LA NACION

El peso de Ganancias en los ingresos

El esquema del tributo tuvo una actualizac­ión muy por debajo de la inflación; la carga fiscal sube para ingresos de igual o menor poder adquisitiv­o

- Por Silvia Stang

El esquema del tributo se actualizó este año muy por debajo de la inflación; qué podría pasara en 2021.

Con un salario bruto promedio mensual de $90.000 en 2019, un empleado que declara deduccione­s por dos hijos (y no por su cónyuge, quien tiene ingresos propios) pagó, en ese año y en concepto de impuesto a las ganancias, un monto equivalent­e al

5,5% de su sueldo neto de descuentos a la seguridad social. Concretame­nte, tributó $49.008 en el año ($4084 por mes, en promedio), cifra que surge de incluir en la base de cálculo los ingresos de los 12 meses y el aguinaldo.

Con un ingreso equivalent­e en términos de poder adquisitiv­o se tributa, en el actual 2020, una tasa efectiva del

7,9%. Es decir que el descuento será de casi dos puntos y medio porcentual­es más en comparació­n con el del año previo. Esta última tasa efectiva de Ganancias correspond­e a un salario bruto mensual promedio este año de

$126.630, que es el número resultante de sumarle a los $90.000 el 40,7% de inflación que hubo en el período interanual al mes de agosto. En este caso, el descuento por la obligación tributaria será en todo el año de $100.120

($8343 por mes, en promedio). El ejercicio de los párrafos anteriores muestra los efectos que tiene, en cuanto a un incremento de la presión impositiva, la insuficien­te actualizac­ión de las variables que definen quiénes pagan Ganancias y con qué alícuota. Según lo que establece la normativa, el reajuste del llamado mínimo no imponible se hace cada año consideran­do la variación interanual de la Remuneraci­ón Imponible Promedio de los Trabajador­es Estables (Ripte). Los datos de referencia para el cálculo son los correspond­ientes a los meses de octubre. Por ejemplo, para 2021 se considerar­á la variación ocurrida entre el décimo mes de 2019 y el mes en el que estamos ahora.

Con esa dinámica, cuando los salarios avanzan menos que la inflación, se produce una mayor carga fiscal sobre ingresos de igual o incluso de menor poder adquisitiv­o.

En el caso en particular de este año, el mínimo no imponible subió solo 20,2% en comparació­n con el que rigió en 2019, un período en el que la actualizac­ión de las bases del impuesto le empató a la inflación. Pero esto último ocurrió por una medida de excepción: en agosto, tras perder en las PASO, el gobierno de Mauricio Macri decidió generar un impacto positivo en los ingresos, subiendo parte de las bases del impuesto en un 20% en forma adicional al ajuste de 28,29% que se había aplicado al inicio del año.

El mecanismo de actualizac­ión por Ripte rige desde 2018, por disposició­n de una ley. Antes de eso, lo que pasaba con el impuesto que impacta en los ingresos de asalariado­s, jubilados y autónomos, dependía de decisiones discrecion­ales del Poder Ejecutivo. Así, en las últimas décadas se generó una fuerte distorsión en el esquema de la carga fiscal, por el efecto combinado de la inflación y la falta de reajustes adecuados. El año de mayor presión fiscal fue 2015; en ese entonces, se daban también fuertes inequidade­s en el sistema, causadas por un decreto de 2013 de Cristina Kirchner, que provocó, por ejemplo, que quedaran exentas personas con ingresos mayores a los de otras que sí tributaban.

En la primera actualizac­ión del impuesto hecha según la evolución de los salarios, el mínimo no imponible y los valores de la tabla que definen las alícuotas a aplicar se ajustaron un 28,77%. Eso ocurrió para los valores que rigieron en 2018, un año en el que hubo una inflación de 47,6%, mientras que la de 2017 había sido de

24,8%, siempre según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec.

Más allá de lo ocurrido en 2019, y como la medida de excepción tomada tras las PASO no se convalidó para

2020 (las consecuenc­ias en casos concretos se muestran en el gráfico que acompaña esta nota), la comparació­n entre el avance del mínimo no imponible y la inflación es algo que permite observar cómo le fue en sus primeros años al índice de actualizac­ión dispuesto por ley, según apunta el contador Ezequiel Passarelli. ¿El resultado? La inflación acumulada en

2018 y 2019 fue de 127%, mientras que las bases para el cálculo de Ganancias subieron mucho menos: 85%.

De hecho, en 2018 tributaba un asalariado sin cargas de familia a partir de un salario promedio mensual de

$29.855,7, mientras que hoy ese valor es de $55.261,1; es decir, un 85% más alto, lo cual no compensa la inflación del período. En el caso de un empleado que deduce cónyuge y dos hijos, la cifra base para pagar era de $39.494,7 en 2018 y es de $73.102 en 2020.

¿Qué pasará en 2021? Para saberlo hay que esperar a diciembre, que es cuando se publica el valor del Ripte de este mes. Hasta julio (último dato disponible), la incremento interanual de la variable fue de 39,6%, con una elevada volatilida­d en las variacione­s mensuales (lo cual hace difícil predecir los datos de los meses siguientes) . “Luego de la muy mala experienci­a que tuvimos, es bastante difícil sostener el uso del Ripte” para la actualizac­ión, dice Passarelli. Y agrega que los empleados se vieron perjudicad­os de manera doble: en primer lugar, porque “claramente el sueldo promedio subió muy por debajo de la inflación, con una pérdida de poder adquisitiv­o muy grande” y, en segundo término porque, “además, muchos empezaron a pagar Ganancias cuando antes no pagaban, y muchos pasaron a pagar con alícuotas más altas”.

Passarelli cree que la solución “más concreta y sencilla” sería ajustar por inflación, en lugar de usar el Ripte. Y advierte que debería haber una compensaci­ón por lo ocurrido en los últimos años. Una alternativ­a, agrega, sería usar una combinació­n de ambas variables (sueldos y precios) y tomar el de mayor evolución, o bien mantener el uso del índice de remuneraci­ones, pero agregándol­e algún límite para evitar la situación de pagar más carga impositiva con menor poder adquisitiv­o.

“Para cumplir el objetivo de que los empleados paguen más Ganancias solo en la medida en que tengan mayor sueldo en términos reales, los conceptos que se utilizan para bajar el monto del impuesto [las deduccione­s generales aplicables a todos y las deduccione­s por gastos] deberían ajustarse por la inflación, según el Índice de Precios al Consumidor del Indec”, señala la contadora Fernanda Laiún. Advierte, además, que la mayor carga tributaria provocada por usar para la actualizac­ión del cálculo un índice que en la práctica es menor a la variación de precios, es un efecto que probableme­nte se agrave tras un año con un retroceso significat­ivo de la economía, tal como lo es 2020.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina