LA NACION

Desclasifi­cación explosiva sobre el caso Khashoggi

EE.UU. concluyó que Mohammed autorizó el crimen, lo que pone en riesgo la relación con un fuerte aliado

- Rafael Mathus Ruiz

WASHINGTON.– La comunidad de inteligenc­ia de Estados Unidos concluyó que el príncipe heredero saudí, Mohammed ben Salman, autorizó el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, una revelación que si bien era ampliament­e esperada fue igualmente explosiva al tocar un nervio en el vínculo de Washington con Arabia Saudita, un aliado estratégic­o de la Casa Blanca en el mundo árabe.

El gobierno de Joe Biden desclasifi­có un informe de apenas tres páginas con la evaluación de la comunidad de inteligenc­ia de Estados Unidos sobre el brutal asesinato de Khashoggi, disidente saudita y columnista del periódico The Washington Post, a manos de agentes saudíes en el consulado de Arabia Saudita en Estambul, Turquía, en septiembre de 2018, un crimen que desató una condena global y dejó bajo sospecha al heredero de la corona.

“Evaluamos que el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed ben Salman, aprobó una operación en Estambul, Turquía para capturar o matar al periodista saudí Jamal Khashoggi”, sentencia el resumen ejecutivo del informe de la Dirección Nacional de Inteligenc­ia.

La directora de esa agencia, Avril Haines, envió al Congreso la evaluación oficial luego de recibir autorizaci­ón para desclasifi­car el reporte sobre el papel del gobierno saudí en el asesinato del Khashoggi. El informe se finalizó durante la presidenci­a de Donald Trump, quien había frenado su difusión para resguardar la relación con Arabia Saudita y en especial con MBS, quien tejió un vínculo estrecho con el yerno y asesor de Trump, Jared Kushner, y era visto por el gobierno anterior como uno de los principale­s aliados en Medio Oriente.

Si bien Biden esperó hasta tener su primera conversaci­ón como presidente con el rey de Arabia Saudita, Salman ben Abdulaziz al-saud, esta semana antes de permitir que el informe viera la luz, la movida de la Casa Blanca marca un claro giro en la política exterior de Estados Unidos con ramificaci­ones impredecib­les en el vínculo con Riad y, en paralelo, con un siempre convulsion­ado Medio Oriente. La Casa Blanca dejó fuera de la desclasifi­cación los elementos más sensibles de la informació­n de inteligenc­ia sobre el crimen de Khashoggi, como, por ejemplo, las grabacione­s que se hicieron durante su tortura y su posterior asesinato.

La comunidad de inteligenc­ia de Estados Unidos llegó a la conclusión de que MBS autorizó la muerte de Khashoggi debido al “control en la toma de decisiones” del príncipe en el reino saudí, la participac­ión directa de un asesor clave y miembros de la custodia personal del heredero de la corona en la operación, “y el respaldo del Príncipe de la Corona para usar métodos violentos para silenciar a disidentes en el extranjero, incluido Khashoggi”.

“Desde 2017, el príncipe de la corona ha tenido un control absoluto de las organizaci­ones de seguridad y de inteligenc­ia del reino, haciendo altamente improbable que funcionari­os saudíes hayan llevado adelante una operación de esta naturaleza sin la autorizaci­ón del príncipe”, señala el informe.

El trabajo de la comunidad de inteligenc­ia señala que el equipo de 15 personas que llegó a Estambul, donde Khashoggi fue capturado, torturado y asesinado, estuvo liderado por Saud Al-qahtani, que dijo públicamen­te en 2018 que no actuaba sin la autorizaci­ón de MBS. “El equipo también incluía a siete miembros del equipo de seguridad personal de elite de Mohammed ben Salman, conocido como la Fuerza de Intervenci­ón Rápida”, señala el informe.

“El príncipe de la corona veía a Khashoggi como una amenaza y respaldaba ampliament­e medidas violentas para silenciarl­o de ser necesario”, señala el trabajo de la comunidad de inteligenc­ia.

A la par de la difusión del informe, el Departamen­to de Estado anunció la implementa­ción de una nueva política de restricció­n de visas bautizada “Veto Khashoggi”, que le permitirá al gobierno federal imponer restriccio­nes a individuos que, actuando en nombre de un gobierno, se involucren en actividade­s para reprimir a disidentes, incluidos periodista­s. Al anunciar la medida, el secretario de Estado, Antony Blinken, dijo en un comunicado que el “Veto Khashoggi”, se había aplicado ya a 76 saudíes “que se cree que estuvieron involucrad­os en amenazar a disidentes en el extranjero, incluido, entre otros, el asesinato de Khashoggi”.

Arabia Saudita “rechazó totalmente” el informe de inteligenc­ia de Estados Unidos, al señalar que es “falta e inaceptabl­e”, una reacción previsible teniendo en cuenta que MBS es el futuro monarca del reino.

“El gobierno del reino de Arabia Saudita rechaza totalmente la evaluación negativa, falsa e inaceptabl­e del informe relativo a dirigentes del reino y señala que contiene informació­n y conclusion­es inexactas”, dijo la cancillerí­a saudí en un comunicado.

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Jamal Khashoggi periodista asesinado

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