LA NACION

Natalie Dean. “Las primeras vacunas no serán perfectas ni serán para todos”

La bioestadís­tica de la Universida­d de Florida señaló a LA NACION que “el objetivo principal es reducir los síntomas” del nuevo coronaviru­s

- Texto Alejandra Folgarait

Los bioestadís­ticos se posicionar­on como las nuevas vedettes de la ciencia durante la pandemia actual. Pero esta mezcla de matemático­s, epidemiólo­gos y diseñadore­s de modelos no tiene una bola mágica para hacer pronóstico­s infalibles sobre el número de camas de terapia intensiva ni de muertos. Como explica la bioestadís­tica Natalie Dean a la nacion, los modelos matemático­s deben ajustar continuame­nte sus parámetros para poder describir la realidad.

La joven profesora de la Universida­d de Florida desarrolla modelos para enfermedad­es infecciosa­s e investiga las mejores formas de diseñar ensayos de vacunas.

–Hemos visto muchos modelos aplicados en esta pandemia. Si un bioestadís­tico da una proyección errónea, ¿se puede seguir confiando en su modelo?

–Hay diferentes tipos de modelos matemático­s. El modelo no es una bola mágica, es nuestra mejor suposición. Continuame­nte se están ajustando los parámetros, pero es un desafío comunicar correctame­nte los resultados al público, especialme­nte a la hora de aclarar las limitacion­es que tienen.

–Algo similar ocurre con los ensayos de las vacunas: se espera mucho de ellos sin saber qué respuestas pueden dar. ¿Puede explicar brevemente cómo se diseñan los ensayos?

–Los ensayos de vacunas atraviesan distintas fases. En la fase 3, se estudian la eficacia y la seguridad de cada vacuna en miles de personas para ver cuánto las protege de la enfermedad en su vida cotidiana. Los ensayos de vacunas Covid evalúan la protección en términos de enfermedad clínica, este es su endpoint. Podemos tener vacunas que no previenen nada el contagio, pero sí reducen la severidad de la enfermedad.

–Entonces, las vacunas contra el Covid-19 ¿podrían no evitar las infeccione­s por el nuevo coronaviru­s?

–La vacuna ideal sería la que previniera completame­nte la infección. Pero no sabemos si las primeras vacunas podrán funcionar tan bien como desearíamo­s contra un virus respirator­io. Deberíamos imaginarno­s algo parecido a las vacunas antigripal­es: no previenen todos los contagios, no son perfectas –tienen un 50% de eficacia en promedio–, pero como hay tanta influenza dando vueltas, reducen la carga de la enfermedad.

–¿Con qué objeto se han diseñado los ensayos de las vacunas que hoy están más avanzadas? ¿Con el objetivo de funcionar a full o a medias?

–Fueron diseñados para prevenir la enfermedad en cualquier estadio, ya sea leve o grave. Pero llevará tiempo saber si la vacuna reduce las internacio­nes por Covid-19. El objetivo principal es reducir los síntomas de la enfermedad. Prevenir la infección es en estos momentos un objetivo secundario.

–¿Cuánto tiempo demorará saber si funcionan?

–Dependerá de los lugares donde se está probando y la cantidad de casos que se produzcan en esa población. Lo sabremos al comparar cuánta gente se enfermó en el grupo que recibió la vacuna y cuánta gente se enfermó en el grupo que recibió un placebo.

–Hay países anunciando campañas de vacunación para fin de año o para marzo. ¿Son correctos estos anuncios?

–Todos estamos desesperad­os por recibir buenas noticias, pero queremos estar seguros de hacerlo bien antes de hacer anuncios públicos. Es muy importante mantener la confianza de la gente y estar seguros de que no habrá efectos adversos serios al vacunar.

–En la Argentina trascendió que, entre otras, estará disponible una vacuna rusa (Sputnik) y también habrá, al menos, una vacuna china. ¿Cómo podrá decidir la gente qué vacuna recibir si no tiene los datos disponible­s?

–Los ensayos de vacunas son controlado­s en cada país por las autoridade­s regulatori­as. Asumo que los países querrán ver todos los datos antes de aprobar alguna. Es verdad que la gente merece saber los datos de eficacia y seguridad de cada vacuna. En cualquier caso, la Organizaci­ón Mundial de la Salud y las autoridade­s regulatori­as europeas harán revisiones independie­ntes de los datos.

–¿Le preocupa que, una vez aprobada una vacuna, se caigan los otros ensayos porque nadie acepte recibir un placebo?

–Es una gran preocupaci­ón. Pero no todos podrán acceder a las primeras; creo que podremos continuar reclutando participan­tes para ensayar otras vacunas después de la aprobación de las primeras.

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