Condición básica
Como consecuencia del papelón que se ha producido con el tema de la vacuna y la vacunación vip, he leído y escuchado las justificaciones más insólitas y preocupantes dadas por los beneficiarios de semejante irregularidad. En algunos casos ingenuamente expresaron que no “sabían que estaba mal”. O sea que no saben distinguir entre lo que está bien y lo que está mal. En la mayoría de los casos quedó en evidencia una insensibilidad social patológica y ventajera. No les interesó que médicos, personas realmente con funciones imprescindibles como todos los que están vinculados con la salud y la seguridad, todavía no lograron que se los haya vacunado y ellos, usando mecanismos irregulares, por izquierda, o como se ha dicho por debajo de la mesa, lo lograron en forma inmediata. Jóvenes, funcionarios, sindicalistas, familiares, amigos no tuvieron problemas en vacunarse, saltando todos los protocolos establecidos, e incluso lo exhibieron obscenamente.
La gota que para mí hizo rebasar el vaso de la vergüenza la cometió el presidente en México (¡en otro país!) pidiéndoles a jueces y fiscales que la terminaran con estas “payasadas” y, haciendo alarde de sus conocimientos como abogado, les sugirió a algunos críticos que debían estudiar Derecho, porque ningún código penal condena o castiga “adelantarse en la cola”. Sentí vergüenza ajena. Evidentemente en la facultad donde estudió el Presidente debería incluirse en sus programas de estudio como materias obligatorias “ética” y “sentido común” durante todo el transcurso de la carrera. Debería ser condición básica exigida para todo aquel que ejerce una función pública, máxime si se trata del presidente. No basta con solo recordar leyes de memoria.
“El hombre necesitó crear miles de leyes para poder hacer cumplir diez mandamientos”.
Eduardo Firvida
DNI 4.305.435