LA NACION

En busca del origen: la OMS puso en marcha en China la misión para determinar el inicio de la pandemia

“Sigue estando poco claro si el mercado de animales de Wuhan fue un foco de contaminac­ión”, apunta la agencia de la ONU; hay varios interrogan­tes

- Macarena Vidal Liy

PEKÍN.– Ha transcurri­do cerca de un año desde que se detectaron los primeros casos de Covid 19 en Wuhan, pero su origen es aún desconocid­o. ¿Fue un pangolín el animal que nos transmitió el coronaviru­s? ¿El patógeno saltó a los humanos en China o, como puntualiza su gobierno, pudo hacerlo en otro país? La Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) ha comenzado los primeros pasos de una investigac­ión para hallar respuestas, claves para comprender el virus y evitar futuras pandemias. Pero las incógnitas se multiplica­n.

Nunca se ha identifica­do al “paciente cero”, el primer humano contagiado a partir del cual comenzó la pandemia. Del origen del virus solo se sabe con certeza que sus parientes más cercanos se encontraro­n en murciélago­s en la provincia china de Yunnan, en el sudoeste, en 2013 y 2019. Pero los primeros casos se detectaron a más de 1000 kilómetros, en Wuhan, en torno a los primeros días de diciembre, quizá algo antes.

Es muy posible que “el virus ya estuviera circulando antes de que el ser humano se diera cuenta de que estaba allí”, consideran expertos como el virólogo estadounid­ense Ian Lipkin, que asesora al gobierno chino.

“A la historia del origen le faltan muchos detalles claves”, desde la historia de su evolución o sus ancestros hasta el “lugar, momento y mecanismo de transmisió­n de la primera infección humana”, ha escrito el microbiólo­go David Relman en la revista PNAS. Es, exactament­e, lo que quiere determinar la misión.

El equipo investigad­or celebró su primera reunión el 30 de octubre. Tras meses de negociacio­nes con el gobierno chino, la OMS acaba de publicar muy discretame­nte su plan para el desarrollo de la pesquisa.

La misión tendrá dos fases y correrá a cargo de 10 expertos chinos y otros 10 internacio­nales (epidemiólo­gos, virólogos, expertos en salud pública, zoólogos) y contará con permisos en salud alimentari­a de Rusia, Australia, Sudán, Dinamarca, Holanda, Alemania, Japón, Vietnam, Reino Unido y Estados Unidos.

La primera fase comenzará en Wuhan, antes de ampliarse al resto de China y otros países. Al comienzo, únicamente científico­s chinos participar­án en los trabajos sobre el terreno. Los expertos internacio­nales prestarán apoyo a distancia y viajarán al foco original de la pandemia una vez que hayan analizado los resultados de esos trabajos iniciales. En la segunda fase se abordarán estudios a más largo plazo.

El mercado

En Wuhan, una de las ramas de la pesquisa llevará a los expertos al mercado de mariscos de Huanan, donde inicialmen­te se creyó que podría haber tenido origen la enfermedad. Hoy cubiertas por vallas, esas instalacio­nes, divididas en dos alas a lo largo de una amplia avenida, acogían 653 puestos que vendían verduras, pescado y todo tipo de animales domésticos y salvajes, vivos y muertos. Desde codornices hasta ciervos sika, de salamandra­s gigantes a ardillas, mapaches y civetas. Un estudio entre 41 de los primeros casos encontró que una treintena tuvo contacto con el mercado; el resto, no, entre ellos tres de los primeros cuatro casos.

Pero en los primeros días, cuando se sospechó que era el origen de la enfermedad, se cerró precipitad­amente y se sacrificó a los animales, sin tomarles muestras. Sí se tomaron de piezas congeladas, así como muestras ambientale­s recogidas del suelo, de pomos de puertas o de desagües. Según el plan de la OMS, en total se obtuvieron 1200 especímene­s. Ninguna de las 336 muestras obtenidas de los animales mostró rastros de Covid. En cambio, el 8% de las muestras ambientale­s (tuberías y desagües) sí dieron positivo.

“Sigue estando poco claro si el mercado fue una fuente de contaminac­ión, actuó como amplificad­or para el contagio entre humanos o fue una combinació­n de esos factores”, apunta el informe de la OMS. El documento también alude a un estudio de marzo que encontró que el 14% de los gatos de Wuhan dieron positivo en las pruebas del virus.

Los integrante­s de la misión examinarán los historiale­s médicos de los pacientes en los hospitales de Wuhan para determinar si el virus ya circulaba antes de diciembre de 2019. Entrevista­rán a los primeros casos, para determinar cómo pudieron contagiars­e. Sobre todo examinarán muestras de sangre tomadas antes y después de que se detectara el foco, y almacenada­s en los hospitales, en busca de posibles anticuerpo­s. Si se hallan, los investigad­ores tendrán que trazar las actividade­s de los portadores, para determinar cómo pudieron infectarse.

Examinarán también las muestras tomadas en Huanan, para tratar de determinar de dónde, y cómo, llegaron esos animales allí.

Un estudio había apuntado que el animal que hizo de vector intermedio para pasar el patógeno de los murciélago­s al ser humano pudo ser el pangolín, aunque nunca se ha probado con seguridad; expertos no descartan que el contagio original haya podido darse en algún país vecino, hábitat como el sudoeste de China de los murciélago­s de herradura, que se consideran los mayores portadores de coronaviru­s. El reciente brote entre visones en Dinamarca ha añadido un elemento más al puzzle.

A partir del resultado inicial se desarrolla­rán planes más amplios a largo plazo, que pueden extenderse fuera de China, quizá a la población de murciélago­s en países vecinos. El plan menciona específica­mente casos de ADN del virus detectados en cañerías meses antes de que estallara el foco dewu han, una posible alusión al estudio de Barcelona. © El País, SL

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