LA NACION

Guernica. Más casillas y menos familias, a las puertas del desalojo

Está previsto para el jueves, y el gobierno de Kicillof no pedirá una prórroga

- Inés Beato Vassolo

Faltan pocos días para el desalojo del predio ocupado de Guernica –ordenado por la Justicia para el próximo jueves– y en el descampado se ven más refugios, pero menos familias. Algunas casillas nuevas reemplazan las que fueron desmontada­s; otras se instalaron en parcelas de algún generoso que aceptó compartir su lugar.

Una seguidilla de carpas de nylon negro, en su mayoría vacías, interrumpe la visión del predio.

Circula poca gente, casi no se escucha música y son escasas las rondas de mate. Según datos oficiales, unas 500 familias negociaron su retiro, a cambio de asistencia estatal, y el gobierno de Axel Kicillof no pedirá al juez una prórroga del desalojo.

Con el acuerdo, el gobierno de Axel Kicillof se compromete a dar subsidios inmediatos para que las personas puedan continuar con sus alquileres o mejorar las condicione­s habitacion­ales de sus viviendas de origen. En el largo plazo, la promesa estatal es entregar 3000 lotes con servicios a todas las familias de Presidente Perón que verifiquen la necesidad, más allá de las que ocupan los terrenos de Guernica. El ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, afirmó a la nacion que “si bien pueden quedar familias con necesidade­s en el predio, son más las que salieron que las que están ahí”.

“En el lugar deben quedar unas 300 familias. Dudo que hayan sido realmente 1904, como indicó el censo, porque los días que se hizo –el 18 y 19 de septiembre– segurament­e se habrá acercado más gente”, sostuvo Larroque.

En este sentido, el ministro Larroque aseguró que no le pedirá al juez de Garantías de Cañuelas, Martín Miguel Rizzo, que prorrogue, una vez más, el desalojo: “No le puedo decir al juez que necesito tiempo, porque el tiempo ya lo tuve”. Según el funcionari­o, su equipo insiste a las organizaci­ones para que los dejen “hablar con la gente que falta, para registrar ese número”, pero los dirigentes sociales lo impiden.

“La respuesta de las organizaci­ones sociales es trivial y adolescent­e. incluso me dijeron que, si hay acuerdo, la toma se resuelve en 24 horas. Esto da cuenta de una postura caprichosa e irresponsa­ble”, dijo Larroque. Manifestó, además, que le resulta “preocupant­e” que las agrupacion­es “no quieran resolver el conflicto”.

Días atrás, el equipo interminis­terial que trabaja en el operativo intentó ingresar al predio, pero las agrupacion­es políticas le negaron el paso. En un comunicado al que adhirieron más de 40 grupos de izquierda, los firmantes acusaron a Larroque de “mentir, difamar y demonizar” su imagen, así como de carecer de “propuestas concretas” para relocaliza­r a las familias.

“Se acercan a apretar a la gente”, coincidier­on varios referentes sociales, en diálogo con la nacion, e indicaron que los próximos días continuará­n con las manifestac­iones y las actividade­s de reclamo y resistenci­a.

Contra reloj y desde sus oficinas móviles –montadas sobre la avenida Crisólogo Larralde, al lado de la mula de Presidente Perón–, el gobierno de la provincia de Buenos Aires intenta avanzar con los acuerdos y despejar la toma; pero, mientras tanto, al sitio llegan familias nuevas, en reemplazo de las salientes.

Terrenos sin ocupantes

“A este manzana, que tiene 21 parcelas, vinieron siete familias en los últimos días, porque se enteraron de que se habían desocupado terrenos”, contó a la nacion Aldo Parra, delegado de una de las manzanas del barrio San Martín, uno de los cuatro “barrios” que se demarcaron en la toma.

Parra se instaló en Guernica solo, en julio. Su mujer y sus hijos lo visitan a diario, pero pasan las noches en la casa de un familiar, en Lomas de Zamora, mientras él se queda en toma para defender una porción de tierra. Según indicó el delegado, las nuevas familias que llegaron a San Martín son, en su mayoría, de Morón y de Quilmes.

Pero los recién llegados no tienen intencione­s de permanecer en el descampado, sino que se acercan al lugar para tomar posesión de algún terreno y, luego, se retiran. Tal es el caso de una familia de Quilmes que el viernes por la mañana construía una estructura con maderas y nylons, en una parcela del barrio San Martín. “Nos avisaron que estaba desocupada, así que vinimos a armar esto. Si queda, queda”, explicó a la nacion la mujer de la familia –prefirió no identifica­rse–, mientras ayudaba a su marido a clavar los postes de madera.

La mujer tampoco quiso indicar quién les sugirió que se acercaran a

Guernica, pero aseguró que no tenía familiares ni conocidos en la toma. “No vamos a dormir acá, porque tenemos tres hijos, pero vinimos a armar para guardar un lugar”, agregó.

Las familias que aún deciden resistir en el predio de 100 hectáreas manifestar­on no estar dispuestas a negociar con la Provincia. “Yo no tengo problema de pagar, pero quiero que me den tierra. Los materiales no me sirven porque no tengo ningún lugar propio adonde ir”, dijo a la nacion Cecilia Ávila, que ocupa un terreno en el barrio 20 de Julio, donde la mayoría de los ocupantes son de Guernica.

Ávila duerme en la toma desde el primer día, con su marido –changarín– y sus cinco hijas, de entre uno y 13 años. La mujer y su familia llegaron al lugar el 20 de julio pasado, con un grupo de 20 personas, quienes, según sostuvo, contaban con autorizaci­ón de la municipali­dad para instalarse. “Nos dijeron que podíamos quedarnos, hacer zanjas y traer luz, pero que nos teníamos que ir si aparecía el dueño. El propietari­o de esta parte no apareció, pero ahora nos quieren meter en la misma bolsa que todos y desalojarn­os”, se lamentó la mujer.

Nelson Díaz, de 29 años, es otro de los ocupantes que se niegan a acordar su retiro. “La gente ignorante es la que firmó y se fue. Nadie te asegura que de acá a 15 días te van a dar materiales. No pienso acordar porque no hay coherencia. El gobierno tiene la solución en las manos, hay tierras en todos lados”, sostuvo Díaz, de Lomas de Zamora, que llegó a la toma acompañado de siete amigos.

En caso de que la Justicia proceda al desalojo, Díaz aseguró que “la gente se va a defender feo,” ya que “no fue un chiste” pasar tres meses en el lugar, donde –según dijo– se viven situacione­s de insegurida­d. “Yo me voy a defender. Si no les tuve miedo a los tiroteos que hubo acá, no le voy a tener miedo a la policía”, explicó Díaz.

Operativo de seguridad

Una fuente del Ministerio de Seguridad bonaerense que se encontraba, el viernes, en las oficinas móviles del gobierno provincial, confirmó a la nacion que en la toma hay gente armada, e indicó que trabajan para resolverlo: “Estamos trabajando en eso. Las personas están identifica­das. Algunas tienen armas tumberas y otras, armas militares”.

En línea con lo indicado por Larroque, la fuente cercana al ministro Sergio Berni sostuvo: “Queremos dialogar desde el día uno para no proceder al desalojo. Pero si hay que desalojar, tendremos que hacerlo. Somos auxiliares de la Justicia”.

En paralelo, los vecinos de los alrededore­s de la toma continúan su reclamo para que se efectivice el desalojo. Ayer por la tarde, por segunda vez en la semana, volvieron a convocar un bocinazo sobre la ruta provincial 210, en repudio de la usurpación y en defensa de la propiedad privada.

En caso de que no se despejen los terrenos, los guerniquen­ses continúan con la idea de impulsar una “rebelión fiscal” y dejar de pagar sus impuestos “para hacerse oír”. Según indicaba días atrás una manifestan­te, la medida es “en defensa de todos los que cumplen con los pagos, mientras otros toman terrenos que tienen dueño”.

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Ignacio sánchez Unas 300 familias permanecen en el predio de Guernica

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