Nobel a la lucha contra el hambre
Lo ganó el Programa de Alimentos de la ONU
ROMA.– En una decisión que nadie esperaba y causó gran satisfacción en la comunidad internacional, recibió ayer el Premio Nobel de la Paz el Programa Mundial de Alimentos (PMA), organismo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que lucha contra el hambre en situaciones de emergencia y conflicto.
Con sede en esta capital y creado en 1961, el PMA es una agencia líder en la lucha contra la inseguridad alimentaria y asiste a diario a cerca de 100 millones de personas en 83 países (ver aparte).
“La pandemia del coronavirus ha contribuido a una fuerte alza del número de víctimas de hambre en el mundo”, afirmó el Comité del Nobel en su anuncio del galardón, que tuvo lugar en Oslo cuando en Roma el reloj marcaba las 11. “Hasta el día en que haya una vacuna médica, la comida es la mejor vacuna contra el caos”, agregó.
En una rueda de prensa, Berit Reiss-andersen, presidenta del Comité Noruego del Nobel, explicó que con el premio de este año el comité quería poner todos los reflectores sobre los millones de personas que sufren o enfrentan la amenaza del hambre. “El Programa Mundial de Alimentos juega un papel clave en la cooperación multilateral para hacer de la seguridad alimentaria un instrumento de paz”, subrayó. Y recordó que una estimación dentro del PMA indica que habrá 265 millones de personas con hambre en un año, “así que por supuesto esto también es un llamado a la comunidad internacional para que no subfinancie al Programa Mundial de Alimentos”.
La agencia lleva años dirigida por un estadounidense y en 2017 el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nominó al exgobernador republicano de Carolina del Sur, David Beasley, para el cargo. Beasley, que se encontraba de viaje en Níger, publicó un videocomunicado en las redes sociales en el que no ocultó su sorpresa. “Es por la familia del PMA”, dijo. “Están ahí afuera en los lugares más difíciles y complejos del mundo, donde hay guerra, conflicto, extremos climáticos, no importa. Están ahí afuera y se merecen este premio”.
En una declaración escrita, Beasley consideró la concesión del Nobel de la Paz al PMA “un reconocimiento conmovedor al trabajo de su personal, que arriesga su vida todos los días para llevar asistencia alimentaria a cerca de 100 millones de niños, mujeres y hombres que padecen hambre en el mundo. Personas cuyas vidas a menudo se ven devastadas por la inestabilidad, la inseguridad y los conflictos”.
Beasley también subrayó que “el
Premio Nobel de la Paz no es solo del PMA”, al recordar que este organismo trabaja en estrecha colaboración con gobiernos, organizaciones y socios del sector privado.
“No podríamos ayudar a nadie sin ellos. Somos una agencia operativa y el trabajo diario de nuestro personal está impulsado por nuestros valores fundamentales de integridad, humanidad e inclusión”, aseguró.
“Donde hay conflicto, hay hambre. Y donde hay hambre, a menudo hay conflicto. Hoy es un recordatorio de que la seguridad alimentaria, la paz y la estabilidad van de la mano. Sin paz, no podemos lograr nuestro objetivo global de hambre cero; y mientras haya hambre, nunca tendremos un mundo pacífico”, agregó.
Carlos Cherniak, representante de la Argentina ante el PMA y los otros dos organismos de la ONU en Roma, la FAO y el FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola), en diálogo con la nacion también admitió que nadie se esperaba el Nobel de la Paz, aunque destacó la importancia de la labor realizada por el PMA en los últimos meses de pandemia.
Cherniak recordó, por otro lado, que cuando el presidente Alberto Fernández viajó a esta capital en febrero pasado para reunirse con el Papa y autoridades italianas, también tuvo una reunión con Beasley.
“Entonces surgieron dos actividades que se están llevando adelante: una es el apoyo a una mejor nutrición en comedores escolares porque el PMA tiene gran experiencia en este campo; y la otra es la formación y el entrenamiento de pequeños y medianos productores de alimentos argentinos, para que puedan venderle al PMA insumos que luego el organismo distribuye en situaciones de emergencia en diferentes partes del mundo”, contó.
El diplomático destacó que la Argentina es uno de los países que le venden desde hace años alimentos no frescos al PMA (por dos millones de dólares anuales, aproximadamente), que han ido a Siria y a países de América Central. Y el objetivo es aumentar el caudal de ventas de commodities al organismo, más aún en el contexto actual de emergencia mundial provocado por el Covid-19.
Es el duodécimo Nobel de la Paz concedido a una organización o personalidad de la ONU. El premio, que consiste en una medalla de oro, un diploma y diez millones de coronas suecas (cerca de 1,1 millones de dólares, 950.000 euros) será entregado formalmente el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su fundador, el empresario y filántropo sueco Alfred Nobel (1833-1896), si las condiciones sanitarias lo permiten.
El año pasado el premio fue adjudicado al primer ministro etíope, Abiy Ahmed.
Berit Reiss-andersen presidenta del comité nobel “el programa mundial de alimentos juega un papel clave en la cooperación multilateral para hacer de la seguridad alimentaria un instrumento de paz” David Beasley jefe del pma “es un reconocimiento conmovedor al trabajo de su personal, que arriesga su vida todos los días para llevar asistencia alimentaria a cerca de 100 millones de niños, mujeres y hombres que padecen hambre en el mundo. personas cuyas vidas a menudo se ven devastadas por la inestabilidad, la inseguridad y los conflictos”