LA NACION

El comercio exterior, sin crédito subsidiado

El Central frenó el ritmo de devaluació­n para desalentar a exportador­es e importador­es

- Javier Blanco

El Banco Central (BCRA) ralentizó notablemen­te en los últimos días el ritmo de ajuste al alza que le venía dando al dólar comercial: lo deslizó a un promedio de 2,2 centavos por día, como queda a la vista comparando el cierre de $76,95 del viernes pasado contra el de $77,15 de ayer. Previament­e, lo subía entre 47 y 54 centavos por semana.

El giro, producido tras el alza del 0,92% de aquel día, con el que intentó hacer visible su decisión de abandonar la previsible “tablita”, incluyó dejar el dólar congelado en $77,1083 entre miércoles y jueves pasados, consideran­do el tipo de cambio de referencia “A” 3500, por primera vez en la gestión de Miguel Pesce.

De este modo, hizo bajar la tasa de devaluació­n anualizada del peso del 33% al 15,2% anual en promedio en la semana, algo con lo que buscó dejarla bien debajo del costo al que los productore­s, exportador­es o importador­es se estaban financiand­o en pesos.

Además, fortaleció esa estrategia anteayer al excluir del crédito a tasa subsidiada a los importador­es de bienes de consumo finales y algunos exportador­es. “La idea es que para importar usen sus recursos o se tomen préstamos del sistema a tasas normales y no beneficiar­se de la tasa subsidiada que se dispuso como ayuda en la pandemia”, explicaron desde el BCRA.

“Se busca que los exportador­es no especulen con la suba diaria del dólar, la que llevaba a una tasa que era mayor a la de la financiaci­ón que tenían disponible en pesos”, apuntaron a la nacion en el mercado.

La sospecha en la entidad es que aprovechab­an los créditos al 24% para financiar la demanda de dólares destinados a acelerar compras o pagos al exterior, mientras “pisaban” en todo caso las ventas ya que se les aseguraba un ritmo de actualizac­ión del dólar un 9% mayor.

La duda se instaló al comparar las cifras de la balanza comercial, que aportó en agosto un superávit de

US$1436 millones como consecuenc­ia de una baja de las exportacio­nes

(-11,3% interanual) menor a la caída de las importacio­nes (-20,4%). De allí surge que los pagos de importacio­nes habían subido 27% interanual ese mes aun con envíos que se desplomaro­n

20,4% interanual por la recesión. Al limitar la oferta de crédito a los sectores aún castigados por la pandemia, y bajar el ritmo de devaluació­n, el BCRA busca menguar el poder que algunas empresas y productore­s mostraron para administra­r los tiempos para liquidar sus divisas.

“Al restringir los préstamos en pesos busca obligarlos a liquidar al dejarlos ‘sin caja’ para afrontar los gastos: algo así como si no exportan y venden los dólares no tendrán pesos o los tendrán más caros. El problema de esta medida es que la expectativ­a de devaluació­n supera el costo de financiami­ento en el mercado, sobre todo para el corto plazo, por lo que, aun cuando no sean tasas subsidiada­s, sigue siendo atractivo apalancars­e en pesos para no vender los dólares”, advierte Matías Rajnerman, de Ecolatina.

El economista cree que “si no hay una señal de estabiliza­ción del mercado cambiario que venga por el lado de la oferta de dólares, los problemas van a seguir”.

El balance de la semana no fue auspicioso.el promedio diario de operacione­s en el mercado cambiario oficial bajó de US$285 millones a apenas US$177 millones. Y el BCRA solo pudo hacer una pequeña compra de reservas el miércoles, pero cerró el resto de las jornadas con saldo negativo en sus intervenci­ones.

“Los últimos anuncios buscaron incrementa­r el flujo de oferta de divisas y apuntar a bajar las brechas y, hasta ahora, no lograron ni uno ni lo otro, lo que probableme­nte los lleve a intentar nuevas medidas”, juzgó el economista Guido Lorenzo, de la consultora LGC, tras reparar en los niveles del 86%, 100% o hasta 116,5% que alcanzó esta diferencia en el cierre de la semana el dólar mayorista respecto del dólar MEP, el CCL y el blue, respectiva­mente.

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