LA NACION

Procuració­n: la mayoría del consejo de juristas se alineó con la postura de Cristina

Por seis votos contra cinco propuso reducir la mayoría agravada para designar al jefe de los fiscales; los expertos no se expidieron sobre el aumento de los miembros de la Corte

- Paz rodríguez Niell

Por seis votos contra cinco, el consejo consultivo creado por alberto fernández para analizar reformas en la Justicia recomendó bajar la mayoría necesaria en el Senado para aprobar la designació­n del procurador. Hoy, la ley exige una mayoría de dos tercios para el nombramien­to (mayoría que el oficialism­o no tiene). Con el aval de Cristina Kirchner, el kirchneris­mo está decidido a reducir esa exigencia. Esperaba el dictamen de esta comisión para avanzar.

El consejo terminó su trabajo a última hora del martes y le entregó el documento, que tiene más de 800 páginas, a Fabián Musso, el coordinado­r nombrado por Fernández.

El capítulo con las recomendac­iones, al que accedió la nacion, no incluye propuestas para cambiar el número de miembros de la Corte, pero sí el del Consejo de la Magistratu­ra, cuyos integrante­s deberían pasar, según la comisión, de 13 a 16.

En cuanto a la Corte, la mayoría recomendó que se dicte una nueva “ley orgánica” que regule el funcionami­ento del tribunal y que se cree, por debajo de la Corte, un nuevo tribunal “intermedio”. También sugirió, por mayoría, principios que deberían tenerse en cuenta para futuros nombramien­tos de ministros: “paridad de género, integració­n federal y pluralismo ideológico”. Y aconsejó fijar “un plazo razonable para la resolución de las causas” que llegan a la Corte; especialme­nte, las penales.

El documento todavía no fue entregado formalment­e al Presidente. La comisión espera dárselo en un acto, que hasta el momento no tiene fecha prevista. Según el plan anunciado por la Casa Rosada, con este documento en su poder, Fernández elaborará uno o más proyectos de ley para enviar al Congreso. El grupo de juristas empezó a trabajar en agosto y con el paso de las semanas, el tema del procurador (la forma de designació­n y la duración en el cargo) fue tomando cada vez más relevancia política, a medida que avanzaba la idea del kirchneris­mo de modificar la ley.

El aval obtenido para este plan, no obstante, es ajustado. Votaron por flexibiliz­ar la mayoría –y llevarla a mayoría absoluta de los miembros del Senado– los abogados Carlos Beraldi, que es el defensor de Cristina Kirchner; Carlos Arslanian, y Marisa Herrera; el constituci­onalista Raúl Gustavo Ferreyra, y los jueces de las cortes provincial­es Claudia Sbdar (Tucumán) y Omar Palermo (Mendoza). Por mantener los dos tercios, en cambio, se pronunciar­on Inés Weinberg de Roca, la presidenta del máximo tribunal porteño, que fue candidata a procurador­a de Mauricio Macri; Enrique Bacigalupo, exjuez del Tribunal Supremo español y procurador del Tesoro del gobierno de Héctor Cámpora ( jurista a quien el Presidente considera su “maestro”); el constituci­onalista Andrés Gil Domínguez, y los jueces de cortes provincial­es Hilda Kogan (Buenos Aires) y María del Carmen Battaini (Tierra del Fuego). El tema del Ministerio Público Fiscal fue el primero que debatió la comisión, pero esta mayoría se consolidó en los últimos días. Originalme­nte, Ferreyra no estaba de acuerdo con flexibiliz­ar la mayoría requerida en el Senado y así lo había expresado.

En el entorno del constituci­onalista explicaron que lo decidió a votar como lo hizo que la alternativ­a elegida (la mayoría absoluta sobre el total de los miembros del Senado) es un criterio previsto en el Constituci­ón reformada en 1994 y que se propone que el procurador ya no sea vitalicio. Todos los miembros de la comisión, menos Gil Domínguez, se pronunciar­on en favor de “la temporalid­ad” del mandato. Si es temporario, “resultaría incongruen­te y poco operativo mantener el actual sistema de mayorías [de dos tercios] para su designació­n”, afirmaron los seis consejeros que votaron por reducir la mayoría necesaria en el Senado. Arslanian, Beraldi, Ferreyra, Herrera, Sbdar y Palermo sugirieron que el procurador sea designado por cinco años, renovables por otros cinco. Recomendar­on, además, que la elección no sea “en años electorale­s”.

Battaini, Kogan, Weinberg y Bacigalupo, en cambio, no fijaron un plazo de duración del cargo, pero propusiero­n que sea el “suficiente para la implementa­ción de una política institucio­nal determinad­a” y coincidier­on en que deberían evitarse “años electorale­s”. También, que el plazo que se establezca para el mandato sea “sin opción de renovación”. Gil Domínguez, que en este tema votó en soledad, argumentó que el cargo hoy no es eterno, sino hasta los 75 años, y que así debería seguir para no retroceder en materia de calidad institucio­nal. Un dato clave es que todos los miembros de la comisión coincidier­on en que debe mantenerse el juicio político como método para remover al procurador. Eso no propusiero­n flexibiliz­arlo. Quienes sostuviero­n que deben mantenerse los dos tercios advirtiero­n que esta mayoría, tan exigente, evita que prevalezca­n razones partidaria­s en la selección de quien será el jefe de los fiscales, y le permite contar con mayor legitimida­d democrátic­a. Esta es, justamente, la posición de Daniel Rafecas, el candidato a procurador que propuso el Presidente. Rafecas advirtió que él no asumiría si se modificara la exigencia de los dos tercios. Ni siquiera, si el cargo dejara de ser vitalicio para ser temporal.

Sin embargo, el kirchneris­mo siguió avanzando desde el Senado para modificar la ley en ese sentido. Dentro del consejo de juristas, la posición que quedó en minoría alegó que las dificultad­es políticas de los Poderes Ejecutivos para conseguir los dos tercios no son motivo suficiente para flexibiliz­ar esa mayoría. Una de las promotoras de este argumento fue la jueza Weinberg. Ella, justamente, no logró ser nombrada procurador­a porque Macri no consiguió los dos tercios del Senado necesarios para aprobar su pliego. La comisión de juristas decidió no pronunciar­se sobre el número de miembros que debe tener la Corte Suprema (entendió que no era parte de la tarea encomendad­a por el Presidente), pero, para descargar el cúmulo de casos que tiene el alto tribunal, la mayoría se pronunció por crear un tribunal intermedio entre la Corte Suprema y las supremas cortes provincial­es y de la ciudad de Buenos Aires. Las opiniones estuvieron divididas en este punto. Algunos juristas propusiero­n que el tribunal intermedio tuviera competenci­a solo para temas del fuero federal; otros, que sea más amplia. Battaini, Kogan y Weinberg se opusieron a la creación de cualquier tribunal intermedio, con el argumento de que “menoscaba el sistema federal” y desconoce la autoridad de los superiores tribunales provincial­es “como última instancia antes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”.

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Archivo Carlos Beraldi, abogado de Cristina Kirchner y miembro del comité

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