LA NACION

¿Realmente Melania quiere el divorcio?

Las especulaci­ones duraron todo el mandato, pero gente cercana cree que seguirán juntos

- Mary Jordan y Jada Yuan THE NEW YORK TIMES

NUEVA YORK.– Hace dos semanas, mientras los levantador­es recibían apuestas sobre el resultado electoral, muchos jugadores ya tenían puesta la cabeza en otra incógnita: ¿Melania Trump dejará a su esposo si deja de ser presidente?

Pero ¿será verdad que Melania tiene tantas ganas de deshacerse del presidente Trump como decenas de millones de norteameri­canos? ¿O será otra de esas fantasías que los detractore­s de Trump proyectan sobre la primera dama, que durante estos años ha logrado tan exitosamen­te envolverse en un halo de misterio?

Quienes detestan a Trump suelen creer que su esposa también, y como prueba esgrimen esos videos en los que se la ve rechazando la mano de su marido. También señalan que Melania pasa gran parte de su tiempo lejos de su esposo, y que no se muestra públicamen­te afectuosa con él, a diferencia, por ejemplo, de Laura Bush, Michelle Obama o Jill Biden con sus respectivo­s maridos. Algunos llegan a afirmar, sin fundamento alguno, que Melania tiene una doble de cuerpo que la reemplazar­ía cuando ella se rehúsa a aparecer junto al presidente.

Es fácil entender de donde salen esas ideas. Tras un proceso eleccionar­io despiadado, a muchos antitrumpi­stas hartos de que el presidente llame “perdedor” a medio mundo, les encantaría ver a Trump abandonado por su mujer 24 años más joven, sobre todo si esa humillació­n llega pronto, cuando todavía está en el piso.

El círculo íntimo de Melania es muy pequeño, y dos de las personas que lo integran confirman que Melania no ha dado la menor señal de estar pensando en dejar a su marido.

Durante estos cuatro años, la primera dama ha repetido varias veces que no siempre está de acuerdo con el presidente, pero en los días del cierre de campaña de este año, se mostró como una de sus más fervientes seguidoras. Con encendidos discursos de campaña, fustigó sin

piedad a Biden, los demócratas y los medios de comunicaci­ón, alentando a la gente a votar por su esposo, “el único verdadero líder y verdadero optimista” de la competenci­a electoral.

“No creo que Melania deje a Donald. Ella es cómplice voluntaria de sus manejos y ha hecho suyas las conviccion­es de su marido”, dice Michael Cohen, exabogado de Trump, que está bajo arresto domiciliar­io hasta cumplir su sentencia por el delito federal de fraude impositivo y violación de la ley de financiami­ento de las campañas políticas. “Son tal para cual: se merecen mutuamente”.

A pesar de tener personalid­ades marcadamen­te diferentes, la sintonía del matrimonio Trump es notable, dice Stephanie Winston Wolkoff, examiga y excolabora­dora de Melania, que escribió un libro lapidario sobre la primera dama. “Es todo parte del show. Ella es la callada, y él es el bocón. Ella es la blanda, y él es el duro. Se retroalime­ntan uno al otro. Es parte de lo que hace que la relación funcione”.

La idea de que Melania no ve la hora de deshacerse de Donald podría ser una continuaci­ón natural de la misma expresión de deseos que llevó a la gente a asumir que el total desprecio del presidente por la verdad y por su propia investidur­a conduciría inevitable­mente a un masivo repudio en las urnas. Y si bien Trump perdió la reelección, ese aluvión kármico nunca se materializ­ó.

Quizás Melania sea como Estados Unidos: una gran parte admira a Donald Trump, por más que otra gran parte lo aborrezca.

El experto en apuestas Dave Mason, de la popular empresa offshore de apuestas Betonline.ag, dijo la semana pasada que la mayoría de los jugadores que arriesgan su dinero sobre el destino del matrimonio Trump apuestan a un posible divorcio.

De hecho, son tantos lo que apuestan al divorcio que el potencial margen de ganancia va desapareci­endo. Esta semana, una apuesta de 10 dólares al “Sí, ella pedirá el divorcio” antes del 3 de noviembre de 2021, rendirá 26 dólares de ganancia si efectivame­nte ocurre, frente a los 65 dólares que pagaba hace apenas dos semanas, el día de la elección.

“Hay muchos que quieren que ella lo deje, como una especie de revancha, pero no veo a Melania Trump como ese tipo de persona”, dice Elizabeth J. Natalle, profesora adjunta de comunicaci­ones de la Universida­d de Carolina de Norte en Greensboro, y autora de libros sobre Jacqueline Kennedy y Michelle Obama.

“En sus entrevista­s siempre ha dicho que es una chica grande, que sabe lo que hace”, resalta Natalle.

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Donald y Melania Trump, la noche de la elección
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CARLOS BARRIA / REUTERS

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