LA NACION

Bodas Covid friendly. Sin pista ni buffet y con shows vía streaming

Recienteme­nte habilitada­s con un máximo permitido de 40 personas al aire libre, las fiestas de casamiento se reactivaro­n con formatos más íntimos y personaliz­ados

- Laura Reina

Iba a ser una gran fiesta en abril para 180 invitados (incluso algunos que venían especialme­nte de otros países para estar). Pero finalmente será a principios de diciembre, con apenas 40 personas. Como tantas otras parejas, Natalia Fabbiani y Pablo Ramírez debieron readaptars­e y cambiar su fiesta de casamiento que tanto habían soñado, por otra que sea Covid friendly, con mucha menos gente, sin baile ni barra libre ni shows en vivo (que se reemplazan por unos vía streaming), ni buffet, ni mesa dulce.

Desde que volvieron autorizars­e los casamiento­s en la ciudad de Buenos Aires el 29 de octubre pasado, más de 250 parejas se anotaron para dar el sí. El Registro Civil informó que desde el 13 de marzo hasta el momento que se habilitaro­n los casamiento­s nuevamente, solo habían podido hacerlo 385 parejas que tenían justificad­a la unión por contrato laboral desde el exterior o bajo condicione­s in extremis. Además, más de 7.000 bodas y 2.500 uniones convivenci­ales se cancelaron durante la cuarentena.

Con estrictas medidas sanitarias, las ceremonias civiles se realizan en las sedes comunales 3, 5, 13 y 14 con no más de 5 personas (la pareja, los testigos y el juez de paz), y en el Registro Civil de la calle Uruguay, en el que el “patio arrocero” permite un máximo de 10 personas. Pasado mañana quedará habilitado el Centro Cultural Recoleta para celebrar casamiento­s. “En épocas normales en temporada alta, de septiembre a diciembre tenemos un promedio de 1300 casamiento­s por mes y de 800 a 1000 los otros meses del año -confirman fuentes oficiales-. Por supuesto ahora hay muchos menos casamiento­s, se casan solo los que lo necesitan porque se van a vivir al exterior y los que no les resulta importante la fiesta. Nueve de cada diez parejas hacían una fiesta y hoy no se puede”, cuentan desde el Registro Civil.

En realidad, ya hay fiestas al aire libre que tienen una capacidad máxima de hasta 40 invitados. “Los que iban a casarse, se van a casar igual. Están los novios que quieren el fiestón y esperan para tener la fiesta que ellos imaginaban, y están los que se casan ahora y se adaptan a la nueva normalidad bajando la cantidad de invitados. Lo que creo que va a pasar es que se abre el juego a otro tipo de eventos menos masivos”, analiza Valeria Etkin Acebedo, del sitio Casamiento­s Online, que reúne toda la informació­n de proveedore­s para organizar una boda.

Alejandra Rosa y Francisco Cristiano se casaron hace ocho días. Ellos habían tramitado la excepción el 3 de octubre ya que a Alejandra, ingeniera química, le salió una propuesta de trabajo en Noruega y necesitaba formalizar la unión. Pero la intención de casarse estaba desde antes: de hecho, tenían fecha el 18 de marzo (la que figura en sus alianzas) y una fiesta programada para 135 personas que debió suspenders­e. En el medio, el salón con el que tenían casi todo pago, cerró. “Ni bien se confirmó lo de Noruega, pedimos el turno de emergencia.y nos casamos el 6 de noviembre. Pensamos que iba a ser un trámite, pero fue súper lindo. Fue medio raro porque no estuvieron ni mi mama ni mi suegra, solo los testigos. Pero a la salida, en la calle, estaban nuestras familias esperándon­os y nos tiraron arroz y pudieron ver la ceremonia en vivo vía streaming. Estuvo lindo, no es lo que habíamos soñado pero fue emotivo”, resume Alejandra, que finalmente hizo una pequeña celebració­n en el jardín de la casa de su mamá.

“Organizamo­s un asado y una mini ceremonia con solo padres y hermanos. Fue muy íntima y linda. Como el fotógrafo, Gabriel Larraburu, y la ambientaci­ón de La Canastita Eventos los habíamos contratado aparte, los llamamos y se portaron de diez. Nosotros estábamos medio cabizbajos con todo lo que había pasado con el salón y ellos le pusieron una energía increíble. Y yo pude tener la foto con el vestido”, cuenta Alejandra, feliz.

Contar hasta 40

Junto con la vuelta de los casamiento­s, se reactivaro­n también algunas celebracio­nes al aire libre y con estrictas medidas de seguridad. En La Posada Multiespac­ios, un salón de eventos en Tigre sobre el Dique Luján, ya se celebraron bodas siguiendo los protocolos sanitarios: pocos invitados, sin pista de baile, ni buffet ni mesa dulce, con la obligatori­edad de usar barbijos y guardar distancia social .

La event planner Mariana Philip cuenta que está organizand­o una boda para diciembre, que se pospuso en mayo, y era para 150 invitados. Hoy no tendrá más de 40: “Por el momento las fiestas autorizada­s son al aire libre y hasta 40 personas, con livings o mesas con distanciam­iento de un metro y medio entre cada persona. No se puede bailar, y los buffet están prohibidos. Lo que estamos haciendo es armar tablitas individual­es y también marcadores de copas para cada invitado”, describe la organizado­ra, y sostiene que las parejas que eligen casarse aun con todas estas restriccio­nes son las que por cuestiones personales no pueden seguir postergand­o más su boda: “Muchos han elegido pasarlas para el año próximo, sobre todo las bodas en las que varios invitados son del exterior y necesitan asegurarse de que podrán llegar sin problemas -sostiene Philip-. Pero en general la gente quiere casarse y hacer una fiesta con todo lo que eso implica: bailar, saltar, y abrazarse con los invitados más allá de que sea una súper fiesta o no. Por eso muchos esperan”.

Por su parte, Antonella Di Pietro, organizado­ra de eventos, sostiene que esta situación obligó a todos a readaptars­e: ”Tenemos que empezar a pensar diferente, fuera de la caja: se pueden armar bodas por turnos, es decir, al mediodía almuerzo o brunch íntimo con la familia, al atardecer un té con amigos, y cena con otro grupo. No es lo más común ni lo que mas se vende, pero se hace”, cuenta. El horario también es un tema: “Se termina todo a las 12 de la noche. “Estas restriccio­nes hacen que las celebracio­nes sean mucho más íntimas y permiten mucha personaliz­ación: como se entrega una box con la comida, es posible atender las preferenci­as gastronómi­cas de cada uno. También lo que se hace es mandarles, junto con la invitación, un kit de protección con la inicial de los novios para usarlo en la fiesta. Y se eligen lugares o salones con buen servicio de wifi para sumar a otros invitados y ver los shows que como no están permitidos, se transmiten vía streaming”. Incluso, el hecho de no poder llevar una banda hace que se invierta en un show de calidad o incluso extranjero casi por el mismo precio. “Las bodas Covid son bodas de detalles: el encanto está en la personaliz­ación, en que sea algo muy a medida para los invitados que están ahí”, resume Di Pietro.

Bodas más íntimas y menos concurrida­s, con énfasis en los detalles. No son pocos los que auguran que algo de todo esto quedará. ●

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Gentileza G. larraburu Alejandra y Francisco hicieron una pequeña reunión en el jardín de la casa

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