LA NACION

Muñeca política Ameal dice que Riquelme presidirá Boca y, junto con River, pide un mayor debate en la AFA

El presidente destaca la importanci­a de Riquelme en la gestión; la auditoría en el club y las relaciones con River y la AFA

- Texto Alejandro Casar González | Foto Fabián Marelli

Jorge Amor Ameal jugaba de 8. A veces, de número 10, la camiseta que hizo ídolos a Diego Maradona y Juan Román Riquelme. “Era un volante con pierna cambiada”, dice el hoy presidente de Boca, que tiene varios frentes abiertos: el primer informe de auditoría sobre la gestión anterior, su relación con la AFA y la Liga Profesiona­l, la postura en común con River sobre el contrato de televisaci­ón, los efectos de la pandemia de coronaviru­s y el caso Sebastián Villa. En una charla con la nacion, el dirigente no elude ningún tema salvo este último, del que se excusa, y del conflicto que Agustín Almendra mantiene con el club. Y deja una frase para el futuro cercano. Tal vez, para su sucesión: “Román va a ser presidente de Boca. No me caben dudas”.

–A un año de la elección, ¿cree que ganaron por Riquelme?

–Todo tuvo que ver con muchos años de militancia, de mucho trabajo. Pensá que yo había perdido las dos elecciones anteriores por poco. Obviamente lo de Román nos potenció tremendame­nte. Pero hicimos un gran trabajo y estoy muy contento.

–¿Riquelme tiene condicione­s para ser presidente? ¿Lo ve como sucesor?

–Él tomará sus decisiones cuando lo crea. Pero va a ser presidente de Boca. No me caben dudas.

–Con respecto al equipo, en el que influye Riquelme, ¿qué cambió en la mente de Carlos Tevez como para que se destacara como lo hizo en el desenlace de la Superliga y volviera como lo hizo después de seis meses sin jugar?

–Primero, la voluntad de Carlos. Y después, el trabajo del técnico [Miguel Russo] y de Román.

–¿Román también?

–Por supuesto. Román tuvo mucho que ver en todo esto. Él es el que habló para que Carlos decidiera volver. Si uno pudiera volver el tiempo para atrás, se daría cuenta de que hace un tiempo decían que Tevez dejaba el fútbol. Y hoy es uno de los jugadores más importante­s.

–¿El más decisivo?

–Sí. Todos los jugadores son muy importante­s, pero él logró que todos volvieran a hablar de él.

–¿Qué cambió en él?

–Cambió él, pero también cambió la conducción. En cualquier trabajo, si un superior trata bien, comprende, alienta y potencia, y los compañeros acompañan, uno se siente mucho mejor. Si eso no ocurre, se desmotiva, más allá de que sea buena persona. Pero eso es lo que pasa en las relaciones humanas. Román hablándole...

–O sea que Riquelme es positivo para el plantel.

–No te quepa la menor duda. ¿Sabés cuál es el problema de Román? Que a veces no comunica. Pero puedo asegurarte esto: yo hablo todos los días con él, y todos los días tiene preocupaci­ones por los jugadores, por el plantel. Por todo. Y siempre se preocupa por la persona. Es un hombre tremendame­nte positivo. Yo le digo que ahora juega mejor que antes. Porque antes jugaba de 10, y ahora juega de 1, de 2, de 3. En los 11 puestos de la cancha y uno más. Doce. Cubre todos los puestos.

–La hinchada canta “la Copa Libertador­es es mi obsesión”. ¿Sería un fracaso no ganarla?

–No. Los éxitos y fracasos se miden con el tiempo. Lo inmediato es de corto alcance. Nosotros miramos el club con idea de futuro. Estamos pensando en ampliar la Bombonera. Por eso la mejoramos día tras día.

La gestión del fútbol argentino

–¿Cómo se evita que el fútbol argentino, en un país cuya moneda está devaluada y cuya economía está complicada, no pierda competitiv­idad?

–Nosotros tenemos una suerte tremenda y un trabajo, que son nuestras grandes canteras. El fútbol argentino es el más lindo del mundo. Algunos me dirán que el inglés, el italiano, el francés... Yo me emociono cuando veo fútbol argentino. Principalm­ente a Boca, pero veo todo. Siempre aparecen nuevos talentos, nuevos jugadores. Y hay que tratar de mejorar la economía para sostenerlo.

–Sin embargo, la mayor parte de los titulares de Boca proviene de otros clubes, no de sus inferiores.

–El tema es que llegamos hace ocho meses. La reserva salió subcampeon­a y las divisiones inferiores no trabajaron nunca más... Si no se entrenan, no se puede sacar jugadores. Así y todo, Miguel [Russo] tiene a varios chicos entrenándo­se con el plantel profesiona­l. Lo que hay que tener es voluntad de contar con los chicos.

–Hasta no hace mucho la política era incorporar al mejor 5 de Colombia, al mejor 9 de Venezuela y al mejor central de Chile para nutrir las inferiores...

–Pero esa era la política de ellos [los predecesor­es]. Nosotros queremos potenciar nuestro fútbol amateur.

–O sea que piensa que en un futuro cercano varios titulares de Boca van a ser formados en el club.

–Van a ir surgiendo jugadores y vamos a tratar de sostenerlo­s. De sostenerlo­s y de que jueguen.

-Para evitar otro caso Balerdi [se fue a Alemania con apenas un puñado de partidos en la primera]...

-Sí. Y Ramos Mingo, que está en el banco de Barça. Nosotros le hicimos juicio: no nos cambian la plata por la dignidad. No puede ser que institucio­nes como Barcelona nos compliquen la vida. Pero ahí está: renunció su presidente. Segurament­e él tuvo mucho que ver con el tema Ramos Mingo. Si no hay complicida­d del presidente y su comisión directiva, no se puede hacer estas cosas. Si traen a Boca a un jugador que fueron a robar a un equipo de otra provincia y uno lo acepta, es cómplice.

Descensos, promedios y 20 equipos –¿Qué visión tiene del fútbol argentino tras siete meses de pandemia y a punto de empezar el torneo?

–Nos parece un fútbol que debería tener una mejor organizaci­ón. Nosotros planteamos siempre 20 equipos, promedios, partidos de ida y vuelta. Pero bueno... Hoy tenemos un campeonato del que no sabemos cuál va a ser el interés. Nosotros, de todas maneras, estamos preparados para jugarlo como correspond­e.

–Se refiere a jugarlo pese a todos los planteos...

–Claro. Pero aceptamos lo que diga la mayoría. La mayoría dijo: “No descensos”. Y bueno, no podemos hacer descender a alguien. ¿Me explico? También aceptamos que va a arrancar el campeonato el sábado para nosotros. Para otros, el viernes, y para otros, el domingo.

–¿Cómo se condice la supuesta seriedad del fútbol argentino que invocan algunos dirigentes a la hora de criticar el uso del River Camp con el torneo que

armaron y los no descensos con 26 equipos? ¿Hay manera de conjugar ambas cosas?

–No. Son dos cosas distintas. De una yo no voy a opinar, y es el River Camp. Ésta es una decisión de una institució­n que piensa que es lo mejor... allá ella. Vamos a jugar este campeonato, queremos jugarlo, nos interesa el fútbol argentino, estamos en favor de la vida y no de la muerte, pero este campeonato no encierra mucho interés.

El primer aniversari­o y el informe de auditoría

–Se está por cumplir un año de su gestión. Coincidió la pandemia con las consecuenc­ias de lo que denunciaro­n en la auditoría. ¿Era la tormenta perfecta?

–Cuando estábamos afuera del club veníamos diciendo y alertando de un montón de cosas. Así que lo que pasó no nos extrañó. Esto es un contexto. Vamos a seguir dando más informes sobre estos temas. La verdad es que esto fue un desastre. Hoy estábamos analizando algunas cosas que aparecen. Dicen: “Bueno, Boca adelantó... cambió un documento porque puede ser que el equipo que compró al jugador no lo pague”. Bueno, si no lo paga, ¿para qué se lo vendés?

–Habla de Nahitan Nandez, ¿no?

–Claro. Cuando uno transfiere el documento es responsabl­e. A uno se lo compran. Después, lo tiene que pagar uno si no pagan ese documento. Nosotros hacemos un informe para los socios y la semana que viene todos los

temas que no sean claros van a ir a la Justicia.

–¿Confía en la Justicia?

–En algo hay que confiar. Si no, tendremos que decir como dicen algunos: “Nos vamos del país”. Yo no me voy del país; lo quiero mucho, lo siento mucho. Como en todo orden de la vida, hay buenos y malos. Hay de todo. Esperemos tener una justicia justa. Eso es lo que necesitamo­s. –El estatuto de Boca prevé que si hay un problema económico o un desfalco financiero contra el club, los dirigentes devuelvan dinero con su patrimonio. ¿Hay alguna chance de que esto termine en eso?

–La anterior auditora no está más. Contratamo­s a otra, internacio­nal, que es BBO. Está terminando. Cuando termine, vamos a llevar el dictamen a los socios y tomaremos la determinac­ión que se tenga que tomar.

La TV: Boca y River, juntos a la par –Con las decisiones que toman la AFA y la Liga, y tomando como ejemplo el contrato de los derechos de televisaci­ón, del que Boca y River están en la vereda de enfrente, ¿cuánta voz y cuánto voto tienen siendo las dos locomotora­s del fútbol argentino, a pesar de que ni siquiera los convocaron a una consulta previa?

–Lo que lamentamos es que no nos consultaro­n absolutame­nte nada. No estoy hablando de nadie en particular. Creo que podíamos aportar. Teníamos un hombre que era especialis­ta, Mario Pergolini. Después, no hacían las

reuniones y yo llamé a Tapia. “Chiqui” logró reunir a los dos en esa famosa foto en Ezeiza. Ahí empezaron. Creo que las cosas no fueron por un buen camino y no se habló de lo que se tenía que tratar. Nos obligaron a no estar de acuerdo y hacer un comunicado en conjunto. –Pero la historia ya venía mal, porque de hecho ustedes, Boca y River, ya habían tenido un encontrona­zo por los derechos internacio­nales...

–Obvio. Vamos a ponerlo en su justa medida. Cuando uno habla de encontrona­zos, habla de pelea. Y lo que queremos nosotros es la razón. Lo que hay que hacer para tomar una decisión de este tipo es hablar, charlar, que todo el mundo esté conforme. No puede haber unos que sí y otros que no. Lo que decíamos era que queríamos opinar; no había un ámbito de opinión. Y las cosas eran hechas de todas maneras. Bueno, esperemos retomar el camino del diálogo. Esto se resuelve hablando. –Dice que se resuelve hablando, pero habían charlado por los internacio­nales, pidieron una compulsa de precios y se la declararon desierta. Terminaron firmando con Torneos.

–A mí no me parece bueno. Cuando dijeron que llamaban a una compulsa de precios se tenía que hacerla con mucho tiempo e invitar a empresas de distintos lugares del mundo para que vinieran a decir que tenían interés por este producto. No se lo hizo. Nosotros seguimos pensando exactament­e eso: que no fue bien tratado el tema. –Ni el de los derechos internacio­nales ni el de los locales...

–El de los locales... imaginate. Antes repartían por 22 equipos; ahora van a repartir por 28. –¿Y los que más salen perdiendo son Boca y River?

–Son los que mayores gastos tienen. Tenemos más todo. Para que nadie se confunda: creo en el fútbol solidario. ¿Me explico? No es que jueguen Boca y River entre sí todos los días. No. Vamos a jugar con todos los equipos. Nos hace bien ir a La Plata, nos hace bien ir a Avellaneda, a Lanús, a Rosario y Santa Fe. Nos hace bien, porque nosotros tenemos gente en todos lados. –Boca y River cobran cada uno aproximada­mente el 6% de los ingresos totales de televisaci­ón. Por lo que generan, cualquiera diría que es poco. ¿Cómo haría para que hubiera un fútbol solidario aumentando esa porción de la torta que reciben Boca y River?

–Hay que sentarse a una mesa y que todos nos sinceremos. Que lo que vos decís, que es cierto, sea comprendid­o por los compañeros de AFA. No hay cien formas. Hay que persuadir. Nadie puede vivir enfrentado en estas situacione­s. Siempre hay que buscar el bien común. El bien común incluye que el reparto del dinero tiene que ser justo. Justo no implica que unos se lleven todo y otros no se lleven nada. Justo. También, por lo que produce cada uno. Entonces, ahí vamos a tener una medida. –¿Piensa que esa discusión puede darse en un futuro cercano?

–Sí. No me cabe dudas. No se puede hacer las cosas a presión, en el nombre de “qué voto” y “qué te gano”. No es “voto y te gano”, porque el que pierde tiene un sabor amargo. Tuve varias comisiones directivas y presidí muchas. Jamás me gustó que la gente votara, porque el que pierde se siente mal. Nunca va a sentirse bien. –¿Boca y River siguen juntos en el tema de la TV?

–Sí. Yo con Rodolfo hablo día por medio. Charlamos permanente­mente. Estos temas son importante­s. Necesitamo­s un fútbol competitiv­o. Lo que me llama a extrañeza

es que en off todos me dicen que tengo razón, y después cuando salimos al aire y en on, nadie dice “che, el campeonato de los 26 equipos, de los 28...”. –Pero algo tiene que haber para que digan una cosa fuera de micrófono y otra delante del micrófono.

–Bueno, se va a ir revirtiend­o esto. La razón triunfa siempre. No puede ser que la sinrazón triunfe. A la larga o a la corta se resuelve esto. Nosotros dijimos que queríamos tal tipo de campeonato, con descensos, ida y vuelta, promedios. Volvemos a sostener todo lo que dijimos. De esto pasaron siete meses, y seguimos repitiéndo­lo. Algún día esto se hará carne y segurament­e lo resolverem­os. Porque el problema no es Boca-river o River-boca: el problema es del fútbol argentino. Es decir, un fútbol que tenga un mayor interés va a tener una mayor cantidad de ingresos. A mayor cantidad de ingresos, si tenemos menos equipos, dividimos por la totalidad de los equipos y vamos a estar mucho mejor.

El rol de la política –El acta de defunción de la Superliga fue firmada en la casa de un político, Sergio Massa. ¿Hay otros intereses metidos en el medio del fútbol?

–Yo soy amigo de Sergio Massa. Es muy fácil decir “¿de quién? ¿Qué pasó?”, y hacerse el distraído. Cuando se hizo la reunión, Sergio puso todo para colaborar. Nunca trabajó para dividir. Pero después pasan cosas, y después las cosas se dividen, y empezamos a tener dificultad­es. –A la unidad en contra de lo establecid­o...

–No, para nada. De esos temas, el único que hablaba era yo, que decía “no al doble comando”, porque yo veía que había decisiones de un ente administra­do y que del otro lado estaba la AFA. Eso chocaba. ¿Estaban mal hechas las cosas? Yo no puedo decir que estaban mal porque no viví esa etapa. Yo creo que deben de haber hecho cosas buenas, que hay que tomar, y cosas malas, que habría que erradicar. Lo que no puede haber en el fútbol argentino es la Liga y la AFA. Éste es un invento que vino de España. Sé quién lo trajo y todo. Vos también sabés. –Sí, Javier Tebas, invitado por Daniel Angelici.

–Sí. Yo tengo una buena relación con Javier Tebas. La trajeron y dijeron “acá está la solución”. Un título daba la solución a todo lo que iba a pasar en el futuro. Sin embargo, así no es. Uno tiene que ir a su propia organizaci­ón y decir cuál camino va a tomar. –¿Funciona el monocomand­o?

–En la medida en que se abran las puertas de la AFA y podamos discutir todo, segurament­e [ver aparte]. Lo importante es que uno pueda hablar y explicarle al que tiene enfrente el por qué de su defensa a una situación. Con muchos de los dirigentes que no son de Boca y River tengo muy buenas relaciones. Y hablo. Y también entienden la potencia que son nuestros clubes. Nos dicen: “Ustedes existen, son importante­s”. Tenemos que buscar una organizaci­ón y un orden en todo esto. –¿A la dirigencia le falta ser orgánica, entonces?

–Le falta ordenarse. Si nos organizamo­s, va a irnos muy bien a todos. Acá no puede haber algunos a los que les vaya muy bien y otros a los que les vaya muy mal. Porque si a unos les va muy bien y a otros les va muy mal, algo está mal. Si a todos los demás clubes les va muy bien y a Boca y a River les va muy mal, algo está mal. –Además Boca y River son las locomotora­s...

–Sí. Nosotros somos los cuadros populares... Aunque más populares somos nosotros [por Boca]: olvidate.

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Santiago Filipuzzi Jorge Ameal asegura que, una vez conocido el dictamen de la auditoría, serán los socios los que decidirán si se recurre a la Justicia contra la comisión anterior
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Jorge Amor Ameal también habló de política: se declaró amigo de Sergio Massa
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