El regreso a clases
La ministra de Educación porteña confirma que habrá calificaciones; podría haber actividad en enero, con docentes contratados
●●●●● La ministra de Educación, Soledad Acuña, dijo ayer a la nacion que el gobierno de la ciudad quiere que “todos los alumnos vuelvan a la escuela antes de fin de año”.
No tiene temor de que algo pueda salir mal. Aunque sea martes 13. Está ansiosa por que llegue el día, y trabaja contra reloj para ultimar los detalles previo a la primera etapa de reapertura de las escuelas después de casi siete meses, que será con estudiantes del último año del secundario de las escuelas de gestión estatal. Lo primero que dice en una conversación con es que los chicos son los la nacion que mayor esfuerzo hicieron durante estos meses y que nada debería salir mal si se garantiza el cumplimiento de los protocolos.
“Si los adultos somos responsables, la escuela es un lugar seguro”, dice Soledad Acuña, ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, que adelanta su plan de acción hasta fin de año apenas dos días después de que el Consejo Federal de Educación acordara que cada jurisdicción puede tomar su decisión para regresar a las aulas, en función de un nuevo índice epidemiológico elaborado especialmente para las zonas urbanas.
Esa especie de semáforo epidemiológico está en amarillo en la ciudad de Buenos Aires, riesgo moderado, por eso desde el martes próximo se avanzará con actividades de acompañamiento educativo para los alumnos del último año del secundario y luego los de 7° grado. Un total de 70.000 estudiantes que regresarán a las aulas.
–¿Este regreso paulatino es obligatorio para escuelas públicas y privadas?
–Los colegios privados recibieron una notificación. Para ellos es una decisión voluntaria, lo tienen que notificar y firmar una declaración jurada para la implementación del protocolo, que saldrá publicada el martes próximo a primera hora. Las escuelas tienen autonomía para decidir cómo van a trabajar. Sugerimos que sea entre dos y cuatro veces por semana, en turnos de entre una y cuatro horas. Se trabaja en burbujas de hasta diez chicos, que siempre deben ser los mismos, algo clave para activar el protocolo en el caso de algún contagio y que se pueda aislar a todo el grupo.
–Según el semáforo epidemiológico, el nivel intermedio habilita a realizar actividades educativas escolares.
¿Es un regreso que tiene que ver más con lo social y lo vincular, y no con lo académico?
–Las dos cosas. Inicialmente serán espacios de reencuentro con compañeros y docentes, con el ámbito escolar. Pero al mismo tiempo se puede profundizar en algunos contenidos, hacer devoluciones de tareas, sobre todo con los más chicos. Dependerá de cómo haya trabajado cada escuela y de la respuesta que los maestros hayan recibido de sus alumnos en estos meses. Para los que terminan el secundario o la primaria, sin duda es más un proceso de cierre. Otros querrán reforzar la actividad física. No queremos ser una vidriera de lo que hay que hacer. La realidad en el interior de cada jurisdicción es diversa.
–¿Cuál es la fecha de regreso para los chicos de 7° grado?
–Dependerá de cada escuela. El objetivo es que [a partir del lunes 19] puedan arrancar los de 7° grado. Para que se puedan organizar, cada institución será la encargada de informarles a las familias y hacer la convocatoria, con la explicación que corresponda en cada caso, el detalle del protocolo y todos los cuidados. Siempre en grupos pequeños y horarios diferenciados. Por favor que nadie vaya a la puerta de la escuela para averiguar nada. Eso es lo que queremos evitar.
–¿Podrán volver todos los alumnos antes de que termine el año?
–Si hacemos todo bien, nos seguimos cuidando y se garantiza el cumplimiento de los protocolos, queremos que todos los chicos tengan un espacio de presencialidad antes de que termine el año. El paso, luego de los de 7° grado, será con sala de 5. Ellos también están en una instancia de cierre. También revincular a los adultos de formación profesional, los que deben rendir materias prácticas, para que puedan hacer las evaluaciones y obtener su título habilitante lo más pronto posible.
–¿Todas las actividades deberán ser sí o sí al aire libre?
–No necesariamente tienen que ser espacios abiertos. Es lo ideal, pero ni todas las escuelas tienen esa posibilidad ni todas las jurisdicciones transitan por un mismo escenario. Por eso hubo una modificación sobre ese punto. Hay provincias donde la semana pasada nevó y otras, como Santiago del Estero, donde el termómetro llegó casi a los 50°C. Con los patios como prioridad, la exigencia es que sean espacios ventilados naturalmente. También podrán usarse las bibliotecas, los comedores o los patios techados de gran superficie.
–¿Docentes y alumnos podrán usar el transporte público?
–Docentes y personal no docente, sí, porque son ahora trabajadores esenciales. Estamos trabajando con la Nación para que los estudiantes también puedan tener esa habilitación. Creo que no habrá problema, porque todos irán en distintos horarios, serán flujos de circulación alternados.
–¿Cómo deberán actuar las escuelas ante un caso sospechoso o un contagio confirmado?
–Ante la primera evidencia de algún síntoma o sospecha, ya sea un docente, personal no docente o alumno, se debe aislar al grupo. Por eso los beneficios de la modalidad burbuja, donde los grupos no se cruzan. También tiene que haber media hora de receso entre cada uno, para las tareas de limpieza y desinfección. Son los mismos protocolos que se utilizan en otros países que ya regresaron a las aulas.
–¿Cómo serán finalmente la promoción y la acreditación de saberes? ¿Se los va a evaluar?
–Se los va a evaluar. Hay dos instancias. A mediados de este mes, las familias recibirán una valoración pedagógica, similar a la que ya recibieron cuando cerró el primer cuatrimestre. Y habrá otra a fin de año, cuando los alumnos recibirán una calificación, en tres escalas: en proceso, suficiente y avanzado. Si no terminaron de adquirir los conocimientos, más allá de que se promocione el año y no repitan, habrá una instancia adicional para recuperar esos aprendizajes. Ya están diseñados los planes de la escuela de verano, para enero. Los colegios privados deberán diseñar sus mecanismos. Nosotros como jurisdicción no eliminamos la calificación. Eso quedó estipulado en la resolución, por eso la Ciudad sí evalúa. Para los que terminan un ciclo, la calificación será numérica.
–¿Qué respuesta tuvieron de los gremios?
–Cuando decimos que valoramos la educación y la priorizamos, tenemos que ser coherentes. Ni las familias ni los alumnos lo tienen que ver como un castigo, es una oportunidad de aprendizaje. Con respecto a los docentes, igual que hacemos con la colonia de verano, vamos a contar con personal adicional, maestros contratados especialmente para tal fin.