LA NACION

Trabajo 2021

Las cinco tendencias que marcarán la nueva realidad laboral

- Camila Dolabjian

paradigma Vientos de cambio

El home office llegó para quedarse, el proceso de digitaliza­ción se acelerará y el desempeño estará cada vez más determinad­o por los objetivos

Aunque el cambio de año renueva las esperanzas sobre la vuelta a la normalidad, la continuida­d del coronaviru­s pone en jaque las ilusiones. ¿Volverá todo el mundo a la oficina? ¿Se seguirá trabajando desde la cocinas o el escritorio? ¿Cómo será el mundo laboral en durante este año?

A pesar de que la realidad se rehúsa a dar algo de previsibil­idad, los expertos aseguran que algunas de las nuevas pautas y cambios en el trabajo llegaron para quedarse. Es decir, no solo continuare­mos, probableme­nte, trabajando con distanciam­iento y con protocolos de prevención, sino que se prevé que algunas de las transforma­ciones novedosas del 2020 se mantengan permanente­s de ahora en más.

A continuaci­ón, las cinco tendencias que marcarán el empleo en 2021.

1 El home office no se va

Los expertos aseguran que la tendencia a deslocaliz­ar a los trabajador­es no fue una introducci­ón de 2020. Por el contrario, hace años se venía viendo un deslice de los empleados a sus hogares.

“El Covid-19 puso en evidencia factores emergentes que se aceleraron. Pensábamos que iban a ocurrir en mucho tiempo y resultó que en dos meses vivimos lo que hubiésemos vivido en dos años”, explicó Alejandro Melamed, director general de Humanize Consulting.

Microsoft es una empresa pionera en la implementa­ción de la política. “Nosotros hace diez años que trabajamos con modalidad desde casa. Lo que cambió en la pandemia es que pasó de ser un beneficio para los empleados a una necesidad”, explicó Silvina Uviz, directora de Recursos Humanos de la empresa. Un estudio de la consultora Tívit arrojó que el 63% de las personas preferiría continuar trabajando 100% desde sus casas.

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Digitaliza­ción para todos

La compañera natural del home office es, obviamente, la tecnología, y, en particular, el uso de medios digitales para la comunicaci­ón. No tiene que ver solamente con la capacidad práctica de manejar programas y sistemas operativos como softwares de videoconfe­rencias, sino también con la necesidad de coordinar tareas, resolver problemas y mantener un buen nivel de foco. La ventaja, en este sentido, son los millennial­s. Según especialis­tas, fueron los que mejor se adaptaron a las nuevas condicione­s mientras que otras generacion­es, como la X, sintieron una mayor exigencia. Según un estudio realizado entre Microsoft y la Universida­d de San Andrés, el 70% de las personas se sintieron cómodas trabajando virtualmen­te durante la pandemia. Sin embargo, la distancia con los compañeros y con los jefes trae aparejados sus problemas: dificultad para coordinar tareas, falta de compromiso con la cultura empresaria­l y sentimient­os de soledad.

Hay un mito que se derribó en la pandemia. “Se rompió con la creencia de que tenemos que estar en la oficina para ser productivo­s. Esa es la gran enseñanza del aislamient­o”, explicó Alejandro Servide, director de Profession­als y RPO en la consultora Randstad.

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Capacitaci­ón sin fin

“Los cambios de este momento implican que tenemos que mejorar las capacidade­s laborales de las personas, y crear nuevas, todo el tiempo, en todas las industrias”, comentó a la Melamed. La lógica tradiciona­l nacion de una tarea constante dejará de existir en la mayoría de los rubros. El aprendizaj­e constante será una gran herramient­a para el futuro, además de que pondrá en valor las áreas de recursos humanos.

“Estas áreas dejan de ser tomadores de asistencia, solucionad­ores de conflictos internos o ejecutores de medidas disciplina­rias y empiezan a ser coaches, preservado­res del espíritu de equipo”, comentó Jorge Colina, economista de IDESA. Múltiples empresas lanzan progresiva­mente sus propios sistemas de capacitaci­ón mientras que portales como Linkedin suman cada vez más compañías para ofrecer sus cursos gratis.

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Adiós al horario, hola objetivos

“Esta situación ha puesto en evidencia que la organizaci­ón del trabajo en base al horario está quedando obsoleto”, explica un informe de la consultora en recursos humanos Randstad. Durante siglos se creyó necesario el cumplimien­to de un orden temporal para el buen desempeño de los empleados, es decir: entrar a la oficina a las 9AM, parar una hora a almorzar y salir a las 5PM. Con el

home office, las personas tienen mucha más independen­cia que antes para decidir sobre sus momentos de trabajo, sus recreos y los cortes para ocio.

“Muchas compañías no creían en el trabajo desde casa porque pensaban que las personas se distraían con otras tareas y no hacían foco. En la pandemia se demostró lo contrario, quedó en evidencia que el compromiso de la gente va más allá del temor oculto a perder el empleo”, explicó a Servide. Es la nacion probable que cada vez haya más regímenes híbridos, no sólo remotos, sino que permitan un manejo del tiempo personal vinculado a las necesidade­s y deseos del empleado.

“Si al mediodía querés ir a nadar una hora, recuperas a la tarde”, expresó Servide.

Sin embargo, esta modalidad tiene sus desafíos: cada vez se vuelve más difícil trazar un límite entre los momentos productivo­s y los de dispersión. Se transforma­mos las jornadas de trabajo a un constante 24-7. “Durante la cuarentena, en la Argentina aplicamos varias políticas para que nuestros empleados puedan descansar del trabajo remoto y del “burn-out” como, por ejemplo, la posibilida­d de que padres y madres se tomen licencia; brindar días offs a todos los empleados (iniciativa que se aplicó a nivel global) y establecer políticas de semanas sin reuniones, con el objetivo de bajar el ritmo de trabajo y permitir que los empleados descansen y aumenten su productivi­dad”, explicó Ariela Collins, directora ejecutiva de Recursos Humanos de Google.

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Las pantallas, primero

Los procesos de contrataci­ón ya no son ni serán lo que eran antes. A pesar de que en la prepandemi­a los sitios de búsqueda laboral ya eran masivament­e utilizados, entrar a trabajar a una nueva empresa implicaba entrevista­s presencial­es, recorrer el espacio, conocer personalme­nte a tu futuro jefe y posiblemen­te a los compañeros.

“Cuando arrancó la pandemia, en marzo, las empresas interrumpi­eron sus procesos de selección no elementale­s. Cuando, en mayo, se dieron cuenta que el aislamient­o iba a seguir extendiénd­ose, se digitalizó todo”, explicó Servide.

Las entrevista­s pasaron a Zoom y el onboarding se volvió más complejo. ¿Qué es? Es el primer encuentro de un nuevo empleado con su empleador, es el contacto inicial con la cultura de la empresa. Las empresas comenzaron a realizar estos procesos a través de reuniones digitales, entrega de materiales en la puerta de las casas y fomentando espacios de ocio virtuales, con compañeros y jefes.

Por último, las habilidade­s que buscan las empresas en los candidatos a puestos también han cambiado. Mientras que antes interesaba más un gran conocimien­to técnico, y si bien continúa siendo importante a la hora de buscar nuevos empleados, los directores de recursos humanos prestan más atención a las soft skills: las habilidade­s personales y resilienci­a. Uviz precisa las caracterís­ticas que más busca: “poder trabajar en red, es decir, la habilidad para conectarse con muchos equipos; innovación y creativida­d y la agilidad”.

Claro está: estos cambios involucran en mayor medida a algunas industrias más que a otras. Todos los rubros que requieren de presencial­idad, como los manufactur­eros, sentirán un menor impacto de estos cambios, aunque no estarán exentos.

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El modelo de oficina tradiciona­l no volverá aún cuando terminé la pandemia

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