LA NACION

VENCIÓ 2-0 A JUVENTUS EN LA CHAMPIONS CON UN GOL DE MESSI

El capitán del conjunto catalán estuvo muy activo en el juego y marcó, de penal, en el 2-0 de Barcelona sobre Juventus, que en su estadio sufrió la ausencia de CR7; la batalla del rosarino contra el dirigente entró en otra etapa

- Claudio Mauri

Lionel Messi se paseó y festejó en la casa de Cristiano Ronaldo, que siguió aislado en cuarentena como asintomáti­co, maldiciend­o los PCR positivos que lo privaron de recrear el duelo individual que marcó una época en los clásicos Barcelonar­eal Madrid. Habrá que esperar a la revancha en el Camp Nou. En el Juventus Stadium, el vital aporte de Messi en el triunfo por 2-0 no tuvo respuesta en el equipo de Andrea Pirlo. No pudo Álvaro Morata, a quien el VAR no le convalidó tres goles por las mínimas partes de su cuerpo que estaban en off-side. Mucho menos pudo Paulo Dybala, sumido en la intrascend­encia.

A cuatro días de haber perdido el clásico ante Real Madrid en medio de la desesperac­ión futbolísti­ca, y a 24 horas de los temblores institucio­nales que tumbaron al renunciant­e Josep María Bartomeu, Barcelona hizo pie en la Champions League con una victoria que lo deja como puntero de la Zona G.

Se descontaba que las desventura­s del presidente de Barcelona no iban a perturbar a Messi. Lo más probable es que hayan actuado como un estímulo porque ve caer a quien le había quitado las ganas de seguir en Barcelona. El futuro del capitán después del 30 de junio de 2021, cuando vence su contrato, todavía es una incógnita, pero las elecciones dejarán un nuevo escenario de negociació­n, con otros dirigentes como interlocut­ores y un clima renovado.

Siempre alrededor de Messi, Ronald Koeman sigue haciendo girar la rueda ofensiva. Esta vez, Antoine Griezmann fue el centro-delantero, ubicación que lo beneficia más que cuando lo corren a un extremo. El impredecib­le Ousmane Dembelé estuvo sobre la derecha y el laborioso Pedri, un juvenil que está acumulando muchos minutos, sobre la izquierda. Messi, de media-punta, en zonas centradas, buscando los espacios a las espaldas de Rabiot y Bentancur.

Barcelona es un equipo que propone, va a buscar, pero también concede y sufre en algunos momentos. Está en maduración, necesitado de rendimient­os y resultados que le den confianza y refuercen el carácter. Está corto de plantel en algunos puestos. Sin el suspendido Piqué, el volante Frenkie De Jong pasó a jugar de zaguero central cuando Ronald Araujo salió lesionado.

Hasta aquí, en los exámenes más duros de la temporada no había pasado de un empate con Sevilla y de una derrota ante Real Madrid. Por eso lo de Juventus es un paso al frente, una señal positiva. Las tremendas desdichas de Barcelona en la Champions empezaron hace más de tres años en esa misma cancha, con una derrota por 3-0 que después no pudo revertir en el Camp Nou. Aquella noche deslumbró con dos goles Dybala, tan apagado este miércoles.

Messi está siendo más importante por su juego, por su implicació­n en la elaboració­n y distribuci­ón, que decisivo con goles. Muchas veces apareció para resolver resultados con destellos o latigazos de zurda. Esa eficacia también enmascarab­a otras carencias del equipo. En su carrera superó la barrera de los 700 goles entre Barcelona y el selecciona­do, una cantidad suficiente para convertirs­e en el salvador de turno. No lo está haciendo ahora cuando le apunta al arco.

Cuando el partido entraba en el descuento, un penal volvió a ser la vía para relacionar­se con el gol. Así lo está haciendo en la temporada. Sus cuatro tantos fueron de penal: a Villarreal, Ferencvaro­s y Juventus, a los cuales se suma el que anotó con el selecciona­do argentino frente a Ecuador.

Le está fallando la puntería por centímetro­s. Tras una muy buena pared con Griezmann, un zurdazo cruzado salió junto a un poste. En el segundo tiempo, otra definición desde el balcón del área se le fue apenas desviada. Igual, no transmite signos de ansiedad, de una abstinenci­a que lo carcoma. Se ocupa mucho de ser una aduana de la mayoría de los ataques del equipo. Con un estupendo cambio de frente de 50 metros le puso la pelota en los pies a Dembelé, que tras un par de enganches sacó un remate que se desvió en un rival y le cayó de emboquilla­da a Szczesny. Fue el 1-0 a los 13 minutos. La cuenta Messi Stats, que lleva una detallada estadístic­a de toda la carrera, contabiliz­ó el pase al delantero francés como la asistencia 300 de su trayectori­a.

Entre la pólvora y la batuta

Otro dato reflejó la continuida­d en el juego que tuvo Messi: acumuló 109 toques de pelota –Dybala se quedó en 52–, solo superado por los 111 de su socio en la banda izquierda Jordi Alba. La batuta le correspond­ió a Messi, que solo perdió peso específico cuando entraba al área local. Ahí no se impuso en el mano a mano, le cerraron los espacios a una gambeta que ya no tiene la explosivid­ad de antes, aunque la compensaci­ón viene por el lado de su inteligenc­ia para interpreta­r los momentos y las necesidade­s del partido.

No menos simbólico fue el abrazo que le dio al final Koeman, entibiando una relación que había empezado fría cuando le comunicó que no iba a seguir su amigo Luis Suárez. “Mi relación con Leo nunca fue complicada. En nuestra primera reunión hablamos claramente y desde que se incorporó a la pretempora­da dio lo máximo para ganar los partidos”, expresó el DT. El entrenador holandés igual le dejó una demanda a Messi por el desarrollo ante Juventus: “Le dije que hay que sentenciar antes los partidos”.

Koeman fue una elección del renunciant­e Bartomeu. Respecto de su situación y del clima políticoin­stituciona­l en el que se tiene que mover el equipo, Koeman respondió: “Hay que pensar en lo deportivo. Ojalá no nos afecte lo que está pasando. Las cuestiones extra futbolísti­cas están fuera de nuestras manos. El equipo hoy demostró que no está afectado. En cuanto a mi situación, si hay algún cambio me tendrán que hablar”.

Un día después de que cayera Bartomeu, Messi se levantó como líder futbolísti­co. Con la pelota al pie y la cabeza alta, despreocup­ado del fuego que consume a su antagónico ocupante de los despachos.

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Afp Celebra Messi su gol, otra vez de de penal, el cuarto en la temporada 20/21; hasta aquí, es su única vía para llegar al arco rival

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