural y los Esteros del Iberá.
Según el ministro, en una buena temporada de verano se mueven alrededor de 15 millones de turistas y para este año esperan entre 7,5 y 9 millones si es que la situación sanitaria mejora, como considera que va a suceder.
“Además, ya vemos que está cambiando el comportamiento de los turistas. Empiezan a elegir destinos más lejanos y estadías más largas. Si antes viajaban tres noches a Ushuaia ahora piensan en diez días”, apuntó.
Trabajos de prevención
Lammens señaló que la Nación ya les está girando fondos a las provincias para que hagan trabajos de prevención para recibir a los turistas y que se están comenzando a construir hospitales modulares en localidades muy concurridas para reforzar su capacidad sanitaria.
Por otro lado, dijo que no cree que sea necesario reducir la capacidad hotelera ni establecer cupos de turistas por quincena. “Con los protocolos y las nuevas prácticas, como no servir el desayuno a todos juntos en un lugar común, vimos que funcionaron bien hoteles con ocupación por encima del 80%”, detalló.
Según su punto de vista, la clave no es limitar la capacidad, sino “tener claros los flujos” de turistas en cada momento, de modo que se puedan volcar los recursos y las medidas de prevención acordes. Para tener un registro preciso, en noviembre se pondrá en marcha una nueva aplicación, sin nombre aún, en la que los turistas podrán registrar con 15 días de anticipación el lugar al que se dirigen y la duración de su estadía.
Esto se sumará a los registros que podrían aportar los hoteles y otros prestadores del sector. El problema se da sobre todo en la costa bonaerense, donde muchas personas tienen casa propia y se mueven con vehículo particular, por lo que es más difícil registrar su trayectoria.