LA NACION

El humor de Messi y el juego de las mareas del Atlántico

Se invirtiero­n las emociones: de la alegría en la selección, a la bronca en Barcelona

- Cristian Grosso

Con Barcelona ganó todo y su futuro es una moneda al aire. Con la selección mayor no ganó nada –cuatro mundiales, cinco Copas América en el camino–, pero lo anima imaginar un buen horizonte. Se ilusiona, proyecta. Tantos años despelleja­do en la Argentina, ahora se siente arropado. La dinámica se invirtió. La semana pasada, en estas páginas se escribía… ‘ahora al catalán se le frunce el entrecejo cuando recuerda que en unos días tendrá que volver a cruzar el Atlántico’. Y sucedió. Aterrizó en el aeropuerto de El Prat, después de la producción más convincent­e de la selección en las eliminator­ias, y se le arremolina­ron los periodista­s para escarbar sobre mil rumores que circulan –y lo señalan– en la vida interna de un club que cruje. “Estoy cansado de ser el problema de todo en el club”, disparó. Suficiente: explotó Cataluña. Se abrieron las heridas y se avivaron las especulaci­ones sobre su probable partida en 2021. Sí, la calma del fin del mundo había quedado atrás.

Si la selección es el remanso, tendrá meses agitados por delante Messi. Es que la Argentina no volverá a jugar hasta finales de marzo del año próximo, y Barcelona, 8vo en la Liga, ya este sábado se chocará con Atlético de Madrid. Los diez días que pasó en el predio de Ezeiza en octubre, y estos últimos, trajeron un alivio en su vida. Ya no están sus amigos Mascherano, Banega, Lavezzi, sí regresó Di María y vaya a saber cuándo volverá Sergio Agüero, pero se ha integrado con naturalida­d al ala renovadora que De Paul, Ocampos y Paredes encabezan con sus carcajadas. Ellos fueron aprendiend­o a descolgar el póster del capitán.

Llevó un tiempo, no fue sencillo. En definitiva, no sólo tienen por compañero al mejor del mundo, sino además, por ejemplo, cuando Nicolás González, la revelación del cierre del año, apenas andaba por los 8 años, Messi ya jugaba su primer Mundial. Messi no ganó nada con la selección, es cierto, pero más allá de esa persecució­n, saben que conviven y comparten el equipo con una leyenda.

Muchos números de Messi son de fábula. En Barcelona, sí, y en la selección también. Nadie convirtió más goles que él, 71 contra los 54 de Batistuta. Nadie marcó más goles en eliminator­ias mundialist­as, 22 contra los 19 de Crespo. Nadie llevó más veces la cinta de capitán ni gritó más goles en esa condición, rubros en los que hace tiempo dejó atrás a Ayala y a Maradona, respectiva­mente. Es el argentino que más partidos (85) ganó con la selección. Es el argentino más joven en convertir en una Copa del Mundo. Un detalle: no podrá ser el más viejo en lograrlo, ahí está Martín Palermo, con sus 36 años y 227 días, cuando quebró a Grecia en Sudáfrica 2010.

¿Cuánto tiempo le quedará a Messi en la selección? Probableme­nte, ni él lo sepa. Se puede especular con que Qatar 2022, a sus 35 años y medio, será su despedida. ¿Cuántos encuentros aún le esperan? Muchos, un par de docenas al menos: quedan 14 fechas por las eliminator­ias, otros 8 juegos si alcanza la final de la Copa América 2021, algunos amistosos en la ruta al Mundial… Es decir, uno de los pocos récords que todavía no es de su propiedad, lo será pronto: presencias históricas. Messi ya encadenó 142 y el plusmarqui­sta, Javier Mascherano, con 147, siente a su amigo acercarse al galope. A Mascherano, quizás el año próximo también, le arrebatará otro registro: presencias en la Copa América (26 del ‘Jefe’ contra 21 de la ‘Pulga’), y a Javier Zanetti le interrumpi­rá el reinado de partidos por las eliminator­ias (49 del rosarino contra los 51 del vicepresid­ente de Inter).

Se reinventa a los 33 años, y la selección lo ayudará si estabiliza un estilo y se convence de la propuesta que desplegó en Lima. Del equipo para Messi a este equipo con Messi. Dejar el cincel para retroceder unos pasos y así disfrutar de una obra con cómplices imprescind­ibles. En Barcelona le toca patear algunos escombros, pero Messi no puede desentende­rse de nada de lo que ocurre a su alrededor. Un chasquido de dedos y se enciende la atmósfera. Aquí y allá. Esta vez, el juego de mareas cambió las emociones en una y otra orilla del océano Atlántico.

 ??  ?? cara y ceca, la moneda se invirtió entre Barcelona y la selección
cara y ceca, la moneda se invirtió entre Barcelona y la selección
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina