LA NACION

Cómo será la atípica apertura de sesiones en el Congreso

Fernández abrirá el año legislativ­o en un recinto con butacas vacías y con la Corte de manera virtual

- Maia Jatreblans­ky

Tras un año atravesado de punta a punta por la pandemia del coronaviru­s, Alberto Fernández encabezará una apertura de las sesiones ordinarias distinta. Pasado mañana, cuando el Presidente emita su discurso en el Congreso y marque la hoja de ruta para 2021, lo hará de cara a un recinto con muchas butacas vacías; con diputados, senadores y gobernador­es conectados de forma virtual; sin invitados especiales y frente a cinco pantallas gigantes.

Se prevé una escenograf­ía sobria a la que asistirán de forma presencial -según los cálculos de los organizado­resunos 50 integrante­s del gabinete y unos 90 legislador­es nacionales.

Quienes entren al recinto deberán hisoparse unas 48 horas antes, se hayan vacunado, o no. Por eso, ayer por la Casa Rosada desfilaron algunos ministros para someterse al test y lograr su acceso preferenci­al al acto. Carla Vizzotti (Salud), Felipe Solá (Cancillerí­a), Marcela Losardo (Justicia), Claudio Moroni (Trabajo), Jorge Ferraresi (Hábitat y Vivienda), Tristán Bauer (Cultura) y Elizabeth Gómez Alcorta (Diversidad, Mujeres y Géneros) pasaron por el Salón de los Pueblos Originario­s para hacerse el PCR.

Después de ese trámite, la ministra Vizzotti comunicó ayer que había dado positiva de Covid-19 y que, por tanto, tendrá que permanecer algunos días en aislamient­o (ver aparte).

Los diputados y senadores que asistan de forma presencial se realizaban el hisopado en el comedor del Senado, que está a cargo de los detalles organizati­vos. El resto de las dos cámaras se conectará de forma virtual.

En el Gobierno, en tanto, esperan que los miembros de la Corte Suprema escuchen las palabras de Fernández de forma virtual. Para ellos está preparada una de las cinco pantallas que dispuso Cristina Kirchner. “Va a estar, pero de manera remota desde la Corte Suprema, porque no está vacunado”, deslizaron cerca de uno de los integrante­s del máximo tribunal.

La participac­ión de algunos supremos, sin embargo, aún no fue confirmada. Entre algunos miembros de la Corte Suprema había cierta irritación por lo que creen fue una invitación “de último momento” a la apertura de sesiones ordinarias, una jornada de alta relevancia institucio­nal que marca el pulso político del año.

“Fueron invitados esta semana. Ninguno de los miembros del máximo tribunal está vacunado”, deslizó una fuente cercana al máximo tribunal. Esta molestia entre los jueces ya se había instalado en 2020, cuando Fernández presentó el proyecto de reforma judicial; y la semana pasada, cuando se inauguró el Consejo Económico y Social en el CCK. Por otro lado, si alguno de los ministros de la Corte quisiera asistir de forma presencial, debería hisoparse para cumplir los protocolos.

El formato virtual y atípico que se decidió por la pandemia, podría entonces colaborar para que los supremos eludan ponerle el cuerpo al discurso presidenci­al. Se prevé, que Fernández- que tendrá sentada a su lado a Cristina Kirchner - le dedique algunos párrafos de alto voltaje a la cuestión judicial, en medio de la guerra fría con el máximo tribunal por los fallos que emitió en causas de corrupción y cuando el Gobierno pretende introducir cambios de fondo en los tribunales.

Los gobernador­es, habituales asistentes a la ceremonia, también se conectarán de forma remota y su imagen se verá por pantalla. El Senado, en tanto, optó por no contar con invitados especiales, aquellos referentes políticos y sociales que habitualme­nte colman los balcones del recinto para transmitir apoyo al Presidente y darle calidez al acto.

Movilizaci­ón

La modalidad “pandémica” que habrá adentro del recinto contrastar­á con las inmediacio­nes del Congreso.

Las distintas tribus que componen el Frente de Todos - intendente­s bonarenses, movimiento­s sociales y los gremios de la CGT y la CTA- rodearán el palacio para respaldar a Fernández con una gran movilizaci­ón que se orquestó incluso desde la Casa Rosada. Servirá como una demostraci­ón de fuerza en un momento complicado después del escándalo por las vacunas vip.

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