Con un nuevo récord diario de casos, Italia vuelve a convocar a los militares
La región de Piamonte pidió ayuda logística al Ejército, que montará hospitales de campaña; en Lombardía, se están quedando sin camas para los pacientes; el país registró casi 25.000 casos en las últimas 24 horas
ROMA.– Peor, imposible. Mientras volvió a registrarse ayer en Italia un nuevo récord absoluto de contagios con casi 25.000 casos en las últimas 24 horas, crece la alarma ante un nuevo colapso del sistema sanitario de no detenerse ya la curva epidémica.
Fiel reflejo de esto, la región de Piamonte, en el noroeste de la península y una de las más afectadas, pidió ayer ayuda al Ejército. Tal como adelantó el diario La Stampa, Piamonte decidió recurrir a los militares por su capacidad organizativa y sus estructuras modulares aptas para realizar hospitales de campaña en contenedores o carpas, y poder garantizar, así, que los enfermos puedan tener una cama. Una película ya vista por los italianos, porque también durante la primera ola, en marzo pasado, se apeló a los militares: nadie jamás olvidará las imágenes de camiones del Ejército llevándose ataúdes de personas que no podían ser cremadas en Bérgamo, una ciudad mártir.
Pero no es solo la región de Piamonte la que se encuentra en plena emergencia. Milán, capital financiera de Italia y de Lombardía, región que por segunda vez es epicentro de la pandemia (en las últimas 24 horas registró más de 7500 casos), también está al límite.
“Los hospitales de Milán están colapsados, no hay más lugar para los pacientes. Si seguimos así, corremos el riesgo de morir en una ambulancia o en casa, como pasó en la primavera [boreal] pasada”, advirtió Maurizio Viecca, jefe de Cardiología del Hospital Sacco de esa ciudad, que reclamó a las instituciones intervenir lo antes posible en Lombardía en general y en Milán, en especial, donde el porcentaje de positivos al hisopado trepó al 18,3%.
En declaraciones al Corrierre della Sera, Viecca precisó que la crisis de los hospitales en verdad no se debía solo a la falta de camas, sino también de personal. “Muchos operadores sanitarios se enfermaron, en porcentajes que no se habían dado en primavera porque en la ciudad de Milán el virus circulaba menos”, explicó, al reclamar urgentemente soluciones que permitan evitar escenarios peores. En Milán, de hecho, volvió a funcionar un hospital que durante la primera ola se montó, en velocidad récord.
Según datos del Ministerio de Salud, según el cual en este momento en Italia hay 14.981 personas internadas con síntomas y 1536 en cuidados intensivos, en cuatro regiones (Lombardía, Piamonte, Lazio y Campania) los departamentos Covid de los hospitales se encuentran ya saturados.
En este marco de alarma general, al dar explicaciones ante el Parlamento sobre las nuevas y más drásticas restricciones en vigor desde el lunes pasado, el primer ministro, Giuseppe Conte, volvió a dejar en claro que las tomó para evitar un nuevo confinamiento generalizado, que de empeorar las cosas, ya no podrá dejarse de lado. El gobierno es consciente de “que son medidas severas pero son necesarias para contener los contagios”, admitió. “Pero, en caso contrario, la curva epidemiológica está destinada a escaparnos de las manos”, alertó, al precisar, por otro lado, que Italia se encuentra en un “escenario de tipo 3”, que implica contagios multiplicados, hospitales y guardias al borde y el peligro de perder el control de la situación.
Conte defendió ante la Cámara de Diputados el nuevo decreto que entró en vigor el lunes, que dispuso el cierre de restaurantes y bares a partir de las 18 y el cierre de cines, teatros, gimnasios y salas de juego al menos hasta el 24 de noviembre. Algo que puso a Italia en una virtual semicuarentena que exacerbó los ánimos y provocó una ola de protestas en todo el país, en algunos casos violentas. Aunque estas son totalmente “legítimas”, vista la situación económica cada vez más desesperada, según el Ministerio del Interior, se vieron infiltradas por grupos extremistas.