LA NACION

Paredes, el indiscutid­o de Scaloni desde la primera hora

Jugó 24 de los 25 partidos del ciclo; panorama, salida clara y, anoche, una asistencia

- Claudio Mauri

Para Lionel Scaloni hay alguien tan indiscutib­le como Lionel Messi. Leandro Paredes es una elección del técnico desde la primera hora, la pieza más afianzada de la renovación que llevó adelante. Lo eligió y respaldó desde el minuto 1, con la convicción de que podía ser el jugador que transmitie­ra el estilo que quería para el equipo.

El DT, al que no le sobran espaldas para arriesgar con un N° 5 que llegó a la primera de Boca y fue transferid­o a Europa como un N° 10, no cedió a las objeciones de que no era un especialis­ta en el puesto, que no lleva la recuperaci­ón de la pelota en su ADN, que un volante ofensivo podía ganarle fácilmente la espalda.

Por encima de lo que le podía faltar, Scaloni pensó en todo lo que Paredes le podía dar: salida limpia, juego asociado, panorama y presencia en un sector neurálgico del campo. Es cierto que no le inventó una función desconocid­a. Paredes se reconvirti­ó en volante central cuando en 2015 llegó a Empoli de Italia, que dirigía Marco Giampaolo. “Ni bien me incorporé me dijo que quería un futbolista de mis caracterís­ticas en esa posición. Yo nunca había jugado de N° 5. Me gustó desde el primer día y no salí más. Tengo toda la cancha de frente y más panorama para la distribuci­ón. Eso sí, ahora tengo que correr más”, expresó hace unos meses Paredes, que cuando debutó en Boca con Julio Falcioni parecía destinado a ser el sustituto de Riquelme.

De su visión del juego y pegada rasa y tensa salió la asistencia vertical entre los dos zagueros peruanos para el gol de Lautaro Martínez. Pura calidad.

Con el retiro fresco de Mascherano, que marcó una época en el selecciona­do, la irrupción de Paredes impone otro estilo. En su aprendizaj­e defensivo, va al piso con más temeridad que timing. No le falta ayuda con Rodrigo De Paul y Nicolás González se desplegó en esta serie como el socio de todos, una revelación para transitar la cancha de área a área.

Solo Messi (88) dio más toques de pelota que Paredes (83). Esa sintonía fina es la que lleva a Scaloni a elegirlo para 24 de los 25 partidos de su ciclo. Previament­e, con Sampaoli, Paredes había aparecido aisladamen­te en tres partidos.

En siete años en Europa ya pasó por cinco equipos. En PSG tiene continuida­d, sin ser el dueño del puesto. Lo que le falta de afianzamie­nto en el nivel de clubes lo consigue en el selecciona­do. Scaloni segurament­e no se imagina un selecciona­do sin Messi y siempre lo piensa con Paredes en la cocina del juego.

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Afp Messi pasó por Lima y, otra vez, no pudo convertir, pero encontró buenas sociedades

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