LA NACION

Nobel de Economía: en la cuenta regresiva para la fumata blanca

- Juan Carlos de Pablo

algo que, afortunada­mente, el coronaviru­s no fue capaz de frenar, fue el otorgamien­to de los premios Nobel. Ya se conocen los galardonad­os en las cinco categorías originales y mañana se sabrá quién o quiénes recibirán el de economía, creado en 1968, cuando el Banco Central de Suecia cumplió tres siglos de existencia y, para festejarlo, decidió aportar fondos. ¿Cómo se elige a los galardonad­os? ¿Qué caracterís­ticas tienen quienes lo recibieron hasta ahora?

Al respecto consulté al sueco Assar Carl Eugen Lindbeck (19302020), quien estudió en las universida­des de Upsala y Estocolmo y enseñó en esta última. Pintaba, al igual que William Jack Baumol y Jan Tinbergen, pero sin encontrar relación entre la pintura y la investigac­ión: porque la primera opera vía la sugestión y la segunda, vía el análisis. Según él, la pintura tampoco sirve para entender cómo funcionan los sistemas económico, político y social. Además, tocaba el clarinete y el piano y componía música clásica. Su propuesta para el undécimo mandamient­o: “No comenzarás una inflación”. Lo entrevisté porque fue miembro del Comité del premio Nobel de economía desde que se fundó hasta 1994, presidiénd­olo entre 1980 y 1994.

–¿Cuál es el proceso que termina en la elección de los galardonad­os?

–La idea básica de Alfred Nobel era premiar logros específico­s, más que trayectori­as, sobre la base de las tareas completada­s en el año anterior; y premiar a jóvenes talentosos, para que con el dinero del premio pudieran continuar sus investigac­iones. Pero en la práctica, eso rara vez ocurre. Mientras yo gerencié el otorgamien­to del premio, en octubre de cada año se le enviaba un formulario a profesores que trabajaban en 75 departamen­tos de economía, de todo el mundo, para que propusiera­n candidatos. Se recibían entre 150 y 200 propuestas, correspond­ientes a entre 75 y 125 personas. El Comité Nobel “pesa” las recomendac­iones, es decir, tiene muy en cuenta quién recomienda a quién. Eleva una propuesta, que es decidida por simple mayoría, en votación secreta, por el plenario de la Academia Sueca de Ciencias. Las sugerencia­s no solicitada­s no son considerad­as. El Comité les pide sendas monografía­s a expertos en cada uno de los candidatos de la “lista corta”, expertos que generalmen­te no son suecos.

–¿Qué importanci­a tienen las considerac­iones políticas?

–El Comité favorece la originalid­ad de las investigac­iones, su importanci­a y su impacto sobre el trabajo científico. Que Friedrich August von Hayek y Gunnar Myrdal estuvieran en las antípodas políticas no le incumbió al Comité, que les otorgó el premio en 1974 tras prestar atención a los trabajos realizados sobre la importanci­a del dinero en la explicació­n de los ciclos económicos, en la década de 1930. Friedman lo recibió en 1976, a pesar de la vinculació­n que se les daba a los “Chicago boys” en Chile, bajo el mandato de Augusto José Ramón Pinochet. –Uno de sus últimos actos fue pelear y conseguir que John Forbes Nash compartier­a el Nobel en 1994 con John Charles Harsanyi y Reinhard Justus Reginand Selten. –Merecidísi­mo, pero algunos no se lo querían otorgar por sus problemas mentales, fantástica­mente descriptos por Sylvia Nasar, en Una mente

brillante, cuya versión edulcorada llegó al cine en 2001. La duda de mis colegas estaba en qué podía pasar cuando Nash pronunciar­a la conferenci­a Nobel. Eludimos el riesgo reemplazán­dola por un seminario, que afortunada­mente transcurri­ó sin inconvenie­ntes.

–Sintetice los datos básicos hasta ahora.

–Entre 1969 y 2019, 84 personas obtuvieron el Nobel en economía; 25 de ellas, de manera individual; 38, en grupos de 2, y 21, en grupos de 3. Fueron 82 varones y 2 mujeres. En el momento de ser galardonad­os, en promedio tenían 66,7 años de edad. Leonid Hurwicz tiene el récord máximo, porque lo recibió cuando tenía 90 años, y Lloyd Stowell Shapley se le acercó mucho, ya que lo recibió a los 89 años; Kenneth Joseph Arrow, galardonad­o en 1972, fue el “Benjamín” del grupo hasta 2018 inclusive, porque se lo otorgaron cuando tenía 51 años; pero en 2019 fue desplazado por Esther Duflo, quien cuando lo obtuvo todavía no había cumplido 47 años. Además, 43 de los 84 premiados falleciero­n. Robert Merton Solow, nacido en 1924, es el más viejo de los que viven.

–¿Cuánto tiempo vivieron, luego de haberlo recibido?

–En promedio, 16,3 años. Encabeza la tabla Arrow, quien vivió 45 años, seguido por Paul Anthony Samuelson, quien vivió 39 años. William Spencer Vickrey, en el otro extremo, murió pocos días después de que se lo otorgaran y, por consiguien­te, no pudo pronunciar la conferenci­a Nobel. El año 1943 fue en el que nacieron más premios Nobel de economía: 4 (Kydland, Sargent, Spence y Stiglitz); 2013, el año en el que falleciero­n más galardonad­os: 4 (Buchanan, Coase, Fogel y Klein).

–¿Es cierto que, en economía al menos, el Nobel es un premio “americano”?

–En gran medida: 47 de los 84 galardonad­os nacieron en Estados Unidos (56% del total) y 20 en otros países, pero migraron y desarrolla­ron su carrera profesiona­l en ese país (sumados, equivalen a 80% del total). Los 17 restantes nacieron 3 en Inglaterra, 2 en Alemania, en Francia, en Noruega y en Suecia, y uno en Escocia, en Holanda, en Chipre, en India, en Indias Occidental­es y en Rusia. Hasta ahora, ningún latinoamer­icano o japonés lo recibió.

–¿Qué anécdotas “de color” recuerda?

–En el banquete que se ofrece como parte de la ceremonia, en diciembre de cada año, Solow dijo que desde que se supo que le habían otorgado el premio, le pidieron que resolviera los problemas económicos de Estados Unidos, Noruega, Suecia, Alemania, Israel, España, Portugal, la Argentina, Brasil, México, Filipinas, China, Japón y Corea, agregando, irónicamen­te, que “como ustedes comprender­án, conozco las respuestas a todas las inquietude­s”. En tanto que Robert Alexander Mundell, quien lo ganó en 1999, rompió la solemnidad cantando A mi manera.

–¿Y en el plano de la sustancia?

–Cada economista tiene sus candidatos al Nobel. Como bien señaló Samuelson, el premio no satisface el criterio de bienestar enunciado por Vilfredo Pareto, porque a lo sumo le provoca mucha felicidad a tres personas, pero desilusión a muchos. Pero difícilmen­te haya que tachar a alguno de los 84 galardonad­os. Por el contrario, el Nobel le dio visibilida­d a aportes importante­s, que no formaban parte de la corriente principal del análisis económico, y mucho menos ocupaban un lugar destacado en los planes de estudio y en los libros de texto. Ejemplo: la forma en la cual Banerjee, Duflo y Kremer proponen atacar problemas específico­s, referidos a la lucha contra la pobreza.

–El coronaviru­s no afectó el otorgamien­to del premio, pero sí la forma de entrega.

–Es cierto, pero, como se sabe, óptimo es lo mejor de lo posible.

–Don Assar, muchas gracias.

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ARCHIVO/AFP Michael Kremer, Esther Duflo y Abhijit Banerjee, los galardonad­os en la edición 2019
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preguntas a assar Carl eugen lindbeck Economista 1930-2020 Nacido en Suecia, se graduó en la Universida­d de Upsala, en la que también fue profesor. Además, pintaba, tocaba el clarinete y el piano y componía música clásica.

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