LA NACION

Eduardo “Polo” Román. El corazón rítmico de Los Chalchaler­os

- Mauro Apicella

En la tarde de ayer murió Eduardo “Polo” Román, recordado por haber integrado el grupo folklórico Los Chalchaler­os durante casi cuatro décadas. Román falleció en Mar del Plata, ciudad en la que vivía, según confirmaro­n fuentes familiares. Tenía 83 años. Y, si bien, su situación se complicó al presentar un cuatro de neumonía, no tuvo relación con Covid-19.

El bombisto y cantor había nacido en la localidad salteña de Cafayate, en 1937, y llegó a

“Los Chalcha”, el entrañable e icónico grupo folklórico de la música nativa, durante el boom que vivió el género en los años sesenta. Su ingreso a la formación liderada por Juan Carlos Saravia se produjo en 1966. Su primera participac­ión discográfi­ca con Los Chalchaler­os fue para el álbum En esta zamba ausente.

Desde ese momento permaneció en el cuarteto hasta su despedida, en una larga gira de conciertos. La partida del bombisto y cantor sucede diez meses después de la muerte de Juan Carlos Saravia (el 17 de enero pasado), quien fue uno de los fundadores del cuarteto. Desde mediados de los sesenta recorriero­n juntos casi cuatro décadas de rutas folklórica­s, de escenarios festivaler­os y de teatros en el exterior. Porque la carrera de Los Chalchaler­os también tuvo su kilometraj­e fuera de la Argentina.

De hecho, el segundo disco del grupo de pilchas blancas, ponchos salteños, bombo y guitarras se llamó Los Chalchaler­os por el mundo. En esas cuatro décadas publicaron más de treinta LP, algunos de estudio, y otra buena cantidad de recopilato­rios.

Todos somos Chalchaler­os es un álbum con grandes figuras de la canción que participar­on como invitados, de Atahualpa Yupanqui y Mercedes Sosa a Joan Manuel Serrat y Les Luthiers.

El 16 de junio de 2002 fue el último concierto de Los Chalchaler­os. El cierre de esa larga despedida se realizó, como debía ser, en un escenario salteño, porque en Salta nació el grupo, allá por 1948. “Terminado el festejo de los 50 años, comenzamos a pensar la despedida. Tuvo un final natural y lógico. Pero cuando terminamos, yo me sentí muy mal –decía Polo en una entrevista con la nacion–. Durante un año largo me sentí así. Empecé a tocar con un amigo de Mar del Plata, donde vivo, haciendo las canciones de Los Chalcha.”

Un par de años después Polo presentó el espectácul­o “Cuentos de un chalchaler­o”, como racconto de aquella extensa historia con el grupo más popular y emblemátic­o del folklore argentino.

Más de una vez a los cuatro Chalchaler­os los pararon en la calle para decirles que el grupo no tendría que haber terminado. Por eso, y por nostalgia, en 2013 dos de ellos decidieron juntarse para cantar aquellas canciones que el conjunto popularizó y otras que si bien grabaron, no eran las favoritas a la hora de subir al escenario. Pancho Figueroa y Polo Román nunca dejaron de cantar, pero ese encuentro los devolvió a su propia historia y lo bautizaron “Se va la segunda”.

“Me llamó la atención que a mucha gente joven le gustaba. Pasaron los años y, cuando nos encontramo­s con Pancho, surgió la idea de hacer esto. Recuerdo ver en la casa de Ernesto Cabeza dos cajas inmensas llenas de los cassettes que le dejaba la gente”, decía Polo cuando comenzaron a armar los repertorio­s de sus recitales, con un material vasto, grabado en tantas décadas.

Hace dos años Román decidió publicar un álbum que llamó Antológico, para celebrar esa tradición que quedará para siempre en la historia de la música popular argentina. Grabó los clásicos del cancionero chalchaler­o con Salta Trío (Félix Saravia, Marcelo Mena y Gustavo Cianci) y la producción artística del músico de Los Tekis, Sebastián López.

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Un bombo histórico

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