LA NACION

El juego no aparece y el dt Miguel Ángel russo quedó bajo observació­n

El rendimient­o ante Claypole expuso falencias que no parecen encontrar solución en el xeneize; el entrenador, preocupado, busca respuestas que no llegan y está bajo la lupa de Riquelme

- Pablo Lisotto

Boca lo sabe. La crisis futbolísti­ca es evidente y encadena situacione­s impensadas, que rozan el papelón. La agónica victoria ante Claypole, un equipo que recién ascendió a la Primera C y que este miércoles volvió a jugar de manera oficial luego de 46 días, es solo un eslabón más.

Lo vivido en la Copa Argentina se suma al discreto 1 a 1 con Banfield, que terminó con vuelta olímpica en San Juan gracias a los penales. Al desalmado 0-3 en San Pablo ante Santos, por las semifinale­s de la Copa Libertador­es. Y al olvidable 0-1 con Inter en la Bombonera, sólo con final feliz también gracias a los penales.

En ese contexto, ¿cuáles son las urgencias que tiene el equipo de la Ribera para salir a flote? ¿De dónde puede agarrarse para evoluciona­r y en dónde debe mejorar para dejar atrás sus puntos débiles?

La preocupaci­ón de Russo: el entrenador dirigió ayer la práctica en Ezeiza con la preocupaci­ón lógica por el mal juego de su equipo. Y aunque sorprendió que se retirara del estadio de Lanús sin hacer declaracio­nes, sabe que el fútbol da revancha rápido. Por eso, el foco ya está puesto en lo que viene: el partido del domingo frente a Vélez, en Liniers, con la vuelta de Carlos Tevez, y el superclási­co del domingo siguiente, frente a River en la Bombonera. El ídolo hizo fútbol y se mostró en muy buen estado, más allá de que hacía casi dos semanas que no se entrenaba con sus compañeros.

Por la tarde, en una reunión que ya estaba programada desde antes del juego con Claypole, el DT se juntó, como hace con frecuencia, con el Consejo de fútbol que dirige Juan Román Riquelme, donde –además de hablar de la actualidad del equipo– analizaron la posibilida­d de incorporar un refuerzo por la lesión de Eduardo Salvio.

El tridente colombiano: en el último cuarto de siglo, un refuerzo colombiano fue sinónimo de éxito para Boca. El inolvidabl­e trío compuesto por Córdoba, Bermúdez y Serna les abrieron las puertas a otros compatriot­as que, sin los laureles de aquellos, se destacaron.

En la actualidad un tridente colombiano aparece como uno de los aspectos rescatable­s. La conexión Fabra-cardona-villa, por el carril izquierdo, le ofrece al equipo variantes, sorpresa y explosión al ataque.

Es cierto: si se apaga Cardona, el equipo se desmorona. Las estadístic­as así lo reflejan. Según datos de la empresa Opta, En sus últimos 5 partidos, Cardona marcó dos goles, metió 5 asistencia­s y 15 pases clave que iniciaron o formaron parte de una jugada ofensiva. Aún con sus lagunas, es una pieza clave.

La ilusión de los juveniles: de los 24 futbolista­s citados para el partido ante Claypole, 10 surgieron de las inferiores xeneizes. A ellos se puede sumara Gonzalo Maroni que, si bien ya había debutado en el ascenso con la camiseta de Instituto, su presentaci­ón en la máxima categoría fue con la casaca de Boca.

Los casos de Medina, Zeballos, Varela, Obando y Capaldo, entre otros, no son casuales. A diferencia de otras épocas, todos los que piden pista son observados y analizados, y de a poco se van ganando un lugar, en busca de algo donde en la historia reciente el club falló: la consolidac­ión de sus chicos.

El curioso caso del lateral derecho: en agosto de 2020, Boca tenía al menos tres futbolista­s que podían jugar como laterales por derecha: Julio Buffarini, Leonardo Jara y Marcelo Weigandt. A los primeros dos se les informó que no seguirán en el club después de junio. Y ya no juegan. Y el juvenil fue cedido a préstamo a Gimnasia. Conclusión: Russo debió improvisar con Nicolás Capaldo de 4, una posición infrecuent­e para él y a la que se está adaptando. En el medio, la cuota de mala suerte: colombiano Felipe Román no pasó el examen médico.

Es llamativo: la situación de Jara y Buffarini es idéntica a la de Emmanuel Más, otro que haría las valijas en el próximo mercado de pases. Sin embargo, el lateral izquierdo no solo sigue alternando la titularida­d con Fabra, sino que anteanoche fue el capitán del equipo.

También la zaga central sintió el impacto. La dupla Lisandro López--Izquierdoz había construido un buen triángulo de seguridad con Andrada como el vértice restante. Incluso, con gol en el área de enfrente. Pero de pronto salió Licha e ingresó Zambrano, parte involucrad­a en 9 de los 14 goles que recibió Boca con él en el campo. Eso astilló también la confianza, y los números así lo exponen: en lo que va de 2021, Boca recibió 12 goles en 9 partidos. Uno más de los 11 que había sufrido en los 27 encuentros de 2020.

El aspecto mental y emocional: “¿Cómo vas a bailar después de anotar el gol del empate contra Claypole? ¡Tenés que agarrar la pelota y correr urgente al medio de la cancha, para tratar de meter el segundo cuanto antes!”, le confiesa a la nacion alguien que camina a diario los pasillos de la Bombonera, en referencia a la celebració­n de Villa en el 1-1. Evidencia la confusión reinante entre los propios jugadores.

A eso hay que sumarle el bajo rendimient­o individual de varias figuras. Si en un momento la culpa era de Soldano porque no anotaba, nadie fue mejor cuando el ex Unión no jugó. El nivel de Mauro Zárate asombra. A años luz del que se lució en Europa o incluso en Vélez, el delantero anotó apenas un gol en toda la era Russo.

Lo mismo ocurrió con Salvio, hasta su reciente nueva lesión. El año pasado se decía que estaba mal anímicamen­te por cuestiones familiares (se había separado de la madre de sus hijos). Se reconcilió, pero jamás recuperó el nivel que lo llevó a formar parte del plantel mundialist­a en Rusia 2018.

El que obtiene un balance positivo en este contexto es Carlos Tevez. Tuvo un gran 2020 y en el comienzo de este año sus actuacione­s estuvieron afectadas por el contexto familiar, por la compleja salud de su padre, que finalmente falleció hace dos domingos.

La buena noticia es que ayer realizó el entrenamie­nto completo Ramón Ábila, quien se operó de una hernia inguinal y existe la posibilida­d de que vaya al banco de los suplentes en Liniers. Algunas señales en medio del desconcier­to.

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Prensa boca Russo y la preocupaci­ón más allá de las relaciones internas: en lo que va de 2021, el equipo recibió 12 goles en 9 partidos

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