Historia de amor en la Mar del Plata de principios de siglo
En el marco de una conversación entre dos mujeres jóvenes y un galán, en el verano de 1914 y en la costa de la floreciente ciudad de Mar del Plata, se menciona el germen de la trama que ocupará esta novela histórico-romántica de Gloria V. Casañas. En parte, se la puede leer como el desarrollo de un axioma expresado por una de las jóvenes: “Que todo amor nacido a la orilla del mar tendrá que sufrir mucho para llegar a buen puerto”. A continuación, la historia se remonta tres décadas atrás, a los años 1880, y comienza en un fortín en Trenque Lauquen. La canción del mar (Plaza & Janés) está protagonizada por Manuel Iriarte, un soldado que no puede regresar a la ciudad de Buenos Aires porque ha asesinado a un hombre, y Violeta Garmendia, una joven de avanzada, que sueña con ser periodista y tiene veleidades artísticas mientras reside en Venecia. Ambos se conocen desde la infancia y no se han olvidado. Luego de varios contratiempos y obstáculos, volverán a encontrarse en la recién nacida ciudad balnearia. “Afuera, pequeñas luces se encienden sobre las lomas de Mar del Plata, como estrellas caídas del firmamento. Poco a poco, la noche irá cubriendo el azul purísimo, para confundirse con la negrura del mar. Y será el momento de acudir a los bailes del Bristol, o de visitar alguno de los majestuosos chalets que salpican la loma con sus ventanas ojivales, sus torrecillas, sus escalinatas de piedra y su maderaje”. Además de las vicisitudes que padece la pareja protagónica, y sus amigos y enemigos, la reconstrucción histórica de la novela cede lugar a personajes históricos, como el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Dardo Rocha, Patricio Peralta Ramos, fundador de “La Feliz”, y el entonces vicepresidente de la Nación Carlos Pellegrini. “No hay caso, Mar del Plata es de lo más civilizado que tenemos –afirma el político que asumió la presidencia luego de la renuncia de Miguel Juárez Celman–. Si hay un defecto en esta sociedad, es el de ser demasiado honesta, por eso cunde a veces la chismografía”. El libro tiene ilustraciones de Nicolás Prior.