Desteñida mirada a la carrera espacial
(the right stuff, ee.uu./2020). creador:
Mark Lafferty. elenco: Patrick J. Adams, Jake Mcdorman, Colin O’donoghue, Patrick Fischler, Eric Ladin, James Lafferty, Shannon Lucio, Eloise Mumford, Nora Zehetner. disponible en: Disney+
En el final de los créditos del primero de los ocho episodios de Los elegidos de la gloria se advierte que lo visto se inspiró en la película del mismo nombre dirigida por Philip Kaufman y estrenada en 1983, además del texto de Tom Wolfe que le dio origen. Esa mención desaparece en los episodios posteriores y solo queda la mención de Wolfe.
Dejar de lado la cita del largometraje es un acto de sinceridad. La nueva versión en clave de miniserie de la crónica de los comienzos de las misiones espaciales norteamericanas se conecta con el largometraje de Kaufman solamente desde su temática. En todo lo demás las diferencias son notorias. En la película de 1983, una obra excepcional merecidamente reivindicada y que refuerza con el paso del tiempo su condición de clásico, la historia de esa carrera por llegar al espacio que en tiempos de la Guerra Fría enfrentó a estadounidenses y rusos tuvo coel mo primer protagonista a Chuck Yeager, el temerario piloto que por primera vez en la historia rompió la barrera del sonido.
La nueva versión, en cambio, empieza con una atención preferencial a la rivalidad entre John Glenn y Alan Shepard, los dos pilotos más dotados del grupo de siete astronautas (los Mercury Seven). Separados por casi todo (mentalidad, formación, creencias, ideas y hasta su relación con las mujeres) son puestos frente a frente como ejemplo y modelo de una narración maniquea, chata, sin vuelo. Cuando lo esencial pasa por la exposición de contrastes tan elementales y básicos, sin otro motivo que la afirmación enfática de tales diferencias, todo lo demás tiene un límite bastante estrecho en materia de imaginación.
Esa torpe mirada sobre el conflicto humano se replica en los otros aspectos sobre los que trabaja la obra: las complicadas relaciones conyugales y familiares de los pilotos (planteadas con la lógica del más pedestre de los teleteatros) y las necesidades políticas del momento, tanto domésticas como internacionales. Aquí, las grandes decisiones se toman siempre en las sombras y aparecen representadas por las únicas figuras atractivas del relato, los dos reclutadores muy bien interpretados por Patrick Fischler y Eric Ladin.
Queda como único atractivo la curiosidad de volver a seguir a través de la serie el desarrollo de la misión y sus múltiples avatares, pero cualquier documental y, demás está decirlo, la película de 1983 resultarán mucho más interesantes que esta desteñida miniserie protagonizada por actores igual de apagados.