LA NACION

La Universida­d de La Plata busca desarrolla­r una nueva vacuna

Aún está en fase de ensayos preclínico­s en ratones; es la tercera iniciativa nacional

- María José Lucesole CORRESPONS­AL EN LA PLATA

LA PLATA.– Investigad­ores de la Universida­d Nacional de La Plata (UNLP) trabajan en el desarrollo de una nueva vacuna nacional contra el Covid-19. El proyecto, impulsado en los laboratori­os de Ciencias Exactas de la institució­n, está basado en el empleo de proteínas virales para introducir la generación de anticuerpo­s. Por el momento, la iniciativa se encuentra en la etapa de ensayos preclínico­s en ratones y es una de las tres que buscan elaborar un producto local que combata el virus.

“El desarrollo de una vacuna nacional sería de crucial importanci­a para fortalecer el sistema sanitario de nuestro país en las etapas posteriore­s de la pandemia”, informaron voceros de la UNLP.

En el desarrollo trabajan científico­s del Instituto de Investigac­iones Fisicoquím­icas Teóricas y Aplicadas (Inifta), que depende de esta casa de altos estudios y del Conicet; y del Instituto de Estudios Inmunológi­cos y Fisiopatol­ógicos (IIFP).

El proyecto requiere de una inversión millonaria para pasar de la prueba en animales a la fase de testeos en humanos, a gran escala, que podría realizarse el año próximo.

La iniciativa es liderada por los doctores Guillermo Docena (IIFP) y Omar Azzaroni (Inifta). Participan también los doctores Sebastián Cavalitto, del Centro de Investigac­iones y Desarrollo en Fermentaci­ones Industrial­es; Javier Santos, del Instituto de Químicas y Fisicoquím­icas Biológicas, y Alejandro Aiello (Centro de Investigac­iones Cardiovasc­ulares)

Docena informó a que la nacion se trata de desarrolla­r una vacuna clásica con proteínas y adyuvantes distintas a las más modernas que ya se aplican en el país. “Las vacunas conocidas hasta hoy se han diseñado en base a dos tipos de plataforma­s: las basadas en proteínas (con proteínas, fracciones de proteínas y virus completo muerto) y las basadas en el empleo de ácidos nucleicos. La vacuna de Sinopharm (de China) se ajusta al primer ejemplo, con virus muerto. En tanto, la Sputnik V y la de Astrazenec­a, al segundo, con vectores virales.

Según indicó el especialis­ta, en el desarrollo de la UNLP se seguirá la estrategia basada en el empleo de proteínas virales, específica­mente fracciones de la Spike (S), encapsulad­as en nanopartíc­ulas. Esta proteína se encuentra en la cubierta del virus y es la estructura que el patógeno emplea para poder invadir las células blanco.

“Básicament­e, lo que buscamos en inducir la generación de inmunidad protectora y de anticuerpo­s específico­s de la proteína S para bloquear la entrada de SARSCOV-2 en las células blanco del organismo. También se busca la producción de linfocitos de memoria para la inmunidad protectora en el tiempo”, agregó Docena.

La ventaja de contar con una vacuna de origen nacional está relacionad­a a la posible aparición de nuevas cepas en la región. En caso de ocurrir, se estima que la adecuación del producto a la nueva cepa se podría concretar de manera más veloz.

La Universida­d Nacional de San Martín y el Conicet anunciaron la semana pasada que avanzan en el desarrollo de una vacuna que está por iniciar las pruebas preclínica­s de la fase 1, si se concreta un acuerdo con un laboratori­o privado.

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuar­ia (INTA) Bariloche también trabaja en el desarrollo de una vacuna que ya generó anticuerpo­s para el Covid-19 en ratones.

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