Un neurocirujano había desaconsejado la última cirugía
El testigo declaró que el médico Luque fue informado sobre otro posible diagnóstico
Entre las pruebas incorporadas en el expediente también figura la declaración testimonial de un neurocirujano que manifestó que la patología que sufría Maradona en la cabeza no era operable y recomendaba que el astro del fútbol mundial siguiera internado con la metodología de “un tratamiento clínico”.
En su declaración testimonial, ese neurocirujano expresó: “Debido a las imágenes halladas en la tomografía, al cuadro clínico y a la información recabada por mis colegas sugiero mantener respecto del paciente una ‘conducta expectante’, con estrictos controles clínicos para analizar constantemente su evolución”.
El especialista revisó a Maradona el 3 de noviembre pasado, cuando este fue llevado al sanatorio Ipensa de La Plata debido a que tenía un edema subdural, después que el capitán del seleccionado argentino de fútbol concurriese a la inauguración del torneo de primera en el estadio de Gimnasia, el día de su cumpleaños.
“Cuando me mostraron la tomografía, observo una imagen compatible con un hematoma subdural/ higroma subdural, con un mínimo efecto de masa donde se aprecian surcos cerebrales por debajo de la colección. Este cuadro se corresponde a una colección líquida y se puede corresponder a un hematoma subdural crónico o a un higroma”, explicó el médico en su declaración realizada a fines de diciembre pasado.
Para llegar a ese diagnóstico, el testigo evaluó los estudios realizados a Maradona con un neurólogo y un médico clínico. El especialista describió que comunicó la conclusión que hizo de la tomografía computada realizada a Maradona a dos personas de seguridad y al kinesiólogo, que no era personal del sanatorio, que le hacía masajes en los pies a Maradona. Cuando el neurocirujano les preguntó si comprendían cuál había sido el diagnóstico y cuáles eran los pasos a seguir, respondieron que “sí”.
“A los 15 minutos hice llamar al doctor Luque, que estaba en el lugar de internación, y le expliqué cual era el diagnóstico de Maradona y la conducta tomada por el equipo del sanatorio, es decir, que por el cuadro que presentaba no era momento apropiado para operar al paciente, entendiendo que no era quirúrgico en ese momento, sin perjuicio de lo cual debería seguir internado para control y tratamiento”, relató el neurocirujano que atendió a Maradona.
El médico recordó que “lo tomó por sorpresa” la decisión de trasladar a Maradona a otro centro de salud y que no sabía quién había ordenado que lo llevaran a otra clínica y desconocía por qué lo operaron.
En uno de los 24 puntos de pericia que deberá responder la junta médica que, a partir del 8 del mes próximo evaluará el desempeño de los médicos que atendieron a Maradona,
se apunta a obtener una respuesta sobre “cuál era la patología que el paciente presentaba el 3 de noviembre pasado, debiendo expedirse si la cirugía practicada tenía criterio o indicación médica de intervención quirúrgica urgente. Asimismo, deberán determinar si la misma pudo tener injerencia directa en la afección que ocasionó su deceso”.
Mientras que en otra pregunta del listado, los responsables de la investigación pidieron que los científicos de la junta médica respondan si entre las pruebas incorporadas en el expediente surgen controles y estudios adecuados para verificar su condición y evolución cardiológica entre el 1° de octubre y el fallecimiento de Maradona.
La batería de preguntas que deberán ser analizadas por la junta médica apuntan a buscar respuestas sobre si la internación domiciliaria de Maradona en la casa del barrio San Andrés, de Benavídez, en Tigre tenía las condiciones fijadas por el Ministerio de Salud y si a Maradona le suministraron la medicación correcta, de acuerdo a las patologías que sufría.
Además, los investigadores solicitaron a los científicos que respondan si las alertas sobre hinchazones o ronquidos expuestos por Maradona hubieran requerido una respuesta médica distinta a la que tuvo de parte de los profesionales que lo atendían.
En tanto que las últimas preguntas se dirigen a tratar de establecer si las conductas de las personas que estaban en la casa del country San Andrés, el 25 de noviembre pasado, “al momento de hacerse evidente el estado crítico de la víctima, fue acorde a los protocolos y el buen arte de curar”.
Testimonios de las hijas
Gianinna y Jana Maradona, dos de las hijas del fallecido futbolista, declararon anteayer que mientras su padre residió en un country de Brandsen, previo a la operación por un hematoma en la cabeza, consumía alcohol y marihuana y que los médicos a cargo de su salud sabían de esa situación.
Ellas afirmaron, además, que la psiquiatra Agustina Cosachov, le daba a Diego unas pastillas, de la que no sabían el nombre, para que rechazara el alcohol.
El abogado Rodolfo Baqué, representante de la enfermera Dahiana Madrid, una de las imputadas en la causa, dio detalles a Télam de los testimonios que brindaron las dos hijas de Maradona que fueron nuevamente citadas por los fiscales.
El abogado realizó preguntas a ambas testigos, entre ellas “si lo había visto fumar a Maradona”, por lo cual Jana manifestó que “lo vio fumar marihuana con Charly [Carlos Ibáñez] y que supuso que era marihuana por el olor”. También señalaron que el médico Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov habrían visto a su padre alcoholizado.