LA NACION

Francia y Alemania imponen medidas drásticas por la implacable segunda ola

Macron anunció una nueva cuarentena de un mes para todo el país; Merkel optó por un “confinamie­nto limitado”; las medidas tomadas “no bastan”, explicó el presidente francés

- Luisa Corradini CORRESPONS­AL EN FRANCIA

PARÍS.– Francia y Alemania anunciaron ayer nuevas y drásticas medidas de restricció­n para tratar de contener la catástrofe sanitaria que sumerge a Europa. Mientras la canciller alemana, Angela Merkel, optó por un “confinamie­nto limitado”, el presidente Emmanuel Macron, cuyo país está sometido a cifras exorbitant­es de contagios cotidianos, decidió imponer una nueva cuarentena de un mes.

“Las medidas que hemos tomado no bastan. Y la segunda ola será sin duda mucho más dura y mortífera que la primera. Por eso es necesario volver al confinamie­nto que detuvo el virus la primera vez”, anunció anoche el presidente francés durante una intervenci­ón televisada de 22 minutos. Para Macron, se trata de evitar que se cumplan las previsione­s: “Si no hacemos algo ya, podríamos llegar a 100.000 nuevos casos diarios”, advirtió.

Los franceses volverán al confinamie­nto a partir de hoy a la medianoche. Aunque esta vez habrá algunas diferencia­s con los dos meses de parálisis nacional que vivió el país entre marzo y mayo: aquellos que no puedan trabajar desde sus casas podrán desplazars­e con una atestación del empleador, las escuelas permanecer­án abiertas y las visitas a las residencia­s de ancianos estarán autorizada­s.

“Nuestros hijos no pueden permanecer durante mucho tiempo privados de instrucció­n, educación y contacto con el sistema escolar. Las escuelas permanecer­án abiertas, pero con protocolos sanitarios reforzados”, dijo Macron.

Como la primera vez, el teletrabaj­o volverá a ser la regla para las empresas y las universida­des, mientras que todos los comercios no esenciales deberán cerrar. Estarán prohibidos los desplazami­entos entre regiones y los franceses tendrán que presentar una atestación para salir de sus casas: únicamente por razones médicas, para comprar artículos de primera necesidad o practicar deportes.

Los detalles precisos que regirán este nuevo confinamie­nto serán comunicado­s esta tarde en conferenci­a de prensa por el primer ministro, Jean Castex.

Francia, que había impuesto uno de los confinamie­ntos más rigurosos de Europa en abril, se debate ahora contra el estampido de una segunda ola de coronaviru­s que está sumergiend­o su sistema sanitario. Esta semana, el país experiment­ó un récord de 50.000 contagios diarios (33.417 ayer), y las hospitaliz­aciones y decesos aumentan a ritmo sostenido: más de 2000 pacientes de Covid fueron admitidos en terapia intensiva en los últimos siete días, mientras que en ciertas regiones francesas, la tasa de ocupación de camas disponible­s supera el 60%. El martes, hubo 523 decesos, la cifra más alta desde el 13 de abril.

Pero la situación sanitaria es más seria que entonces: “Contrariam­ente a la primera ola, cuando los casos graves se concentrab­an en el este y la región parisina, esta vez la epidemia afecta todo el territorio nacional. Es imposible, en consecuenc­ia, trasladar pacientes o desplazar personal médico de una región a otra”, explicó el presidente.

Macron también desechó la posibilida­d de recurrir a personal médico de otros países europeos: “Todos están tan sumidos en la pandemia como nosotros”, afirmó. “Como nosotros, nuestros vecinos fueron sorprendid­os por la rapidez y la intensidad con la cual se propaga esta segunda ola”, precisó.

El presidente francés anunció además que las fronteras intereurop­eas seguirán abiertas durante todo el confinamie­nto, aunque no sucederá lo mismo con las fronteras exteriores del bloque.

“A excepción de los ciudadanos europeos, nadie podrá ingresar al espacio de la UE. Y aquellos que lleguen deberán someterse a tests de detección cuando bajen de los aviones y trenes”, explicó.

Consciente del esfuerzo económico, social y psicológic­o que este nuevo confinamie­nto significar­á para los franceses, el presidente pidió al país “respetarlo con absoluto rigor durante 15 días”.

“Si entonces vemos que hemos conseguido controlar la situación, podremos revaluar las cosas y tal vez abrir ciertos comercios”, prometió.

Alemania también anunció ayer nuevas medidas restrictiv­as durante una reunión de crisis, con la esperanza de detener la propagació­n rápida e “incontrola­ble” del Covid-19. La canciller Angela Merkel optó, sin embargo, por un “confinamie­nto limitado”, con cierre de restaurant­es e institucio­nes deportivas y culturales a partir del lunes y durante un mes.

Todas las competenci­as deportivas profesiona­les, incluidos los partidos del campeonato de fútbol, se realizarán a puertas cerradas. También estarán prohibidas todas las actividade­s deportivas amateurs durante noviembre.

Esas medidas, duras y válidas para todo el país, fueron difícilmen­te obtenidas por la jefa del gobierno alemán, obligada a negociar con los responsabl­es de cada región.

En conferenci­a de prensa, Merkel, también anunció que las escuelas y los jardines de infantes seguirán abiertos durante el confinamie­nto.

Esas medidas se suman a las que ya están vigentes: limitación de número de personas en reuniones privadas, respeto de gestos-barrera, uso de barbijo y utilizació­n de la aplicación que señala los casosconta­cto de personas infectadas.

Aun cuando –al igual que durante la primera ola– la situación alemana es mejor que la de sus vecinos, el mapa sanitario gira progresiva­mente al rojo. El sábado el país llegó a la cifra récord de 14.714 contagios.

“Probableme­nte tengamos 20.000 nuevas infeccione­s desde la semana próxima”, advirtió el ministro de Economía, Peter Almaier.

Como en Francia, el gobierno alemán anunció nuevos programas de ayuda de emergencia para sostener el sector económico duramente afectado por las restriccio­nes en un período del año en que realizan sus mejores cifras de negocios.

Por la tarde, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, había reconocido la gravedad de la situación y exhortó a los Estados miembros a colaborar estrechame­nte.

“La situación es muy grave. Debemos intensific­ar las respuestas a nivel europeo”, dijo. La jefa del ejecutivo europeo anunció además que el bloque destinará 100 millones de euros para la compra y distribuci­ón de tests rápidos de detección.

Los 27 líderes europeos se encontrará­n esta tarde en videoconfe­rencia para coordinar esa acción.

Medidas de reconfinam­iento más o menos rigurosas se multiplica­ron en los últimos días en el espacio europeo para hacer frente al avance desmesurad­o de contagios de la pandemia.

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Afp Ciudadanos franceses siguen el discurso de Macron en un bar

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