LA NACION

Miami: la meca no solo de vacaciones para muchos argentinos

Llegan aviones llenos de quienes van a descansar y a ver si pueden emigrar.

- Lucila Marti Garro

MIAMI.– Con los vuelos a Europa restringid­os solo para aquellos con ciudadanía europea, y a Nueva York suspendido­s por la cuarentena requerida para los argentinos, Miami continúa siendo un destino popular en estos días. Los vuelos salen llenos. Ni el dólar imparable ni la economía en caída logran frenar a los que buscan volver a respirar aquella normalidad perdida.

Aun en pandemia, para viajar a Estados Unidos nada cambió: un pasaje de ida y vuelta, y un pasaporte con visa es suficiente para ingresar. Una vez allí, los turistas pueden moverse libremente. Van a la playa, al shopping, o pasan unos días en los parques temáticos de Orlando.

La mayoría llegan por turismo, pero muchos también aprovechan para explorar posibilida­des de negocios para radicarse en el corto plazo, mientras que otros tomaron la delantera y desembarca­ron en busca de una vida mejor. Con el consulado americano cerrado en Buenos Aires, decidieron no hacer más larga la espera. Llegan incluso con la ilusión de gestionar sus trámites migratorio­s en los Estados Unidos.

Las cifras de contagios de Covid-19 en Miami bajaron sustancial­mente desde su pico en julio, a unos 3000 casos por día. Sin embargo, representa un número más alto que los reportados a principios de octubre, aunque la tasa de positivida­d está estabiliza­da alrededor del 5%, umbral que los expertos en salud consideran bajo control.

Ricardo Palmieri vive en Nordelta y voló en American Airlines a Miami días atrás. “El avión explotaba. Pensaba ¿dónde esta la pandemia? Desde que esto empezó tomé recaudos, no me reuní en grupos grandes, pero cuando traspasé la puerta del avión y vi ese manojo de gente me impresioné. Ya estaba arriba, y tenía que viajar. En Miami me siento muy seguro, tengo menos contacto con gente que un día común en Buenos Aires trabajando”, confiesa.

American Airlines aumentó su frecuencia a un vuelo diario desde el 7 de octubre, mientras que Aerolíneas Argentinas programó 18 viajes para este mes, y prevé un itinerario similar para noviembre. Transporta­n solo argentinos o residentes. No viajan norteameri­canos, y son pocos los argentinos residentes en el exterior que vuelven al país por unos días de visita.

Marcelo Bottini, director regional de Aerolíneas Argentinas para Norteaméri­ca, lo confirma: “Los aviones vienen llenos para Miami durante todo octubre. Es la misma caracterís­tica de septiembre, vienen con ocupación completa y retornan al 50% o 60%. Pero toda esa gente en algún momento tiene que volver”.

Además de los vuelos de pasajeros que vienen con 262 plazas, otros son de carga. Cuando los aviones salen con toda la panza completa, se restringe la capacidad de pasajeros a bordo. “A veces la gente entra al avión y piensa que no hay nadie, pero son vuelos destinados a llevar carga que se completan con las plazas que se permiten. El 21 de este mes, por ejemplo, salió un vuelo lleno de arándanos, y se completó con 72 plazas que podían ocuparse”, cuenta.

Desde American Airlines, Andrés Paterson, senior manager de ventas para América del Sur, confirma que todos los vuelos de subida están llenos: “Se abrieron frecuencia­s después de mucho tiempo, y no está permitido llevar americanos. Es lógico, cuando ponés un vuelo nuevo tenés mucho tráfico de subida, después empieza la bajada, y luego se compensa”.

Confía en que a medida que la gente va viendo que viajar es una posibilida­d real, se va generando más demanda. La mayoría son reservas para dos personas, si bien también viajan familias.

Hay argentinos que llegan y se hospedan en casas de amigos o familiares para hacer más accesible el viaje. Otros alquilan departamen­tos por estadías de un mes o más, y en menor grado ocupan hoteles, incluso de lujo. “Hemos visto este mes argentinos que se hospedan por primera vez, además de los ya frecuentes. La mayoría reservó por ocho noches o más, aunque tenemos hasta una reserva por 22 noches de un cliente de la Argentina”, cuenta Deborah Yager Fleming, CEO de Acqualina Resort & Residences en Sunny Isles Beach, un resort con tarifas que rondan los US$500 la noche.

Palmieri llegó para pasar una semana de vacaciones y está viendo posibilida­des de negocios para vivir en Miami. “Más de medio país de la clase media o media alta se quiere ir. Estoy vacacionan­do pero viendo para desembarca­r. En 2014 ya tenía todo para poner un pie en Miami y quedó trunco. Ahora vuelvo por lo mismo”, confirma.

Karen Green viajó con su marido a visitar a su hijo y nuera, que viven en Miami. “El vuelo estaba llenísimo. Al comprar el pasaje me dijeron que había un asiento vacío de por medio, pero luego cancelaron el vuelo y me pasaron para el día siguiente. Estaba a tope. Como tenía miedo de contagiar a mi nuera embarazada, ya que viven en un departamen­to chico, alquilamos todos una casa en Naples, y mi cuarentena la hice ahí, donde podíamos desayunar en una galería, y guardar distancia los primeros días. Naples me abrió la cabeza, viví la sensación de libertad. La situación en la Argentina era asfixiante. Pude comprobar que la pandemia se puede vivir de otra manera”, detalla.

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ARCHIVO En Miami se puede ir a la playa, hacer shopping y hasta viajar a Orlando

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