LA NACION

La oportunida­d que esta crisis les abre a las mujeres

- Susan Segal La autora es presidenta y CEO de Americas Society/council of the Americas desde 2003 y conductora del podcast sobre mujeres Experienci­as

La pandemia trae la posibilida­d para que las mujeres prosperen al crear sus propios negocios

Hwashingto­n a pasado un año desde que la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) declaró al Covid-19 una pandemia. Durante ese tiempo, han muerto demasiadas personas y nuestras vidas han sido dadas vuelta. Las mujeres se han visto particular­mente afectadas.

Las mujeres representa­ron un mayor porcentaje de la pérdida de trabajos y se vieron obligadas a cerrar negocios a una tasa más alta. Fueron despedidas y algunas simplement­e se vieron obligadas a dejar la fuerza laboral para cuidar de sus hogares y familias, ya que muchos niños no pudieron asistir a la escuela o tuvieron que asistir a la escuela virtualmen­te. En algunos casos las mujeres asumieron la responsabi­lidad adicional de educar a sus hijos en el hogar. Finalmente, el cuidado infantil se volvió aún más limitado y no era una opción viable. Las mujeres también asumieron un mayor rol que sus compañeros masculinos o contrapart­es en el cuidado de los padres ancianos y de los miembros de la familia enfermos. Las mujeres también trabajan de manera desproporc­ionada en el sector informal, así como en los sectores de retail, hotelero y turístico, que fueron algunos de los más afectados por Covid. Igualmente trágico fue la cantidad de mujeres que cerraron negocios en América Latina: un 39 por ciento comparado con el 29 por ciento de los hombres, según el Banco Mundial.

Como resultado, la contracció­n de la fuerza laboral para las mujeres en América Latina durante el transcurso de la pandemia ha sido mucho más dramática: 10.4 por ciento versus 7.4 por ciento para los hombres, según la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo. En Colombia, la tasa de desempleo femenina fue del 25 por ciento frente al 14 por ciento masculina; en Argentina el 13.1 por ciento frente al 10.6 por ciento de los hombres; y en México la tasa de desempleo de las mujeres fue el doble que la de los hombres. Finalmente, en Brasil las mujeres representa­ron el 51 por ciento de los desemplead­os y subemplead­os.

Así que hoy nos encontramo­s en una dolorosa encrucijad­a, no solo para las mujeres, sino también para la recuperaci­ón económica y el crecimient­o de América Latina. Según un informe del 2020 del Mckinsey Global Institute sobre la igualdad de género y Covid-19, el crecimient­o del PBI mundial podría subir hasta 13 trillones de dólares en 2030 si la tasa de desempleo de las mujeres fuera igual a la de los hombres. Imagínense el efecto que esto podría tener en la recuperaci­ón económica de América Latina, además de tener un tremendo impacto en el desarrollo social.

Pero lograr esto es un desafío enorme, ya que no solo necesitamo­s volver a donde estábamos en la era prepandémi­ca del 2018 donde solo un 52% de las mujeres participab­an en la fuerza laboral frente al 77% de los hombres, sino también dar un salto a un nuevo nivel en el que las mujeres y los hombres luchen por la paridad.

Transforma­r esta meta en una realidad requerirá enormes esfuerzos del sector público y privado. Éstos necesitará­n trabajar juntos para lograr que las mujeres vuelvan a la fuerza laboral, así como para aumentar significat­ivamente la participac­ión femenina. Específica­mente, organizaci­ones públicas y privadas necesitan colaborar en entrenamie­nto y creación laboral para las mujeres y jóvenes. Se necesita crear incentivos para asegurar que las empresas contraten a más mujeres. También se debe crear en ciertos sectores corporativ­os la cultura para que los trabajador­es trabajen remotament­e, incluyendo desde el hogar. A esto se debe incorporar la flexibilid­ad de horarios para incentivar a las mujeres a volver a la fuerza laboral.

De igual importanci­a, las compañías no deben castigar a las mujeres que han dejado sus puestos debido a la pandemia. Al contrario, deberían incentivar­las a volver a la fuerza laboral. Es decir, las mujeres no deberían perder la oportunida­d de ascender y de aceptar más responsabi­lidad laboral. Finalmente, las empresas deberían siempre considerar a mujeres al entrevista­r a nuevos empleados.

Sabemos que son muchos los desafíos que enfrentan las mujeres, desde poder costear el cuidado infantil hasta acceder a banda ancha para el trabajo remoto. Pero la pandemia también trae la posibilida­d para que las mujeres prosperen al crear sus propios negocios. Es vital apoyar y ser mentores de mujeres que quieren emprender. Muchos negocios están pensando sobre cómo apoyar de esta manera pero organizaci­ones como el BID también han lanzado programas para enfrentar este problema crítico.

El financiami­ento a negocios creados por mujeres fue escaso antes de la pandemia pero la situación es aún más desafiante ahora. Se deben crear fondos de inversión enfocados en negocios operados por mujeres, con un verdadero compromiso para entregar financiami­ento y entrenamie­nto para implementa­r el plan de negocios. Muchas mujeres buscan empezar negocios pero no tienen la experienci­a necesaria para utilizar el financiami­ento. Aquí hay una oportunida­d de alianza públicopri­vada para financiar a estas mujeres. A pesar de que existen fondos de inversión específico­s, se requiere mucho aún para que este esfuerzo realmente haga la diferencia.

La oportunida­d es ahora. Los países necesitan crecimient­o y oportunida­d para sus ciudadanos. Y parte de la solución es tan simple: incorporar a más mujeres.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina